Cold Prey 3
Tercera parte y primer tropiezo serio
- Título original: Fritt Vilt 3
- Nacionalidad: Noruega | Año: 2010
- Director: Mikkel Braenne Sandemose
- Guión: Lars Gudmestad, Peder Fuglerud
- Intérpretes: Ida Marie Bakkerud, Kim S. Falk-Jorgensen, Pal Stokka
- Argumento: Un grupo de jóvenes se adentran en la montaña en busca del hotel donde, años atrás, un chico desapareció. Ignoran que este chico sigue vivo, y se ha convertido en un asesino.
Los creadores de “Cold Prey” deben de sentirse muy orgullosos: han conseguido ser reconocidos en medio mundo, pese a que, salvo la primera parte, su saga no haya gozado de una buena distribución internacional. Además, partían de un slasher absolutamente convencional (y absolutamente encantador y fascinante, por otra parte), pero han sido capaces de encontrar los huecos para convertirlo en un producto con identidad propia, entre otras cosas por el buen hacer de sus responsables (curiosamente, las tres películas son de debutantes o el debut de su director). “Cold Prey” y su primera secuela se defendían por sí solas perfectamente e, insisto, sin ser nada del otro mundo, convencían y daban un par de buenos sustos. También, presentaban a la Laurie Strode nórdica del siglo XXI: Jannicke (Ingrid Bolso), que defendía su papel con uñas y dientes, a pesar de que más de uno piense que apenas tiene mérito porque era demasiado físico.
Y aquí llega Cold Prey 3. Lo primero que llama la atención es que intentaron venderla de una manera, pero luego la película es otra cosa. Los teasers iniciales presentaban el proyecto a modo de precuela en la que se contaría cómo el niño con la mancha en el ojo se convertía en un asesino. Esto es sólo el prólogo: no tarda en aparecer un cartel rezando “12 años después”, y tenemos a un grupo de seis jóvenes que van a pasar unos días a la montaña, atraídos por la historia macabra sucedida en el motel tiempo atrás. A partir de ahí, ya sabemos qué va a pasar, ¿no? Y, tratándose de una precuela, podemos hacer más de una apuesta: como que ninguno de ellos va a sobrevivir, puesto que no aparecían en las anteriores, o que ni de coña van a cargarse al asesino, porque sigue matando dos películas después (o antes). Sin embargo, ¿importa demasiado? Para mí, no, desde luego: si durante una hora y media tengo clima y un par de sustos apañados, me daré por satisfecho.
Lo mejor: La escena del sótano en una casa semiabandonada.
Lo peor: Es la más floja de la saga.