Resulta curioso que el título original de este film fuese Replicas pues en realidad toda la cinta es una sucesión de paisajes conocidos de otros films tan bien hilvanados como carentes, prácticamente, de cualquier atisbo originalidad. Para muestra nada mejor que la sinopsis:

Tras un terrible suceso Mary (Selma Blair), Mark (Joshua Close) y su hijo van a la deriva emocional. La familia se deshace con una aspirina en un vaso de agua y lucha por recuperar la cohesión y conexión entre sus miembros; Para ello, deciden pasar un tiempo lejos de todo en una finca familiar. Pero su apacible estancia se verá alterada por la presencia de otra pareja que, junto con su hijo, se introducen en su espacio en una visita cordial que, poco a poco, se irá tornando más amenazante. Los anfitriones se ven escrutados e incomodados por esta nueva familia que parece estudiarlos como quien analiza una prenda con la que quiera vestirse. La violencia no tardará en dar la cara…

Varios y grandes títulos orbitan sobre las premisas y la factura de estas Replicas. El más evidente es Funny games pero también rezuma esencias de Perros de paja, De mujer blanca soltera busca… e incluso de Anticristo, todos ellos títulos interesantes y que pivotan sobre la invasión del espacio íntimo, del ataque no sólo físico sino también de los pilares que sustentan la personalidad sus protagonistas y las bases de la vida en pareja. Así, los invitados Bobby (James D’Arcy), Jane (Rachel Miner) y su hijo Tobby, son un grupo de sicópatas en busca de una identidad en la que habitar y están seguros de haber encontrado a los elementos perfectos que sustituir. Pero, en su análisis, saldrán a la luz todas las miserias e inseguridades de ambas partes, en un relato agrio y dramático que sirve de vehículo de lucimiento de los actores, especialmente los personajes femeninos.

A raíz de la muerte de su padre, Iris lucha por llegar a fin de mes, mientras cuida de su hermano menor, un enfermo terminal. Lambrick Shepard, un aristócrata filantrópico, muestra su interés por ayudar a ambos. Cuando Lambrick invita a Iris a una cena exclusiva, ella acepta. Pero a la cena asisten otros siete individuos que se encuentran en una situación tanto o más desesperada que la de Iris. Pronto se encuentran atrapados en la mansión de Lambrick y forzados a tomar parte en un sádico juego de Would You Rather (un juego en el que se les pregunta a los participantes por una serie de dilemas a los que deberán dar respuesta), donde el ganador será premiado con una incalculable cantidad de dinero. A medida que el juego progresa, los dilemas a los que deberán enfrentarse Iris y los demás comensales, se volverán cada vez más mortíferos.

¡Genial! Oigo hablar por primera vez del thriller Would you rather y se me acumulan los aspectos positivos a destacar (of course… sin haber tenido la oportunidad de ver todavía la película) de la nueva propuesta del director norteamericano David Guy Levy. Y si os parece bien empezamos por el plato fuerte de la jornada: la presencia del inefable y siempre bienvenido Jeffrey Combs, al que se le está quedando una cara de actor secundario imprescindible (de esos que suelen merendarse, sin apenas esfuerzo, a todo actor o actriz principal que se le ponga por delante) que tira de espaldas. Lamento ser tan simplón, pero cualquier película en la que figure el nombre de Jeffrey Combs en su reparto, se convierte, automáticamente, en objeto de mi deseo (pero que conste que, sexualmente, el amigo Combs no me pone en absoluto).

Rachel es una periodista dispuesta a desentrañar el misterio que se esconde detrás de un brote de extraños sucesos ocurridos en una pequeña localidad. Encuentra a un lugareño dispuesto a compartir unos sucesos con reminiscencias en las leyendas de Salem. Sin embargo, tras la repentina muerte de su confidente y la desaparición de su amigo, Rachel se ve conducida a un callejón sin salida. Sola, sin ayuda de nadie, deberá descubrir el oscuro secreto que se esconde en el pueblo.

Lo siento. No tengo prácticamente nada que contaros acerca de The Secret Village. Un tráiler, las primeras imágenes promocionales y un primer póster es lo único que tenemos de una producción que, supongo, todavía está lejos de tener una fecha de estreno y que probablemente esté iniciando sus primeros pasos en busca de distribuidor. Como mucho comentaros que tras ver el tráiler de The Secret Village me ha venido a la memoria El hombre de mimbre (The Wicker Game, 1973), el clásico británico de Robin Hardy que contó con un nefasto remake dirigido en 2006 por Neil LaBute y protagonizado por un imposible Nicholas Cage.

Una extraña enfermedad, que ya padeció en el pasado, afecta a Abel justo cuando se están a punto de cumplir los plazos para entregar su segunda novela. Mientras su agente editorial no para de presionarle para que entregue el material a tiempo, el cuerpo de Abel se llena de llagas que irán dibujando misteriosas formas e intentarán doblegar la voluntad del escritor.

Dedicas varios meses (incluso años) a un proyecto creativo que, lo quieras o no, tiene un plazo máximo de entrega. Si todo va bien y cumples con los plazos estipulados… ningún problema. Si además tanto tus clientes, lectores, espectadores, etc, y por supuesto tú mismo, quedáis satisfechos con el resultado final… todo perfecto. Pero en ocasiones las cosas no son tan fáciles. De pronto el maldito plazo de entrega se convierte en una amenaza. Una espada de Damocles que orbita alrededor de tu cabeza y que trae consigo efectos muy nocivos: nervios, estrés, inseguridad, exceso de responsabilidad…

Llagas, el nuevo cortometraje del director valenciano Miguel Ángel Font Bisier, materializa esa amenaza de manera magistral a partir de guión escrito a cuatro manos por dos de los novelistas de género más destacados de nuestro país: Juan de Dios Garduño (Y pese a todo…) y David Mateo (El último dragón). Un guión que nos sumerge en la pesadilla de Abel, un joven escritor que, tras un viaje a Egipto en busca de inspiración, se ve abocado a un proceso creativo cuyo objetivo es superar el enorme (y en cierto modo inesperado) éxito de su primera novela. Pronto aparecerán los síntomas de una extraña enfermedad que se traduce en enormes y supurantes llagas que cubren buena parte de su cuerpo y en extrañas visiones que amenazan con dinamitar la cordura del escritor. ¿Ha contraído realmente Abel una enfermedad infecciosa tras su vieja a Egipto? ¿O quizás la transformación de su cuerpo y su debacle mental responden a su incapacidad para afrontar con garantías el proceso creativo en el que se ve inmerso?

Aunque en su día sorprendió con las notables Sesión 9 (2001) y El maquinista (2004), Brad Anderson lleva unos años bastante perdido en las pantallas de cine. No tanto en la televisión, donde a lo tonto ha ido rodando episodios en series tan variopintas como la magistral The Wire (2002-2008), la freak-idolatrada Fringe (2008-¿?) o la aburrida y cancelada Alcatraz (2012). Lo último que supimos de él en materia cinematográfica fue la poco vista (y poco vistosa) Vanishing on 7th Street (2010). Así, The Call supone para Anderson un intento de llamar la atención más allá de los circuitos limitados, aunque para ello haya tenido que toparse con lo que tiene toda la pinta de encargo para mercenarios del celuloide. Y es que nos enfrentamos a una especie de telefilm de sobremesa en el que una aguerrida teleoperadora del número de emergencias las pasará canutas para salvar a una chiquilla secuestrada por un asesino. El asesino en cuestión parece tener algo que ver con el pasado de la susodicha, lo que lía más el asunto. De todos modos, y aviso, viendo el trailer podemos ahorrarnos ver la película: TE CUENTA TODO.

Aunque no tiene muy buena pinta, habrá que esperar a verla para opinar con criterio. Su estreno en Estados Unidos está previsto para el 15 de febrero, pero no sabe nada del resto del mundo. A estas alturas, sin noticias de otras fechas y con rumores apuntando a que la verdadera intención del estudio era sacarla directa en DVD, no hay que ser un genio para entrever que su distribución anda en la cuerda floja.

Es posible – y probable – que acabéis odiando En las afueras de la ciudad (Hidden in the Woods). Es posible que acabéis odiando a todo aquel al que se le ocurra recomendárosla. Incluso es posible que acabéis odiando un poquito más el mundo tras “degustar” el que sin duda alguna está llamado a ser el exploit más desaforado, atroz y desmedido de los últimos años.

Tras ser encarcelado el padre que abusó de ellas desde que eran unas crías, dos hermanas deberán huir de un narcotraficante psicópata y sus secuaces, quiénes andan tras un importante alijo de drogas que el mencionado padre de las chicas ha escondido en algún lugar del bosque.

El realizador chileno Patricio Valladares, autor de Dirty Love (2009) y Toro Loco (2010), construye un universo grotesco alrededor de dos caperucitas rojas rodeadas por un sinfín de lobos feroces. Un universo en el que todo, absolutamente todo, tiende a la exageración, la gratuidad y a la misoginia más exacerbada. Un exploit en toda regla.