The Last Exorcism
Predicador vs. Satan... Round 1
- Título original: The Last Exorcism
- Nacionalidad: USA | Año: 2010
- Director: Daniel Stamm
- Guión: Huck Botko, Andrew Gurland
- Intérpretes: Patrick Fabian, Ashley Bell, Louis Heathum
- Argumento: El Reverendo Cotton Hunter se traslada a un pueblo donde al parecer hay una niña posesa del todo.
I.- Exorcizamus te, omnis immundus spiritus.
Según la Iglesia Católica “es importante asegurarse, antes de celebrar el exorcismo, de que se trata de una presencia del Maligno y no de una enfermedad. (cf. CIC can. 1172)” Con una frase tan contundente son los propios católicos, y su jerarquía especialmente, la que revela el bulo en sí. Desde tiempos inmemoriales hasta hoy en día, ha habido siempre una figura en todas las religiones que clamaba poder luchar contra el Maligno y sus secuaces; con cualquiera de sus matices etnológicos y sociales, desde China, donde el rito de exorcismo es llamado Ritual Wutu, los chamanes indios hasta el Papiro de Ebers egipcio. Dicho desde mi punto de vista: desde siempre ha habido listillos que se han sabido aprovechar de la ignorancia, la pobreza, las creencias y la desesperación de otros. Hace no demasiado, había varios sitios en el mundo donde se celebraban exorcismos, eso sí, generalmente en lugares remotos donde si te daban cuatro estornudos seguidos te atacaban a la cama y llamaban al Reverendo o Brujo local para que le hiciera unas putaditas, digo, un exorcismo.
Ese es el punto fuerte de (casi)toda la película, demostrar que la ignorancia y males psíquico/físicos más comunes de lo parecido producen situaciones terribles como un exorcismo. No sé, pero no debe ser muy agradable tener una clara disfunción bipolar y que te aten a una cama costrosa, te den la chapa en latín y si además te da por bajarte tu primera regla, ya la has liado. Porque eso es algo que siempre me ha llamado la atención: el gusto que tiene el demoño por las menores de edad virginales y monas, no??.
Lo mejor: Los actores, las intenciones y la intensidad
Lo peor: El final, sin duda.