Leo y Louise son una pareja que no puede tener hijos. Viven en una cabaña en Dinamarca junto a un lago de cristal, sin electricidad ni lujos – aunque les fascina la congelación de óvulos -. Agobiados con las tareas de su hogar contratan a Elena, una entrañable asistenta rumana que pronto entabla una genuina y hermosa amistad con su señora. Animada por una cuantiosa suma de dinero y el aprecio a sus patrones, Elena decide llevar el hijo de la pareja danesa en su vientre. Es en ese momento cuando extraños fenómenos empiezan a infiltrarse en sus quehaceres cotidianos. ¿Se trata de un embarazo complicado o hay algo horrible en el ser que lleva su vientre?

Vaya por delante que, pese a su argumento basado en “un embarazo infernal”, “Shelley” no tiene absolutamente nada que ver con “La Semilla del Diablo”. Únicamente converge con el clásico de Polanski en la creación de una atmósfera malsana a partir de los elementos comunes a la situación que nos plantea. Eso sí, de manera artificial si la comparamos con el clásico de 1968.

Helen, una bella joven que trabaja como mensajera, sufre apagones mentales de manera súbita y inexplicable. No pasa mucho tiempo antes de que ella descubra la horrible verdad sobre sus alucinaciones: un tumor benigno se está desarrollando junto a su cerebro, aunque será la menor de sus preocupaciones. El sarcoma son los restos de su hermana gemela, absorbida durante la gestación. Ese “otro yo” lleva encerrado demasiado tiempo y quiere salir de su jaula, empujando a Helen para que lleve a cabo un psicótico plan que la libere.

Las películas sobre gemelos malvados me encantan. Sin dudas mis tres favoritas son la infravalorada “Doppelganger”, “¿Dónde te escondes hermano?” e “Inseparables”. Quizás parte de esa afición se deba a mi temprano amor adolescente por “Parálisis Permanente” y su inolvidable “Unidos” más que a los resultados de este tipo de películas en pantalla.

El argumento de “Curtain” (también conocida, y quizás de forma más acertada, como “The Gateway”) es un soplo de aire fresco en un panorama, el del terror sobrenatural, tan condicionado por los fantasmas suburbanos y las posesiones tan habituales en estos tiempos que corren. En espíritu me ha recordado a la entrañable ”The Last Gateway”: un intento de genuino cine de género independiente, ¿terror de autor? Por desgracia se encuentra bastante por debajo de la citada producción argentina.
Aunque el verdadero pecado es ver como su curiosa propuesta se va diluyendo a medida que la escasez de medios y los propios puntos ciegos que plantea descarrilan estrepitosamente en pantalla. Se le puede perdonar que luzca muy barata, porque lo hace; que no aproveche la inmediatez de su metraje, poco más de sesenta minutos que terminan haciéndose un poquito largos; que sus actores principales estén muy verdes, aunque su esfuerzo se ve recompensado en la conformación de unos caracteres sólidos, precisamente comparten nombre con sus roles; no haré sangre con una banda sonora que copia, de forma cansina y poco inspirada, las extravagancias ochenteras nacidas de los primeros sintetizadores de Carpenter y otras malas compañías italianas… se le puede perdonar todo eso y mucho más, pero reconozcamos que tantos interrogantes sobre pasajes, al fin y al cabo muy comunes, dentro del ”universo lovecraftiano” terminan dejando mal sabor de boca: Como si hubiésemos sido engañados.

Kevin, un hombre con al menos 23 personalidades diferentes, se ve obligado a secuestrar a tres chicas adolescentes. A medida que el cautiverio avanza, una última personalidad, “La Bestia”, comienza a materializarse.

¿Son imaginaciones mías o M. Night Shyamalan vive una segunda juventud? El director de películas de culto como “El Sexto Sentido” o “El Protegido”, y de bodrios de la talla de “After Earth” o “Airbender, el último guerrero”, parece haberle cogido el gusto a esto del “terror” independiente, y entrecomillo terror porque con este peculiar director uno no sabe nunca como clasificar sus películas. Si hace meses sorprendía con la readaptación de “Tales from the Crypt”, de nuevo a la pequeña pantalla, hoy conocemos sobre su siguiente proyecto tras “La Visita”. La cual, nos guste o no, ha salido claramente beneficiada de su producción minimalista, otra cosa es que su guión pierda el rumbo en momentos importantes.
En este caso “Split” viene a sumarse a la larga lista de thrillers psicológicos que componen la carrera de Shyamalan y siendo honesto: ¡tiene muy buena pinta!

Con Shortwave queda demostrado que no hay nada más eficaz que un buen exordio con el que enganchar al espectador. Lo que me recordó, y mucho, a la primera vez que visioné Saint Ange (El Internado, Pascal Laugier, 2004) que, de hecho, no tiene reseña en Almas Oscuras… de momento. Ambas películas son de ritmo pausado, contemplativas, con puntuales momentos de terror —más escasos que abundantes—, y sin embargo ambas no dejan de resultar igual de interesantes. En el caso de Shortwave se opta por un inicio inesperado y rematadamente angustioso que nos adentra y nos atrapa en la tragedia con la que lidia Isabel (Juanita Ringeling). Vale que al final es una cuestión de preferencias, pero Shortwave ofrece un claro ejemplo de cómo golpear duro en menos de tres minutos; y todo ello contando con la única baza de una tremebunda actuación de Juanita Ringeling.

En la localidad de Cutter, la mayoría de sus habitantes cuidan los unos de los otros. Pero cuando John llega a casa para darse cuenta de que su novia ha desaparecida, y decide colarse en casa de sus vecinos para buscarla, la encontrará a ella y a otras personas secuestradas y atadas en el sótano. Cuando el vecino regrese, John se verá obligado a salir de la casa y conducir al grupo a un lugar seguro.

Cuando todavía no tengo claro si el supuesto libreto que han escrito Marcus Dunstan y Patrick Melton para la nueva secuela de Halloween —tenía que titularse, en un alarde de imaginación, Halloween Returns— verá algún día la luz, este dúo maravillas parece que ya tiene listo su nuevo thriller: The Neighbor, donde contarán, nuevamente, con la presencia del actor Josh Stewart, protagonista de sus dos grandes éxitos, The Collector y su secuela The Collection. En esta ocasión dirigirá Marcus Dunstan, co-autor del guión junto a su coleguita Patrick Melton. Y lo cierto es que poco más se sabe sobre The Neighbor, de manera que, sin más dilación, os dejo con el trailer de la película que se estrenará, bajo demanda, el próximo 6 de Septiembre en los USA.