surrealismo

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The Rambler

Esto hará que tu cerebro explote

The Rambler

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 2.5/5

The Rambler

Ciertamente The Rambler puede resultar un film engañoso, ya que a simple vista podríamos pensar que estamos ante un neowestern o un exploitation de serie b que se desarrolla en la actualidad; todo ello bañado por una generosa ración de gore…, pero no, ni por asomo. Desgraciadamente esta era solamente la tapadera de su presunto atractivo. En el fondo The Rambler es una película lynchiana, surrealista en su totalidad y que se desarrolla - eso sí – bajo la atmósfera propia de un western (tendencia que últimamente parece estar en pleno apogeo). Pero esa no es la razón de su fracaso, ni mucho menos.

Hay una cosa que me ha sorprendido de The Rambler, y es que se preocupa por contar una historia. El problema de este tipo de propuestas surrealistas, como la anterior película del infame Calvin Reeder, The Oregonian; es que están completamente huecas. No se preocupan por el espectador y su único interés parece ser el de mostrar una serie de imágenes bizarras y absolutamente inconexas que, como mucho, satisfacen el horrendo apetito de sus creadores, dejando al espectador con al ardua tarea de intentar obtener una conclusión final acerca de lo que acaba de ver. Pues esa mierda era The Oregonian y, desgraciadamente, hay muchas como ella. Sin embargo, The Rambler es una película mucho más madura. Sigue un guión predeterminado y procura ser mucho más intimista y un poco - recalco lo de “poco” – menos críptica que su anterior film. No obstante The Rambler tiene una serie de inconvenientes que le impiden llegar a emocionar y que explicaré más adelante.

Lo mejor: Nuestro The Rambler y la atmósfera árida.

Lo peor: Aburre y peca de contener escenas bizarras estúpidas. Para ver una vez y no más.


Ancianas Muertas

Entrevista exclusiva con el director MARTÍN VEGA.

Ancianas Muertas

Lo primero de todo es darle las gracias al director Martín Vega por darnos la posibilidad de comentar su película de forma exclusiva, por su rapidez a la hora de contestar las preguntas y su excelente trato personal. Y, por muy raro que suene, darle las gracias a Facebook y twitter que han sido los medios a través de los cuales este reportaje ha llegado a buen puerto!! (sin olvidarme de Maese Joan y su inestimable ayuda)

PRESENTACIÓN:

Wound

Heridas que cuesta cicatrizar

Wound

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Quiero dedicar esta reseña a Luis Trad, quien me animó a ver “Wound” con sus comentarios. Gracias.

Aviso: Intentar no spoilear en la reseña es prácticamente imposible si quiero analizarla como me gusta, porque en este tipo de propuestas todo es relevante y nada lo es a la vez, pero todo ha de ser comentado.

“Wound” es un ejercicio de traslado del subconsciente a nuestra parte consciente sin una lógica clara, o al menos, sin una lógica clara aparente.
David Byrth ha tratado de mostrar en imágenes cómo son los traumas, los miedos, las pasiones y la locura.
“Wound” es una propuesta difícil, que se puede analizar desde dos puntos de vista: Dejándonos llevar por lo que estamos viendo y disfrutarlo sin más o buscando todo el simbolismo e intentar llegar a una conclusión a través de él.
Yo he optado por la parte más simbólica, que en realidad me parece la mas jugosa.

Lo mejor: El simbolismo de la película, el duelo entre Susan y Tanya, quisiera que la pantalla pudiera salpicarme de sangre en algunos momentos…

Lo peor: En ocasiones se enrevesa todo tanto que no sabes ni lo que estás viendo y el, para mí, inútil uso de las cámaras.


The Oregonian

¿Mande?

The Oregonian

“Existe un lugar. Un lugar en el que el cielo es ancho y los bosques espesos y extraños. Puedes perderte para siempre en dichos bosques. Encontrarás camioneros con problemas y mujeres viejas con extraños poderes. Incluso puedes hacer nuevos amigos… con aspecto de peluche. Tan solo asegúrate de permanecer en silencio. Acompañado de una mujer de Oregon perdida en mitad de la carretera y escapando de su pasado. Ahora ella tiene la oportunidad de experimentar todo lo grotesco que el noroeste tiene para ofrecerle, quiera ella o no.”

Tras esta surrealista sinopsis - pido disculpas por adelantado si mi traducción de la misma difiere excesivamente de la realidad – se encuentra The Oregonian, película escrita y dirigida por Calvin Lee Reeder, un tipo que, por lo visto, se ha labrado cierta reputacióm de cineasta de culto gracias a sus cortometrajes (en especial “The Rambler”), y que ahora supongo que estará disfrutando del hecho de que su debut en el largo ha sido escogido para el próximo Festival de Sundance. Ante bizarradas de este calibre es casi inevitable acordarse de David Lynch y sus obras menos “accesibles”: Cabeza Borradora, Mullholand Drive o Carretera Perdida.

Rubber

No fucking reason

Rubber

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Rubber

NOTICIA: Por primera vez en Almas Oscuras, ¡tenemos una reseña realizada por uno de los actores principales de la película! Nuestro buen amigo Robert, el neumático, tuvo a bien enviarnos un análisis de su puño y letra, es un decir, de lo que el considera los puntos más importantes de la cinta.
He basado la nota en las doctas opiniones de este magnífico intérprete.
Sin más preámbulos os dejo con Robert y su acerada visión del cine fantástico actual.

Quentin Dupieux, el director y guionista de Rubber, y yo, llevábamos bastante tiempo barajando la posibilidad de emprender un proyecto juntos. Quentin es un tipo inquieto y provocador; de todos es conocida su faceta como Mr. Oizo, produciendo y editando discos de música electrónica en Francia. Yo soy un enamorado de su trabajo musical, especialmente de su exitazo “Flat Beat”, utilizado para una campaña de Levi’s, donde ya empezó sus pinitos, como cineasta, dirigiendo el mismo un spot. Pero eso no era suficiente para él y coqueteó con el cine filmando un par de cintas, sin mucha repercusión, llamadas Nofilm (2001) y Steak (2007).
Recuerdo la noche en que empezó todo; en mi apartamento de Marsella, nos encontrábamos charlando de cine, mientras tomábamos absenta, cuando Quentin comenzó a enumerar fallos clamorosos de lógica en películas famosas. Entre bromas, nos dimos cuenta de que el cine está lleno de errores y estupideces; y justo en ese momento, se me ocurrió soltar: – ¡Sí, todas las películas tiene algo absurdo! Pero, nada sería más absurdo que una película protagonizada por un neumático.
Los dos nos reímos como locos, agudizada nuestra euforia por la absenta, pero no tardamos mucho en inventar una loca historia sobre una cubierta de neumático con poderes telequinéticos y problemas de identidad, que fuese asesinando gente por el desierto de Arizona. Imaginamos una road-movie, incluso barajando un imposible romance entre la rueda y una bella jovencita, con una colección de tonterías que no fuesen explicables racionalmente de ningún modo.

Lo mejor: Aparte de Stephen Spinella, que borda un papel socarrón como pocos, de la excelente fotografía y planificación; la experiencia de ver a un neumático en pantalla actuando como un ser humano, es cuando menos... impactante!

Lo peor: Si no te gustan los discursos absurdos desearás que te reviente a ti la cabeza, además quizás sea una cinta muy larga para lo que pretende. ¡Ah! Y la poca expresividad de Robert :)