El hombre que esperaba a las flores
de Jirky Svenson
Ubicada en una Finlandia surrealista, “El hombre que esperaba a las flores” narra la historia del señor Svenson, trasunto irónico de su propio creador que abandona el estrés de la bolsa helsinguina para levantar un vivero en su pueblo natal. Una vez instalado allí la realidad comienza a retorcerse a su alrededor, quién sabe si a causa de una inocente llamada de teléfono o en base a un plan de mayores dimensiones, que colocaría al pobre florista en medio de una red de sucesos apocalípticos. En concreto una serie de asesinatos donde las víctimas, aparentemente elegidas al azar, muestran sobre sus pechos abiertos el nacimiento de unos crisantemos mutantes capaces de esparcir la locura a lo largo y ancho de la población. Las pesadillas macabras y absurdas reacciones de los convecinos del señor Svenson amenazan con dibujar un cuadro donde el principal culpable de las autoridades sería el propio florista, alterada su percepción a medida que cierto ritual de paciencia y sumisión llega a su último estadio. Únicamente los anómalos árboles y plantas de la helada región de Salla tienen la respuesta, germinada durante un verano como la humanidad no ha conocido nunca.
Lo mejor: Una maravillosa capacidad para utilizar temas comunes al imaginario del horror humano, y darle una perspectiva más inquietante si cabe gracias a su arriesgado estilo.
Lo peor: Una parte central que acusa algo de lentitud debido a la experimentación de estilos y tiempos verbales.