The Obsidian Curse
El mal está suscrito al catálogo de Victoria's Secret
Una bella y opulenta rubia sufre una maldición que la convierte en una especie de imán para todas las criaturas del mal (especialmente para los teleoperadores comerciales, abominables seres de las tinieblas).
¡Qué bien! Hacía bastante tiempo que no me adentraba en algo genuinamente casposo. ¿Había cambiado el viejo y “amargado” Bob sus películas de mierda por las grandes superproducciones que obnubilan los ojos de las ovejas descarriadas? Tranquilos, que el bastardo seguirá siéndolo por mucho que le chorree purpurina brillante por encima. Lluvias doradas aparte, hoy tengo el dudoso privilegio de hablaros de “The Obsidian Curse”: todo un festival de efectos especiales de chiste, lencería fina, voces salidas del culo y camareras californianas. Esa frase hecha de “soy un imán para los tíos” reconvertida en “soy un imán para los monstruos”, ¡denle el jamón a su puñetero guionista!