Primer tráiler para Grand Piano
No pares de tocarla Sam... que te juegas la vida
Tom Selznick, el pianista con más talento de su generación, ha dejado de dar conciertos debido a su miedo escénico. Años después de una interpretación aciaga, reaparece ante el público en un esperado concierto en Chicago. Con el teatro abarrotado y ante el público expectante, Tom encuentra un mensaje escrito en la partitura: «Si fallas una sola nota, morirás». Tom debe descubrir, sin abandonar el escenario, cuáles son los motivos del francotirador anónimo para amenazarle y conseguir ayuda sin que nadie se dé cuenta…
El pasado año, en el estreno de Maniac en el Auditori de Sitges, tuve la oportunidad de sentarme prácticamente al lado de Elijah Wood. Nos separaba únicamente el pasillo central. Es un muchacho bajito, delgado, con cara de crío y con unos enormes y saltones ojos azules. Me encantó su labor en Maniac a pesar de que prácticamente lo único que tuvimos la oportunidad de verle fue su nuca. Y sin embargo verle vestido de frac (o lo que sea que lleve puesto… lo mío no es la etiqueta) y aporreando las teclas de un piano en la sesión inaugural del Festival de Sitges, sinceramente, no me atraía en exceso. ¿Y por qué? Pues ni puñetera idea. Ya sabéis… los puñeteros prejuicios, que volvían a campar a sus anchas. Pero soy un tipo muy veleta… y cuando se trata de valorar películas que ni siquiera se han estrenado, suelo cambiar de opinión como quien cambia de calzoncillos. De manera que leo la sinopsis y pienso… “Ey, pues no tiene que estar tan mal este Grand Piano”.