Universal Soldier: Day of Reckoning

¿Recordáis cuando Van Damme llenaba salas de cine? A diferencia de estrellas de acción A como Schwarzenegger y Stallone, el belga jugó en la liga B junto a Seagal y Norris. Un ejemplo muy similar a día de hoy podría ser Jason Statham. No hacía películas multimillonarias, pero durante años ostentó uno de los primeros puestos del género para los aficionados gracias a propuestas tan entretenidas y, pese a quién pese, míticas, como Contacto sangriento (1988), Kickboxer (1999) o Doble impacto (1991). Fue por aquel entonces cuando le llegó su primera producción relativamente grande que, cosas de la vida, tenía como director a un megalomano en potencia como el temible Roland Emmerich, y le juntaba con otra estrella B como Dolph Lundgren. Estoy hablando de Soldado universal (1992). Estoy hablando de un actioner estrenado a la sombra de la grandiosa Terminator 2: El juicio final(1992), que durante el mismo año arrasaba con todo y sentaba las bases del nuevo CGI. Pese a todo, Soldado universal se hizo un hueco en la taquilla y en el corazoncito de los fans, convirtiéndose posteriormente en una de las películas más alquiladas en los videoclub y más repetidas en la parrilla televisiva. ¿Cuántos de vosotros tenéis un viejo VHS rallado de tanto repetir?

Pese al éxito, no fue hasta 1999, cuando un Van Damme comenzando su declive decidió echa mano de una secuela. Sin embargo, la pésima Soldado universal: El retorno, no solo no contribuyó a dar un empujón a la carrera de su estrella, sino que terminó de hundirla.

Rescatado de polvorientas estanterías de videoclub por Stallone y sus mercenarios, y unos años antes, al menos artísticamente hablando, en la interesante JCVD (2008), se negó a dejar morir la franquicia con tan mal recuerdo. Así, y decidido a dar un cambio radical al invento, sorprendió con Soldado universal: Regeneración(2009). Aquí se intuía el cambio radical que se pensaba dar a la saga: hacerla más oscura, con violencia más sucia y personajes ambiguos. En esto último entra un Van Damme alejado de su rol de estrella y comenzando su viaje al reverso siniestro del personaje. Una transformación que culmina en Universal Soldier: Day of Reckoning.

Algunos de vosotros os preguntareis qué narices pinta esta película en Almas Oscuras. Obviamente, aún no la habéis visto. Y es que el director John Hyams, que repite después Regeneración y además participa en el guión, ha llevado la historia a un punto bizarro que a unos cuantos se les hará difícil de digerir. A llevado a Frank Dux (Van Damme) y, de nuevo, Andrew Scott (Lundgren) a un viaje a la locura con similitudes con el experimentado por Marlon Brando en la imprescindible Apocalypse Now (1979). Obviamente, salvando las distancias entre ambas películas. Luego entran mad doctors, androides asesinos y personas deformadas, entre otras cosas. Un rollito malsano que enfoca la franquicia hacía un modelo arriesgado, quizás minoritario, pero a estas alturas de desgaste, muy satisfactorio. Reciclarse o morir. No obstante, los cambios introducidos no impiden que disfrutemos de varias escenas de acción muy bien dirigidas y sin escatimar en elementos gore.

A todo esto, que nadie espere ver a Van Damme o Lundgren cada minuto en pantalla. Aquí el protagonista absoluto es Scott Adkins, un actor y experto en artes marciales y escenas de riesgo que hasta ahora no ha conseguido captar la atención masiva que merece, pero va creciendo poco a poco. Le recordareis de Undisputed III (2006) y IV (2010), o recientemente como villano, precisamente aliado de Van Damme, en Los mercenarios 2 (2012). Los otrora astros de la acción B tienen papeles secundarios pero bastante potentes. Son los jefes finales a superar, como si de un videojuego se tratase.

En definitiva, un producto diferente e inesperado, aunque algo irregular en el desarrollo por ciertos altibajos de ritmo. Se podría haber sacado más provecho a las habilidades de Adkins en lugar de dejar toda la leña para el largo clímax final. En todo caso, el riesgo se agradece y es un placer ver como queda capacidad de reciclaje con pocos medios.