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Canníbal Ferox

¡Pequeños... pero comilones!

Canníbal Ferox

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3.5/5

Canníbal Ferox

Tal y como me ha recordado mi buen amigo Manu Tóxico, nadie ha comentado por aquí el fallecimiento del bueno de Umberto Lenzi. Pues bien, el director de “Caníbal feroz”, “La invasión de los zombies atómicos”, “Siete orquídeas manchadas de rojo” o “¡Comidos vivos!” nos ha dejado a los 86 años para realizar explotaciones a la diestra de Satán. Sirva recuperar esta vieja reseña como sentido homenaje.

En el año 1962 los cineastas Paolo Cavara, Gualtiero Jacopetti y Franco Prosperi parieron un documental titulado Mondo Cane. En el film podían contemplarse extrañas culturas humanas, donde el folklore y las tradiciones se mezclaban con la excentricidad, el sadismo y el salvajismo expuestos en toda su crudeza y autenticidad. Había nacido lo que conocemos hoy en día como “cine mondo”, documentales donde la ficción y la realidad parecen converger en un mismo espacio, aportando temas e imágenes de marcado tono sensacionalista. Hubo varios films de este tipo a lo largo de los sesenta, entre los más destacados la segunda entrega de Mondo Cane y especialmente el film de este tipo más logrado, África Addio. Vale la pena mencionar un par de interesantes aportaciones al mondo durante los 70 como fueron Savana Violenta y Dolce e selvaggio, de Antonio Climati y Mario Morra respectivamente. Por supuesto hay muchos más títulos pertenecientes al subgénero, algunos mejores y otros peores, pero la intención es mostrar a grandes rasgos el origen del cine mondo y quiénes lo iniciaron.

En los ochenta tuvimos las célebres irrupciones de películas como Holocausto Caníbal, Canníbal Ferox o Comidos Vivos - entre otras - que, aprovechando el fenómeno del mondo, utilizaron sus bases e insertaron un nuevo componente: el exploitation. La combinación de ambos géneros en estos films causó una enorme controversia en la época, llegando al extremo de procesos judiciales que intentaban dirimir lo que era real y lo que era ficción. Conocemos el caso de Holocausto Caníbal por ser el más representativo de todo este tipo de films, y también por ser la mejor muestra de cómo hacer una buena película sin rehusar a la polémica. Por otro lado Umberto Lenzi, un director que venía de hacer giallos y thrillers semieróticos, supo también ver el filón y se metió en la aventura del mondo con una película llamada Il Paese del sesso selvaggio, rodada en el 1972. Su célebre incursión en el mondo-exploitation data del año 1981 y se tituló Canníbal Ferox. A ella le dedicamos este review.

Lo mejor: El exceso gore y los paisajes selváticos.

Lo peor: Las muertes reales de algunos animales y el mal rollo entre Morguen y Lenzi.


Bone Tomahawk

Caníbales del Viejo Oeste

Bone Tomahawk

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3/5

Bone Tomahawk

Cuando un misterioso grupo de caníbales —a los que incluso los nativos les tienen miedo— secuestra a tres personas del pequeño pueblo Bright Hope, cuatro hombres emprenderán un largo y duro viaje hacia el Valle de los Hombres Hambrientos, el inhóspito territorio de estos seres, más parecidos a animales salvajes que a hombres. Siguiendo las instrucciones de «indio», que se niega a acompañarles por miedo, el sheriff Franklin Hunt, Chicory, su viejo pero fiel compañero, Arthur O’Dwyer, un vaquero convaleciente de una herida en la pierna, y John Brooder, un elegante e inteligente cazador de hombres, se adentrarán en un territorio que les es hostil en busca del ayudante del sheriff, un enigmático prisionero y la esposa del vaquero, que han sido arrebatados, durante la noche, de la cárcel del pueblo.

Una vez más, uno de los géneros más populares de la historia del cine, se pone al servicio del espectáculo para traernos una historia que va más allá de los clásicos tiroteos y los duelos a la puesta del sol. Como ya sucediera en películas como Ravenous (Antonia Bird, 1999) o Cowboys & Aliens (Jon Favreau, 2011), la época, la estética y el estilo del western sirven como escenario perfecto para una historia de horror, sobre seres casi humanos que sienten devoción por devorar a otros hombres, sobre todo cuando estos se adentran en su territorio sagrado.

Lo mejor: Una combinación perfecta de géneros en un escenario poco habitual.

Lo peor: La pérdida de ritmo.


De Holocausto caníbal a The Green Inferno

La controversia del mundo caníbal

De Holocausto caníbal a The Green Inferno

Absoluta reina del sub-género mondo, Holocausto caníbal es una película que para nadie pasa desapercibida. Cualquier espectador o amante del cine, sea éste de género gore o mondo conoce esta película por lo menos de oídas o bien aún conserva en su retina la imagen de la chica empalada. Imagen que ha pasado a los anales del séptimo arte como uno de los carteles más salvajes de la historia del cine. Tras el estreno de diversos documentales falsos o películas que explotaban el mito de las snuff-movies, muchos directores y productoras ideaban crear el más difícil todavía, una película que dejara a las demás en el olvido, o bien superar su nivel de sangre e inmundicia. Y fue un director italiano, Ruggero Deodato, quien logró arrinconar a las demás películas con esta obra donde abundan torturas, muertes de animales (reales), violaciones y claro está, canibalismo.

Un grupo de antropólogos que han viajado al Amazonas no han vuelto a dar señales de vida. Se envía a un equipo a la jungla para averiguar que ha sucedido con ellos, allí descubrirán los huesos de sus cuerpos devorados por los caníbales y las latas de película donde descubrimos que fueron aún mucho más salvajes ellos con los caníbales y con el medio que les rodeaba y por ese motivo reciben justa venganza.

Eat

Si la nevera está vacía... recuerda que tu carne está disponible

Eat

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3.5/5

Eat

Autoantropofagia: acto de incluir en la dieta cualquier tejido, vivo o muerto, de tu propio organismo (recomendación personal: echadle un vistazo a la película Grimm love – El caníbal de Rotherburg -, donde la hermosa Keri Russell os explicará este trastorno mucho más en profundidad. Además es una película 100% recomendable y una de mis favoritas de los últimos tiempos… a pesar de lo poco que gustó en general en el momento de su estreno).

In My Skin, película francesa de culto – de la que soy un gran fan – , adscrita a la corriente de cine extremo y que trata de una mujer que sufre una extraña perversión por su cuerpo mutilado, fue la primera obra en incluir la antropofagia, como tal, en el universo del canibalismo cinematográfico. Aunque otros autores como Cronenberg o la saga de libros de Thomas Harris, con el Dr. Hannibal Lecter como protagonista, ya introdujeran el tema mucho tiempo atrás (¡viva la carné nueva!), la clave del éxito de In My Skin fue la crudeza mostrada al tomarse el asunto muy en serio (a pesar de algún momento cómico típico del cine de Marina De Van). A ello debíamos sumarle una labor de maquillaje terrorífica y tremendamente realista, lo que convertía finalmente a In My Skin en una película demoledora, además de regalar a los amantes del cine extremo un par de escenas memorables. Pues bien, ahora nace una nueva incursión en el tema titulada Eat.

Lo mejor: Maddock y que sea mucho más que un divertimiento hueco. A excepción del final a lo May, es un guión cojonudo.

Lo peor: claramente el reparto, decepciona en cuanto a gore y el esperpéntico final: difícil, muy difícil de digerir.


MurderDrome

Exploit sobre ruedas

MurderDrome

Cherry Skye, la nueva sensación del Roller Derby, adora competir en su deporte favorito. Una vez en la pista, Cherry llama la atención de Brad… y saltan las chispas. Por desgracia, el amor entre ambos desata la ira de la ex de Brad, su Roller Derby némesis: Infierno Grazer. Y por si eso no fuera suficiente, el calor generado por esta romántica rivalidad despierta a un malévolo espíritu, hambrientos de almas humanas, especialmente la de Cherry. Atrapada entre la ira del infierno y la condenación de Grazer, Cherry no tiene otra opción que solucionar toda esta mierda de la mejor manera que sabe: ¡en la pista conocida como La Murderdome!

El australiano Daniel Armstrong escribe y dirige MurderDrome, un exploit que a primera vista puede recordaros (aunque sea de manera muy lejana) al clásico Rollerball (1975) de Norman Jewison, película que retrataba un futuro distópico (año 2018) en el que grandes decisones corporativas dependen de un violento deporte que atrae a las masas llamado, precisamente, Rollerball, en el que dos equipos se efrentan sobre patines y motocicletas con el objetivo de colocar una bola de acero en la portería contraria. En 2002 el gran John McTiernan llevó a cabo un insulso remake de la película de Jewison que se estrelló, merecidamente, en taquilla. Mucho más interesante que el remake homónimo de McTiernam fue el cómic Death Game 1999, publicado dentro de la mítica antología británica Action presents (el 14 de febrero de 1976), y que venía a ser una mezcla de Rollerball y La carrera de la muerte del año 2.000 (1975) en la que el deporte sobre ruedas adquiría el nombre del Spinball y cuyas alucinantes páginas en blanco y negro multiplicaban, de manera exponencial, la cantidad de sangre, brutalidad y violencia que atesoraba la película de Jewinson.