El horror en tu propia urbanización.
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Secta.
- nombre femenino
- Organización, generalmente religiosa, que se aparta de las doctrinas tradicionales u oficiales y toma carácter secreto para los que no pertenecen a ella; especialmente cuando se considera que es alienante o destructiva para sus seguidores.
El término se usaba originalmente solo para aludir a partidos o comunidades de personas con afinidades comunes (ideológica, sociales, culturales, religiosas, políticas, esotéricas, etc.), que a través de sus enseñanzas o ritos se diferenciaban de otros grupos sociales. Solo posteriormente adoptó el sentido secundario de «herejía», o creencia y grupo disidente que se separa de su fuente original, o que discrepa de las religiones mayoritarias, casi siempre con connotaciones peyorativas. Luego, en los años ochenta se define el concepto de “nuevos movimientos religiosos” para diferenciarlos del concepto negativo popular de “sectas”, y evitar así la persecución de las minorías. Actualmente aún hay preocupación entre las autoridades civiles frente a los grupos sectarios realmente peligrosos, por lo que se ha sugerido el concepto de «sectas destructivas».
Esto es lo que, principalmente, nos dice Wikipedia de las sectas. Y a groso modo, eso son las sectas. Claro, a groso modo. El cine las ha tratado de muchas formas, ya sea con el género de terror u otros. Tenemos grandes exponentes de la temática en el folk horror de The Wicker Man (1973) o su reciente aventajada alumna Midsommar (2019). Muy populares son las sectas de carácter satánico, con títulos tan potentes y variados como La noche del demonio (1957) La centinela (1977) o La invitación (2015). Luego, hay variantes menos utilizadas, como la de las sectas escondidas en pequeños espacios. Podríamos decir, sectas urbanas. Esas que pueden aparecer en tu propio vecindario sin que te des cuenta. No hay mucho que escoger ahí, y quizás por ello, una película como 1 BR resulta tan interesante desde su propuesta.
Lo mejor: La interpretación de Nicole Brydon Bloom y la original forma de llevar el terror de las sectas al entorno vecinal.
Lo peor: Falta de nervio para completar los momentos climáticos. Algún altibajo de ritmo.