Heretic

No hemos terminado el año y ya empezamos a reseñar los lanzamientos de 2025. Aunque hemos podido ver en cine Heretic, su estreno en España es a primeros de enero. La cinta llegaba precedida de mucho ruido por la actuación de Hugh Grant, y la verdad es que este no decepciona. Sin embargo, tal vez lo más singular de este nuevo producto de A24 sea su originalidad temática: Heretic podría inaugurar un subgénero llamado terror teológico.

Dos voluntarias de la iglesia mormona llevan todo el día tratando de evangelizar a desconocidos. Su última cita de la jornada es en una casa a las afueras del pueblo, donde un hombre ha mostrado su interés por recibir una catequesis. Este sujeto las anima a entrar en casa pues fuera llueve; ellas, convencidas de que el desconocido está con su mujer (los miembros femeninos de la fe mormona no pueden entrar en hogares donde solo haya un hombre), acceden a la vivienda. Rápidamente descubrirán que el tipo en cuestión es todo un experto en temas de creencias. Diálogo a diálogo, su discurso trata de desmontar sus bases religiosas al tiempo que la sensación de peligro se intensifica.

Con prácticamente tres personajes en pantalla y una única localización, los 40 minutos iniciales de Heretic podrían fácilmente ser adaptados al teatro; es más, si no fuera por los encuadres, la banda sonora y ciertos planos, nadie diría que es una cinta de terror. Grant resulta a la vez cortante y extrañamente amable, pero su discurso es realmente coherente, desafiante para cualquiera que tenga creencias firmes.

Tengo que confesar que los razonamientos de este personaje no me terminan de encajar con el tipo loco y cruel del segundo tramo. Es más, desde el momento en que Heretic pasa de ese terror teológico a una cinta de secuestro y tortura, como quien abre el horno para ver cómo va el bizcocho justo cuando este empieza a subir, la cinta se desinfla. Los juegos psicológicos del segundo tramo y ese infierno doméstico escondido en un hogar aparentemente tranquilo son territorio conocido en cintas como People Under the Stairs o Barbarian. Conscientes de este descenso de interés, Heretic contiene algunas escenas donde la sangre aflora con mucha más generosidad de lo esperado en el cine comercial (no es una producción especialmente cara, pero se ve pensada para el gran público).

Sin duda alguna, lo mejor de la cinta es Hugh Grant, que parece pasarlo en grande usando todos sus tics y gestos de la comedia romántica para aplicarlos a este moderno fariseo. El actor está viviendo una segunda edad de oro, abriendo el espectro de personajes tras una carrera que parecía encasillada desde Cuatro bodas y un funeral. Conviene señalar que gran parte de este buen trabajo se lo debe a las dos brillantes actrices que le dan la réplica: Sophie Thatcher, interpretando a esta joven que llega a la fe tras una vida que intuimos no fue nada fácil, y Chloe East, que se mete en el papel de una joven modosa y curiosa que no conoce mucho mundo más allá del que le ofrece su comunidad. Los tres son capaces de sujetar Heretic incluso cuando se desboca en un mar de trucos fáciles.

Indicar también el magnífico trabajo de cámara y ambientación de este film. Son esos detalles visuales los que dan a una cinta ese lustre de producción muy por encima de títulos cercanos. No es para nada un mal comienzo de año, pero rezaremos en todas las religiones para que el listón se suba un poquito más.