The Millennium Bug
El placer de lo falso
- Título original: The Millennium Bug
- Nacionalidad: USA | Año: 2011
- Director: Kenneth Cran
- Guión: Kenneth Cran
- Intérpretes: J.C. Meyer, Jessica Simons, C. Haeberman
- Argumento: Un matrimonio y su hija se adentran en la América profunda para pasar el fin de año de 1999. Como es lógico, la fiesta no podía estar completa sin una familia de endogámicos psicópatas y un monstruo milenario.
DIVERSIÓN: | |
TERROR: | |
ORIGINALIDAD: | |
GORE: |
- 3/5
La reseña de The Millenium Bug llega con unas horas de retraso. Bobrock nos la preparó, con cariño, como recomendación para la noche de Halloween. Pero por causas ajenas a mi voluntad, ayer me fue imposible publicarla. En cualquier caso, The Millenium Bug parece una excusa perfecta para prolongar la fiesta y volver a disfrutar de una noche de horror y risas con los colegas.
Fin de año de 1999, una jovencita acompaña, enfurruñada en el asiento trasero del coche, a su padre. Junto a ellos viaja la nueva y joven mujer de éste: van a celebrar tan señalada fecha en las entrañas de una solitaria montaña. Parece que el efecto 2000 les provoca algo de miedo, así que alejados de la vil tecnología esperan hacer de la transición del milenio algo realmente especial.
Sin embargo, encontrarán que esos remotos bosques bullen de vida. Por un lafo los cazadores ilegales hacen su agosto en diciembre siempre que una familia de paletos endogámicos se lo permita. Los depravados habitantes de esa zona aislada, anteriormente explotada por la industria maderera, buscan sangre nueva que renueve sus agostados genes; quieren celebrar el año nuevo con fetos sanos y fuertes. A su vez, un criptozoólogo, algo chiflado, estudia el advenimiento de una especie de insecto gigante que sólo eclosiona una vez cada mil años. ¡Qué casualidad! Precisamente esa misma noche.
Todos estos extraños y retorcidos personajes están destinados a cruzar sus destinos, bajo una luna llena grande como si estuviese preñada, para regocijo de la bestia ancestral que dormida aguarda su turno para el banquete de fin de año preparado a base de tierna carne humana…
Resulta obvio que la serie B no soporta un análisis o justificación sesuda, como supongo que afirmaría nuestro querido Corman. Sin embargo, a nadie se le escapa el valor que tiene una película cochambrosa, que vendría a ser ni más ni menos que el escapismo, la diversión sin más razón que la de “ser”. ¿Y acaso no representa Halloween, la festividad de Todos los Santos, el mayor escapismo del hombre? Es decir, esta noche tan americana – y a la vez tan popular por todas las referencias paganas implícitas – intentamos olvidarnos de nuestra levedad, de que el tiempo que nos queda es limitado. ¿Cómo? Pues burlándonos, o tributando según se mire, de la muerte y todas las fantasías y leyendas que la humanidad ha construido alrededor de nuestro intrascendente final.
Lo mejor: Los geniales y casposos efectos especiales artesanos ponen la guida a un pastel que se cimenta con lo increíble de sus situaciones excesivas, que al final son simple sátira de los tópicos enumerados dentro del cine de “backwoods” y “monster movies”.
Lo peor: Las limitaciones impuestas por su presupuesto provocan que ciertas escenas superen el nivel de ridículo admitido por un ser humano normal.