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Marshrut Postroen

Terror capitalista

Marshrut Postroen

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 2.5/5

Marshrut Postroen

Un matrimonio, en plena crisis a causa de las infidelidades de él, compra un coche de segunda mano sin saber que el cadáver descuartizado de una mujer, víctima de malos tratos, estuvo durante días en el maletero, encantando con su ánima hasta la última tuerca del vehículo.

Sustos por aquí, sustos por allí, la música se torna amenazante, sobresaltos hasta debajo del cojín. ¿A eso ha quedado reducido el terror sobrenatural en la actualidad? Hacer saltar de la silla al público mediante un sobresalto inesperado siempre se ha demostrado un recurso excelente para recordarle al espectador que está viendo una película de miedo, cierto que éste posee muchas formas y colores, pero un buen susto es la mejor conmemoración del peligro que supone vivir, homenaje al atavismo que convierte una simple sombra en una amenaza para nuestra frágil existencia. Pero, ¿en qué momento se pasó del uso al abuso? ¿Cuándo George C. Scott se quedaba helado mientras veía descender una pelota de las escaleras de su recién adquirida mansión? ¿Cuándo el muñeco de un payaso saltaba atacaba a un niño gracias a la imaginación de Spielberg? ¿Cuándo un adolescente contemplaba, mudo de pánico, como una mujer era desangrada en la casa de enfrente por un atractivo vampiro?

Lo mejor: Una bonita fotografía.

Lo peor: Por muy rusa que sea termina ofreciendo los mismos esquemas que el cine de terror estadounidense. El coche, ese símbolo de estatus...


Upir Z Feratu

Cuando la gasolina sube de precio

Upir Z Feratu

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3/5

Upir Z Feratu

El doctor Marek queda en shock cuando su amada Mima firma un contrato con el fabricante de automóviles extranjeros Ferat para trabajar como piloto para en un rally. Otro compañero médico le hace creer que la sangre humana se está utilizando como combustible en el coche que va a conducir Mima. Pero, ¿realmente puede ser verdad algo así?

Trastornado tras los primeros veinte minutos de “The Sisterhood of night” – película que no pienso terminar ni reseñar aunque me ofreciesen a sus protagonistas desnudas en un altar – y mientras esperaba que “Dabbe 4” hiciese su mágica aparición en mi lámpara maravillosa, decidí darle una oportunidad a una película de la que hace años oí hablar positivamente. En semejante estado necesitaba algo distinto, algo que me desintoxicase del terror actual que, muchas veces, resulta cansino cuando ya rozas los cuarenta. Así que empecé a desplegar mi videoteca y no puede evitar fijarme en “Upir Z Feratu”, una cinta checa de los ochentas que trataba sobre un coche vampiro, desde luego que sí era algo diferente, de hecho creo que nunca hemos reseñado o dado noticia alguna sobre cine de género checo, nicho bastante pequeño del que poco podré aclararos. En concreto, situémonos en la Europa del este comunista de principios de los ochentas, en una república que servía a la madre Rusia pero apuntando maneras hacia una forma de vida más occidental. Así, el cine abandonaba los claros tintes panfletarios y, aunque conservaba ese desprecio para con el estilo de vida capitalista, se presentaba bajo la bandera del mero entretenimiento como función básica.

Lo mejor: Lo diferente que se presenta con respecto al cine de terror habitual, resulta refrescante.

Lo peor: Le falta adentrarse más en los vericuetos del horror. Excepto el actor principal, el elenco se ve muy acartonado.


Hybrid

Un calamar con llantas de aleación

Hybrid

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Hybrid

Unir terror y vehículos – asignándoles un protagonismo principal – en la gran pantalla no es algo nuevo; incluso la Dirección General de Tráfico hace uso de elementos macabros, mundanos obviamente, en sus trabajados anuncios.
Bien sea conducidos por un psicópata o con voluntad propia para arrollar indefensos transeúntes, todos recordamos con cariño pequeñas joyas del calibre de Christine (más por su original literario que por el acabado final aportado por Carpenter), El Diablo sobre Ruedas (genial debut televisivo de Steven Spielberg), Yo compré una moto vampiro (igual de imprescindible que británica), The Wraith (con un ligeramente sobrio Charlie Sheen) o la descacharrante Monster Man (la cual recomiendo encarecidamente a los amantes de la serie b casposa).

Hoy le toca el turno a Hybrid (o Super Hybrid si necesitáis más octanaje), que, como ella misma se intenta vender, viene a ser la reinvención moderna de todas esas películas sobre coches asesinos que se prodigaban antaño. ¿Y es cierto semejante estamento? Desgraciadamente, no. Otra triste cinta, diría “de serie b” pero se ajusta más a la realidad “incompleta”, condenada a quedar aparcada en una estantería olvidada del video-club, en la infame sección de terror fantástico, más por su falta de esencia, de alma, que por su propio diseño: dentro de unos parámetros adscritos al cine independiente se mantiene a flote técnicamente y, sin embargo, acaba aburriendo hasta al adicto a la basura fílmica más recalcitrante.

Lo mejor: El coche asesino de las profundidades abisales

Lo peor: Personajes planos interpretados por actores sin carácter