Monstruos ochenteros en tu antena parabólica
TerrorVision forma parte de esas pelis que veía de pequeño en las estanterías del videoclub y cuyas portadas me maravillaban y aterraban a partes iguales. En esta, en concreto, se advertía en la contraportada que era de terror y humor, pero ni por esas me dejaban alquilarla mis padres. Con el paso de los años, me he dado cuenta de que gran parte de esas pelis eran de Empire Pictures, la productora de Charles Band y su tropa durante la segunda mitad de los años ochenta. Tras la quiebra, la remozaron como Full Moon Entertainment, tampoco fue bien el asunto, y ahora ha sido reflotada la antigua Empire pero con una producción mucho menos prolífica que en la anterior etapa –y más cuidada, todo hay que decirlo.
No es nada desconocido, desde luego: de Empire salen películas como Re-Animator (Stuart Gordon, 1985), Re-Sonator (From Beyond, Stuart Gordon, 1986) o Dolls (Stuart Gordon, 1987), cuyas calidades varían pero tienen siempre un punto de interés, y otras como Troll (John Carl Buechler, 1986), Ghoulies (Luca Bercovici, 1985) o esta misma TerrorVision, películas que no le recomendarías a nadie que no sepa disfrutar con ellas. Porque, ¡ay!…
Lo mejor: su buen humor y su irreverencia.
Lo peor: es el tipo de película que es, para bien... y para mal.