Infierno bajo el agua
¡Que catástrofe!
- Título original: Crawl
- Nacionalidad: Estados unidos | Año: 2019
- Director: Alexandre Aja
- Guión: Michael Rasmussen, Shawn Rasmussen
- Intérpretes: Kaya Scodelario, Barry Pepper Anson Boon, Ross Anderson
- Argumento: Caimanes y Huracanes. La combinación perfecta para quedarse atrapado en casa en plena inundación.
DIVERSIÓN: | |
TERROR: | |
ORIGINALIDAD: | |
GORE: |
- 3/5
¿Llegará el día en que veamos a Alexandre Aja recuperar su auto-promesa de estatus y culminar las expectativas de próximo gran director del cine de terror que sus primeros trabajos denotaban? Espero que sí, pero bien es cierto que de un tiempo a este lado no paramos de verle dar bandazos y no parece terminar de sentirse cómodo en ninguno de los proyectos que presenta. Pese a haber entregado algunas grandes películas –Las Colinas Tienen ojos, Alta Tensión e incluso el divertidísimo remake de la película de Joe Dante, Piraña 3D- ninguna de ellas parece terminar de dar el paso definitivo hacia la gloria que le coloque en el puesto al que su buen hacer parece hacerle aspirar.
Sin embargo, en esta nueva Infierno Bajo El Agua, Aja Parece volver a un registro en el que sabe moverse bien. Sin embargo, esta tampoco termina siendo aquella gran película que seguimos esperando verle hacer algún día.
Un huracán de categoría 5 está llegando a Florida. Esto no parece detener a Haley (Kaya Scodelario) a la hora de atravesar carreteras cortadas por precaución para ir en busca de su padre (Barry Pepper), que no da señales de vida. Cuando esta llega a la casa de en la que pasó su infancia, se lo encuentra inconsciente en el sótano. El problema es que ellos dos no son los únicos bajo los cimientos de la casa. El huracán ha decidido traerse consigo a un buen número de caimanes que ahora mismo tienen como objetivo cenárselos a los dos. Por si fuera poco, la casa se está empezando a inundar, así que cuánto mas tarden en salir, menores serán sus posibilidades.
Lo mejor: Los momentos más grandilocuentes en que el huracán se muestra al cien por cien de potencia. Magníficos.
Lo peor: La sensación de imposición y de lastre que arrastra el drama familiar.