All Hell Breaks Loose
Moteros del infierno Vs. el tipo equivocado
All Hell Breaks Loose es una historia de amor, cuero y violencia. Cuando los “Pecadores de Satán”, una pandilla de moteros salidos del mismísimo infierno, secuestran a la novia de un hombre, pronto descubrirán que acaban de morder más de lo que pueden masticar. Ahora el hombre está envuelto en una cruzada por salvar a su esposa, sea como sea… incluso si eso significa morir una y otra vez. Con la ayuda de un sheriff paleto, un sacerdote pervertido y un vaquero que sólo puede ser Dios, el infierno acabará vuelto del revés.
El orígen de una película como All Hell Breaks Loose es, cuanto menos, peculiar. Jeremy Garner y Thevocab Ulariast, director y guionista, respectivamente, de la película, tenían un amigo en común llamado Justin Sullivan que cada fin de semana recorría, junto a sus colegas del club de moteros, y a lomos de su flamante Harley, centenares de kilómetros sin un rumbo fijo. Jeremy y Thevocab sumaron dos más dos y llegaron a la conclusión de que tenían el material de partida perfecto para rodar una genuína biker movie de aroma setentero. Reunieron un presupuesto ajustado, le dieron a su colega Jeremy el papel de Dios sobre dos ruedas, papeles secundarios para todos los miembros del club de moteros, contrataron a un par de strippers, aderezaron el conjunto con una generosa ración de gore y violencia, algo de humor negro, posesiones demoníacas, planos desenfocados, arañazos… y ¡Bang!, ya tenemos un jugoso y apetecible plato de neo-grindhouse listo para ser degustado por todos aquellos que somos fanáticos de películas como Hobo with a shotgun, Father’s Day o The Disco Exorcist (tengo la impresión de que siempre acabo mencionando las mismas películas cuando sale el tema del Grindhouse).