fantástico

Chainsaw Man

La sierra es la familia.

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Los divertidos y sangrientos inicios de Peter Jackson

Antes de Mordor, hubo sangre. aMucha sangre.

Los divertidos y sangrientos inicios de Peter Jackson

Puedes escuchar el programa “Braindead, Bad Taste: Los divertidos y sangrientos inicios de Peter Jackson” del podcast En la Boca del Cinéfago, aquí:

Actualmente, puede que queden espectadores no aficionados a estas cosas que no tengan mucha idea de sus comienzos. Pero, si hablamos de Peter Jackson, casi todos responderán afirmativo. Su carrera inicial, y en mi opinión más interesante y redonda, está formada por dos clásicos del gore; Bad Taste, aka Mal gusto (1987), y sobre todo, la insuperable Braindead, aka Tu madre se ha comido a mi perro (1992). Y también por una, un tanto olvidada, pero reivindicable rareza como es El delirante mundo de los Feebles (1989).

El rodaje de Bad Taste se alargó hasta los cuatro años. Tuvieron que rodar durante los fines de semana y algún otro hueco libre que consiguieron. Los actores eran amigos, compañeros de trabajo y vecinos de Jackson. El presupuesto era ínfimo aunque, por sorpresa, tras el rodaje, recibieron ayuda de la New Zealand Film Commission, permitiendo que se dedicara por completo a terminarla, así como pasar la película de los 16 mm en los que fue rodada a los 35 mm necesarios para su distribución en salas de cine. Así, además de pasarla por variopintos festivales, consiguieron llevarla a Cannes y darse a conocer a mayor escala. Allí, en el famoso festival, fue donde algunos pelearon por conseguirla para su distribución comercial.

Brightburn (El hijo)

Todo superhéroe tiene un pasado.

Brightburn (El hijo)

¿Qué pasaría si un niño de otro mundo aterrizara de emergencia en la Tierra, pero en lugar de convertirse en un héroe para la humanidad fuera algo mucho más siniestro?

Entre entrega y entrega de Guardianes de la galaxia, James Gunn se las ha arreglado para producir Brightburn, aka El hijo, que cada vez apunta más a convertirse en uno de los éxitos sorpresa de 2019. Variante del cine de superheroes, con Superman como principal referencia, lleva su habitual fantasía y aventuras/acción al género de terror. Otra película que este año pretende algo similar es Los nuevos mutantes, nueva entrega de la saga X-Men que, al menos por lo que indican sus complicaciones de rodaje, retraso en fecha de estreno y finalmente posibilidad de lanzamiento directamente en plataforma streaming, no ha salido tan bien como se esperaba.

Brightburn nos presenta la familiar historia del señor y la señora Breyer, una pareja que no puede tener hijos y que, una noche, recibe la celestial bendición de una nave espacial que se estrella en el patio de su granja con un bebé alienígena dentro. Este niño crece, desarrolla poderes y… es aquí donde la historia cambia, pues el niño resulta ser un psicópata que aparentemente llegó a la Tierra con la intención de conquistarla.

Hair High

Tupés en crecimiento

Hair High

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3/5

Hair High

Aunque no se trate de terror propiamente dicho, “Hair High” contiene algunas imágenes perturbadoras cortesía de su creador: Bill Plympton, dibujante de corte independiente cuyo particular estilo, una visión bastante más retorcida de las locuras de Tex Avery, le han llevado incluso a participar en la antología “ABC’s of Death 2”. No es que este hecho signifique gran cosa, pero ofrece una idea de lo que sus cortometrajes pueden ofrecer al genuino seguidor del género: viñetas grotescas rubricadas con infantiles trazos de pesadilla.

Si bien Plympton no se ha prodigado mucho en el formato terrorífico, todas sus creaciones contienen numerosos guiños al cine fantástico de los años cincuenta, por ejemplo “Mutant Aliens”, siendo quizás “Hair High” la más evidente de todas, a sólo un paso de una versión cómica y sucia de “En los límites de la realidad”. O, si lo preferís, una reinterpretación de cualquier tebeo clásico de “EC”. Un largometraje de animación que desgrana, según la particular visión de su creador, la manida historia de amor, tragedia y venganza que, cual leyenda urbana, ha cruzado las décadas para dotar de un halo de nostalgia los institutos norteamericanos de los años cincuenta.

Lo mejor: Los momentos más surrealistas y extraños.

Lo peor: Una animación tosca que a veces molesta a la vista.


La casa del reloj en la pared

Eli Roth se pasa al cine familiar

La casa del reloj en la pared

Lewis Barnavelt, después de perder a sus padres, es enviado a Michigan para vivir con su tío Jonathan. Allí descubre que su tío es un brujo, el cual le enseñará un mundo de magia y hechicería inimaginable. Pero este poder no se limita a las personas buenas: Lewi descubrirá la existencia de Isaac Izard, un mago malvado que quería causar el Apocalipsis para poder ver lo que sucedió después. Para hacer esto, construyó un reloj con magia negra, mientras sus manecillas se muevan seguirá contando hasta el fin del mundo. Murió antes de que pudiera terminar el reloj, pero ocultó el reloj en una mansión, donde ahora vive el tío Jonathan. Lewis y su tío deben encontrar el reloj antes de que sea demasiado tarde, antes de que la esposa de Isaac, Selena, lo haga.

Morning Star

Espada, brujería y... ¿horror?

Morning Star

Después de una batalla campal, un cansado soldado emprende el regreso de camino a casa, pero es sólo el comienzo de un viaje a un mundo olvidado y oscuro. Se encontrará con personajes extraños, el mal, con la más cruenta lucha por su libertad y alma. Sólo al final de su camino, el agotado soldado descubrirá que el mundo en el que vivió ha cambiado para siempre.

Hoy quiero salirme un poco del tiesto, del horror puro y duro, para hablaros de una producción de espada y brujería. Como una antigua reseña del “reboot” de la saga Conan indicaba, quiero reconocer mi total rendición a toda esa parafernalia englobada por la famosa expresión (juego de rol y muchos etcéteras) “dragones y mazmorras”: bellas amazonas cubiertas por la sangre de orcos, templos en ruinas guardando dorados tesoros y estatuas de dioses primigenios, los anchos mares teñidos del rojo de los saqueos.

Pues bien, Tolkien aparte, el origen de esos clichés grabados a fuego radican en el famoso escritor tejano Robert E. Howard.

Viy 3D

Érase una vez, en una pequeña aldea rusa…

Viy 3D

Pese al potencial que se le presupone a un país como Rusia en materia cinematográfica, son pocas las películas que logran salvar sus fronteras. Bien sea porque el desgaste cultural las hace poco aptas para foráneos o porque haya poco donde rascar en términos de verdadera calidad, son contadas, en los últimos años, las producciones que han tenido repercusión en otros países. El ejemplo que primero nos viene a todos a la cabeza es el díptico de los guardianes: Guardianes de la noche (2004) y Guardianes del día (2006). Ambas horribles, un poco menos la segunda, disfrutaron de gran éxito alrededor del mundo y, sobre todo, en su país natal, donde batieron unos cuantos record de taquilla. De hecho, son de su director, el hoy muy popular Timur Bekmambetov, de quien han salido otras propuestas rusas con abono internacional, como Black Lighting (2009) y la coproducción con USA La hora más oscura (2011), en ambas ejerciendo de productor.

Viy 3D se basa en un conocido cuento de terror ruso.

El Viyi, como lo conocemos aquí, nos cuenta la historia de tres estudiantes de la Academia teológica de Kiev. Cada verano, después del fin de las clases, emprende una larga procesión de camino a casa. Cuando cae la noche, los estudiantes se pierden en el bosque y encuentran una pequeña aldea en la que poder pernoctar. Sin embargo, en la película el protagonista es el cartógrafo Jonathan Green, el cual emprende un viaje científico por Europa del Este. Eso sí, el destino que le espera es el mismo: la misteriosa aldea perdida en el bosque. Las personas que viven en ese lugar no se parecen a nadie que haya visto antes Jonathan. Ellos creen que el desconocido ha llegado para salvarles del mal que allí se esconde; algo diabólico que espera su momento para salir y crear el casos por el mundo.