Tiburón negro
Lo veo negro...

- Título original: The Black Demon
- Nacionalidad: USA, Rep. Dominicana | Año: 2023
- Director: Adrian Grunberg
- Guión: Boise Esquerra
- Intérpretes: Josh Lucas, Fernanda Urrejola, Julio Cedillo, Omar Chaparro
- Argumento: Paul Sturges, trabajador de una empresa petrolífera, aprovecha sus idílicas vacaciones familiares en la bahía azul de México para hacer una inspección rutinaria de una plataforma ubicada en medio del océano. Lo que prometía ser una tarea sencilla se convierte en una auténtica pesadilla al encontrarse cara a cara con un sanguinario megalodón obsesionado con proteger su territorio a toda costa. Abandonados a su suerte, y con la constante amenaza de ser devorados, la familia deberá encontrar el modo de regresar a tierra firme evitando los ataques mortales del enorme tiburón.
DIVERSIÓN: | |
TERROR: | |
ORIGINALIDAD: | |
GORE: |
- 1.5/5

Como cada verano, es de recibo y de ser un buen ciudadano acudir a salas a ver la película de terror de tiburones que se estrene en época estival. Sé que el lector de este medio tiene un alto nivel de conocimiento y no hay que explicarle, al menos detalladamente, como en los últimos años la producción de cintas con escualo homicida de por medio ha crecido, siendo paralelo a esto cómo ha bajado la calidad de los títulos. Con todo, siempre hay producciones que siguen manteniendo un nivel y que hacen que los fans del cine de tiburones no se vuelvan locos (más). Ya desde la excepcional The Shallows, pasando por el díptico A 47 Metros, Infierno bajo el agua (aunque eran caimanes en esta) o The Meg, que tendremos segunda parte en breves y que, de hecho, esta Black Demon que hoy nos ocupa se presentaba como un aperitivo de la secuela del filme de Jason Statham.
Me he dejado, en esta intrínseca lista una película, de 2021, conocida en nuestro país como Tiburón Blanco y la he querido dejar para el final porque la meto en el mismo saco que Tiburón Negro. No se trata de una colección de tiburones de varios colores, sino de cintas que han llegado
Lo mejor: Desconectar el cerebro, intentar disfrutar de las apariciones de la criatura y comenzar a abrir boca para The Meg 2.
Lo peor: No aporta nada nuevo y muchos espectadores tendrán la sensación de tomadura de pelo constante.