La maldición de Chucky
Agridulce vuelta a los origenes
- Título original: Curse of Chucky
- Nacionalidad: USA | Año: 2013
- Director: Don Mancini
- Guión: Don Mancini
- Intérpretes: Fiona Dourif, Chantal Quesnelle, Jordan Gavaris
- Argumento: Tras la muerte de su madre, Nica se reúne con su hermana y la hija de ésta, que trae consigo un muñeco que llegó misteriosamente por correo. Pronto se suceden asesinatos y Nica sospecha que el muñeco tiene algo que ver.
DIVERSIÓN: | |
TERROR: | |
ORIGINALIDAD: | |
GORE: |
- 2.5/5
De niño era un cagón. Todo me asustaba, y a poco que la habitación estuviese oscura y me hubiera sugestionado con algo, no podía conciliar el sueño. Supongo que el aficionarme a esto del cine de terror y todo lo relacionado fue una terapia de choque que, con los años, funcionó de maravilla. Pero en aquellos momentos la realidad eran los sudores fríos con decenas de miedos, reales o ficticios. Y ahí es donde entraba uno de mis mayores temores: los muñecos. Como a muchos niños, también sucede con los payasos, lo que para algunos son ingredientes que ayudan a la inocencia de esa infancia, para otros son sus peores enemigos en las pesadillas. Creo que ese miedo por los muñecos empezó tras ver Poltergeist (1982). La, todavía hoy, aterradora escena con el muñeco de payaso que cobra vida, me puso la piel de gallina de la misma forma que Spielberg, cosas de la vida, productor (y algo más…) de la famosa película de fenómenos extraños, consiguió que no me metiera en el mar durante varias vacaciones por culpa de su Tiburón (1975). Cuando creía que mis miedos se habían disipado, que el recuerdo de aquel payaso se alejaba, llegó Chucky.
En 1988 se estrenaba, con gran éxito, Muñeco diabólico. El mundo daba la bienvenida a un nuevo icono del género al que le quedaría mucha vida por delante. Tanta, que ahora, 25 años después, nos llega la última entrega en la que su creador, Don Mancini, ha decidido ponerse manos a la obra como director y volver a los origines. Pero vayamos por partes.
Como dije, Chucky, el muñeco Good Guy poseído por el alma de Charles Lee Ray, asesino sin escrúpulos, reavivó mis peores pesadillas con los muñecos. Cuando pasaba por el video club y veía el poster tamaño gigante de la película, con el maquiavélico monigote agitando un cuchillo, miraba hacía otra parte. También recuerdo el poster con el muñeco lanzando por la ventana a una mujer que apreció antes en los cines. Muñeco diabólico era terror puro y duro, al igual que, por ejemplo, el primer Pesadilla en Elm Street (1984). La saga adquiriría con cada entrega un evidente tono auto paródico que desembocaría en la parodia total con La novia de Chucky (1998) y La semilla de Chucky (2004). El terror pasó al humor negro y lo sugerido a lo explicito. Así, para su veinticinco aniversario qué mejor que regresar a lo que funcionó al principio. Eso sí, aderezándolo con algún inevitable chiste para que no olvidemos el resto. Y es que La maldición de Chucky no es uno de los muy de moda reboots ni tampoco un remake, sino una secuela a la antigua usanza. Sacar adelante el proyecto no ha sido tan fácil como en otras ocasiones.
Lo mejor: El regreso parcial a los orígenes, dotando la película de un tono más perverso que auto paródico.
Lo peor: Las muertes poco inspiradas y que, pese a que su visionado no molesta, no trasciende más allá de lo funcional. Poco para un esperado regreso con Mancini al mando.