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The Victim

¿El sexo débil? ¡Y un cuerno!

The Victim

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 2.5/5

The Victim

Dos strippers tontean en el campo con dos policías cachondos. Naturalmente, la cosa de desmanda y una de ellas acaba con el cuello partido. Su compañera huye del lugar para dar con una cabaña ocupada por un tipo osco, pero extrañamente atractivo, que, tras dudar de ella, liderará una cruzada contra esos dos policías corruptos, los cuales ahora intentan acabar con su nueva amiga.

The Victim es un pequeño thriller extrañamente sobre hinchado por el protagonismo absoluto de Michael Biehn y su mujer (Jennifer Blanc). Biehn dirige, co-escribe y protagoniza (obviamente dejándose el papel más “molón” para él) una cinta que bebe de la explotación setentera (así a pelo diría que homenajea como puede a esos thrillers hiperviolentos con mucho sexo y carnaza fácil con venganzas femeninas de por medio) tanto formal como estéticamente, no solo intencionalmente, si no también por lo barato del acabado, que evidencia un presupuesto mucho menor del que pudiésemos esperar.

Lo mejor: "El polvazo".

Lo peor: Lo inverosímil que luce Annie y sus malditos flashbacks.


Drive (BSO)

Cuendo el jinete pálido ya no cabalga, ahora conduce

Drive (BSO)

Hay cien mil calles en esta ciudad. No necesito ruta. Tú me dices dónde y cuándo. Y yo te doy cinco minutos. En el transcurso de esos cinco minutos soy tuyo. Pase lo que pase. Para todo lo que sea un minuto antes o después, no cuentes conmigo. ¿Entendido?

NUNCA, os lo repito, JAMÁS, escuchéis una banda sonora si haber visto antes la película a la que orquesta. Porque entonces seréis incapaces de visualizar la sincronicidad entre imagen y partitura y en la mayoría de los casos asistiréis a un abúlico desfile de temas instrumentales que os dirán poco o más bien nada y estaréis desperdiciando la posibilidad de disfrutar de un espectáculo fabuloso donde la imaginación toma el poder de los sentidos.

CLIFF MARTÍNEZ: DRIVE IT AWAY, DRIVE IT AWAY NOW!

Este neoyorkino nacido en 1954, además de ser compositor de estupendas bandas sonoras para no menos magníficas películas como Traffic de Steven Soderberg, fue también conocido como batería componente de bandas míticas aún en activo como los ínclitos Red Hot Chili Peppers en sus comienzos. Pero pronto su talento desbordante le marcó el camino televisivo y cinematográfico llegando a la cumbre con esta alucinante BSO que os presentamos. No existe una continuidad espacio temporal en los temas presentados, y esto que puede descolocar a muchos, no hace sino aún más grande a esta BSO y a la película que orquesta, en mi opinión, una de las mejores de la historia del cine.

The Thing (2011)

Crisis de la mediana edad

The Thing (2011)

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The Thing (2011)

Me gustaría dedicar la reseña a A. C., por no poder terminar nuestro viaje a la Antártica, y a A. B. por estar siempre allanando las travesías.

La estudiante de grado Kate Lloyd, especializada en paleontología, ha sido reclutada por un grupo de científicos noruegos – encabezados por el frío Dr. Halvorson – para investigar, en un centro antártico, los restos de lo que parece un alienigena. Al llegar a la zona, descubrirá que el fino hielo por el que pisa esconde el más que probable fin de la humanidad.

Lo mejor: Te hace sentir joven.

Lo peor: Te hace sentir viejo.


Super 8

Aquellos años de primera juventud

Super 8

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  • Título original: Super 8
  • Nacionalidad: Estados Unidos | Año: 2011
  • Director: J.J. Abrams
  • Guión: J.J. Abrams
  • Intérpretes: Elle Fanning, Joel Courtney, Riley Griffiths
  • Argumento: Un grupo de amigos realiza un cortometraje. Cuando ruedan una escena cerca de unas vías, mientras el tren pasa, un accidente provoca su descarrilamiento. Posteriormente, encontrarán algo extraño en lo que quedó grabado.


Super 8

Hace unas semanas, en la reseña de Brain Damage, resalté a modo de introducción aquella etapa videoclubera de caspa y terrores b y z que se produjo en los ochenta y que daba sus últimos coletazos poco antes de entrar en el siglo XXI. Hoy también toca introducción nostálgica. Tratándose, además, de una etapa muy similar pero cambiando el video club por la televisión. Hace unos cuantos años, cuando la caja todavía no era tan tonta, se producían verdaderos acontecimientos cinéfilos y cinéfagos semana tras semana. Para los que éramos púberes con ganas de afeitarnos por primera vez, un estilo de cine había llegado para quedarse, para siempre, en nuestros corazones y los de una o más generaciones. Alguno habrá que lo tildará de cine de aventuras, comedias juveniles o dramas sobre la adolescencia. Nada de eso. Se trataba de un estilo, una esencia que traspasaba géneros o modas. Era cuando el cine, ya fuese entendido como arte u ocio, también podía ser magia. ¿Me ha quedado un poco cursi, no? En realidad, de eso se trata.

Los Goonies (1985), Exploradores (1985), Cuenta conmigo (1986) o Una pandilla alucinante (1987) son buenos ejemplos, cada una, mejor o peor, más o menos exitosa o recordada, de esa actividad interrumpida de pequeños clásicos que potenciaban la amistad en las experiencias de la infancia/adolescencia. Cine y mensajes que han ido perdiendo la inocencia hasta dejar moribunda su magia para muchos de los nuevos chavales de la era tecnológica. Pero no para los que crecimos con ello. De ahí que el éxito comercial de Super 8 pueda pillar desprevenido, ¿o se habrán dejado, hasta la fecha, algo más de 200 millones de dólares a nivel mundial todos los nostálgicos? Me gustaría pensar que si, pero la realidad es muy distinta: Super 8 es puro Spielberg + Abrams. Productor y director, respectivamente. Y claro, en esa ecuación entra la manera que tienen estos dos para vender sus productos. Brillante, sin duda.

Lo mejor: Producción y dirección impecables. Los niños protagonistas son carismáticos y la set piece del accidente, una lección de cómo impacientar al espectador, para luego impactarle y resolver todo con una limpieza poco habitual en el cine-espectáculo de hoy.

Lo peor: El guión peca de cierta reiteración, lugares comunes y, a veces, indiferencia. El desenlace, con “sorpresa” incluida que causará división de opiniones, está insertado de forma precipitada.


Sushi Girl

La venganza se sirve sobre un cuerpo desnudo

Sushi Girl

Fish ha pasado los seis últimos años entre rejas. Seis largos años callando sobre el robo que lo llevó a prisión y los otros hombres envuelto. La noche de su liberación, los cuatro hombres protegidos por su silencio lo esperan a las puertas de la cárcel: quieren invitarle a cenar como celebración por su flamante libertad. Lo que nos lleva hasta un opíparo ágape de pescado crudo y otras exquisiteces, servido sobre una bella mujer desnuda, que parece catatónica o entrenada para ignorar todo lo que suceda en el tatami privado, incluso aunque las cosas se pongan peligrosas. Los primeros compases de la cena preceden a un intercambio de torturas, reproches y sospechas por parte de los hombres reunidos, con el único objetivo de recuperar el botín del robo. Lo que ninguno sabe es que la clave está justo delante de ellos.

Ellos no pueden gritar

La realidad aterra más que la ficción

Ellos no pueden gritar

A finales del año pasado tuvimos el placer de comentaros sobre los primeros pasos de una producción argentina rodada en parajes únicos de la amazonia brasileña, y bajo la dirección de un oriundo como es Orange Cavalcante da Silva, que en su primer estadio venía llamándose Misterio en la Selva. Vindicta Films se destapaba con esta cinta como una productora joven, llena de talento y con ganas de dar un paso de gigante en cuanto a la realización de cine de terror – del que era sobradamente experta después de seis sangrientos cortos -.