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Como los cantantes de un sólo éxito, o los escritores de los que solo se conoce una obra de entre una surtida bibliografía, la carrera de los directores Alexandre Bustillo y Julien Maury parece que alcanzó su cúspide en su primer largo: “Al interior”. Desde entonces van de un lado a otro pegando bandazos sin encontrar el aplauso sonoro de su debut. Miembros fundadores del horror extremo francés de la década anterior, estos realizadores probaron suerte con la fantasía oscura en “Livide”, cinta con una meritoria atmósfera pero con un resultado irregular con un grupo de ladrones atrapados en la casa de un vampiro. Después con un particular y estiloso homenaje a “La matanza de Texas II” y al cine de terror de los 80, llamado “Aux yeux des vivants” que pese a su brutalidad no conectó con los aficionados. Nuevamente regresando al universo de Tobe Hopper, una precuela de “La matanza de Texas” llamada “leatherface”: medido espectáculo de truculencia y slasher, que duda en abrazar un salvajismo que se antojaba sobre el papel perfecto para esta pareja. En esta pasada edición de Sitges, el tándem nos trajo su último trabajo: “Kandisha”, donde parece que se aferran sin complejos al cine de terror comercial, aunque de cuando en cuando asoman destellos de su brutalidad pasada… No existe trailer ni apenas imágenes de la cinta a día de hoy así que nuestra reseña se queda, hasta que aparezca, viuda de vídeo.
En un barrio suburbial francés tres amigas pasan el tiempo entre grafitis, chicos y rap. Una noche, una de ellas sufre un intento de agresión por parte de su ex. Magullada y abrumada por la situación, se encierra en el baño e invoca a la leyenda de Aïsha Kandisha, Jinn (demonio) islámico con forma de mujer que alimenta su furia matando a hombres. A partir de ese momento ninguna de las amistades masculinas del trío estará a salvo, obligando a estas amigas a buscar la forma de romper el hechizo que ata a este monstruo con su invocadora.
Lo mejor: Muy entretenida y con alguna muerte brutal.
Lo peor: La sensación de que han desaprovechado un buen material.