Hace unas semanas os hablaba del teaser de 3 From Hell, el regreso de Rob Zombie a la historia de los Firefly y su inseparable Capitán Spaulding. A priori, cierre de una trilogía que empezó con las magníficas La casa de los mil cadáveres (2003) y Los renegados del diablo (2005). Hemos tenido que esperar 14 años, y valga la redundancia, esperamos, la espera haya valido la pena. Si nos fiamos del trailer, se intuye un Rob Zombie totalmente desatado, con libertad y posiblemente menos presupuesto. Una estética un tanto amateur, pretendida o no, que le puede sentar muy bien para evocar aquel añorado cine salvaje de desviados mentales de los 70s, que tanto gusta a su director. Violencia, gritos y grano, mucho grano. Muy grindhouse.

La versión sin censura de 3 From Hell llegará a más de 900 cines norteamericanos los días 16, 17 y 18 de septiembre de la mano de Fathom Digital Broadcast Network, y a su vez está coordinada con diferentes eventos realizados durante esos días, uno diferente cada noche. El primer día, los primeros 50 espectadores podrán contar con Rob Zombie para una presentación especial. El segundo día se podrá visionar un documental de media hora con imágenes detrás de las cámaras, y para rematar, el último día habrá una sesión doble especial con su predecesora Los Renegados del Diablo.

La película cuenta la historia de Yong-hoo, un campeón de artes marciales que gana poderes divinos para luchar contra una poderosa fuerza maligna, luego de que desarrolla inexplicables heridas en las palmas de sus manos. A pesar de que se muestra fuerte, en realidad Yong-hoo sufre cicatrices emocionales por haber perdido a su padre en un trágico accidente a una edad temprana. Buscando respuestas, busca al padre Ahn, un exorcista del Vaticano, y terminan uniendo fuerzas en su lucha contra las poderosas fuerzas malignas que causan estragos en el mundo humano.

Artes marciales y exorcismos ¿Suena a broma, verdad? Pues los surcoreanos se lo toman muy en serio en The Divine Fury, un blockbuster que llega, por allí, en olor de multitudes ya mismo, el 31 de Julio, y seguro tendremos en festivales diversos para disfrute del resto del mortales, mientras que en USA ha conseguido distribución comercial para el 16 de Agosto. Y es que, sobre el papel, la cosa promete.

De Bélgica nos llega hoy un interesante thriller psicológico con aroma y look de melodrama clásico, de hecho sus elementos dramáticos son aquí fundamentales para la intriga que se va cocinando a fuego lento. Su aire añejo, voy poniendo sobre aviso a los buscadores de gore, alejan este instinto maternal de cualquier atisbo de violencia: todo lo malo va a suceder fuera de campo.

La relación de amistad y vecindad de Alice y Céline se trunca violentamente cuando el hijo de esta última muere al caer desde lo alto de la ventana de su habitación. Alice, que contempló todo y trató de evitar el accidente, se siente confusa cuando es acusada por su amiga de no haber hecho lo suficiente para salvar al crio. Hecha un mar de dudas, no tiene claro si ha de preocuparse por su marido y su hijo o tratar de rescatar a Céline del pozo de tristeza en el que anda sumida.

Mayu es la encargada de cuidar a una chica que sufre de amnesia. La paciente está bajo custodia policial y es de especial interés para las autoridades. Sin embargo, sus allegados desconocen el porqué de esta situación, e incluso la propia sospechosa ignora los motivos por los que está siendo vigilada 24h. Mientras Mayu se desvive por realizar su trabajo, su hermano, un aspirante a convertirse en un personaje famoso en redes sociales, comienza a darse cuenta de que ha dado con un filón que tratará de aprovechar a toda costa.

Seguramente, como me pasa a mí, muchos hayáis perdido la cuenta de entregas de esta saga. En USA la tenemos más controlada, con sus tres entregas, pero la original, la de Japón, fue un bombazo mundial con The Ring (1998), aka El circulo, que puso de moda el terror oriental más allá de sus fronteras. Pese a ello, las secuelas y precuelas no tuvieron la misma repercusión comercial entre nosotros, y unas cuantas ni siquiera han llegado a distribuirse. Para que se hagan una idea los que anden perdidos, tenemos desde The Ring 2 (1999) a Ring 0*(2000), pasando por *The Ring: Virus (1999), Sadako 3D (2012) e incluso el crossover Sadako vs. Kayako (2016). Toda una industria creada a raíz de la notable película de Hideo Nakata que, como digo, pese a que fuera de Japón esté pasando más desapercibida, allí es toda una institución y acontecimiento en taquilla.

Además de perder el “El” en su título en español, la octava aparición del popular Chucky se deja por el camino su origen sobrenatural y la supervisión de su padre: Don Mancini. Metro-Goldwyn-Mayer es propietaria de los derechos de la primera entrega por lo que, pese a la negativa de su creador, este reinicio de la historia se ha hecho posible. Tenemos que decir que las decisiones de Orion respecto a sus innovaciones han resultado un fenomenal lavado de cara y seguramente van a generar una buena legión de nuevos seguidores contentando también a los clásicos que andábamos algo desencantados con las últimas entregas.

Chucky nace en esta ocasión como venganza de un trabajador explotado, en una remota factoría de Vietnam, contra la multinacional que lo fabrica. El técnico elimina en el muñeco todas las inhibiciones que tiene de serie y sin que nadie se percate del cambio el juguete es enviado a los Estados Unidos. Sus primeros propietarios deciden devolverlo (en una secuencia con una velada crítica a Trump y sus votantes) y antes de ser enviado a la fábrica, es rescatado por Karen (Aubrey Plaza) como regalo para su hijo Andy: un retraído joven algo mayor para andar con juguetes.

Imagino que para una madre no existe mayor miedo que la pérdida de un hijo. Y no me refiero sólo a una pérdida física que ha de ser devastadora, sino también al miedo de que su personalidad termine siendo diametralmente opuesta a nuestras expectativas. Así, el despertar a la edad adulta, se puede transformar en el vehículo ideal para una pesadilla en el seno del hogar. Y esta es la premisa a la que se abraza el título de hoy: La de que nuestro adorado hijo pase, de la noche al día, a transformarse en un perfecto desconocido. Algo que, por cierto, parece estar de moda esta temporada pues títulos como “The progeny”, “Brightburn” o “Us” proponen, en cierta manera, esta sustitución del yo por un reverso cuando menos inquietante.

Tras su separación Sarah se traslada con su hijo a una casa en la linde de un bosque. Trata de mantener al crio al margen de los problemas que han provocado su ruptura matrimonial, pero éste se muestra cada vez menos conforme a los cambios inevitables. Después de una discusión ambos descubrirán un misterioso y peligroso agujero entre la espesura. Esa misma noche el chico, Chris, desaparece por unas horas y al regresar ya nada será lo mismo.