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Vampires

Sanguijuelas, hedonistas, inhumanos y... ¿belgas?

Vampires

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Un equipo de investigación se pone en contacto con la comunidad vampírica de una pequeña zona de habla francesa en Bélgica para rodar un reportaje. Una vez establecidos en la casa de una familia, más o menos normal, van descubriendo los secretos de la raza vampírica, unos más prosaicos que otros: como duermen, como se alimentan, que les preocupa, sus tendencias sexuales, como entretienen la eternidad, las relaciones entre ellos y como el gobierno les da no solo amparo si no también cobijo, en la agradable y reblandecida Bélgica.

Desgraciadamente, un pequeño desliz embarca a la familia hacía Canadá donde descubrirán que la vida reciclada y automatizada del nuevo continente es menos interesante para un chupasangres, ¿o no? Porque Canadá es la tierra de los sueños cumplidos, si acaso un vampiro puede soñar…

Vampires se erige, por derecho propio, como uno de los mejores documentales falsos jamás rodados, recogiendo el testigo directo de su compatriota belga Ocurrió cerca de su casa. De hecho podríamos decir que son primas hermanas, no porque compartan responsables o miembros del equipo técnico/artístico, en absoluto. Ambas son parientes cercanas al nacer del mismo tratamiento de cara al cine de terror, un género que abordan de forma inteligente: ni más ni menos, sus responsables se dedican a reescribir una (relativa) ficción horrible desde el humor, usando como excusa el rodaje de un reportaje, añadiendo a la mezcla esa falsa perspectiva de una realidad trucada, pero cercana, que la presencia de un equipo documental genera cuando rueda eventos terribles desde el documentalismo. En resumidas cuentas, la humanización amoral del frío ojo de una cámara, que tratando historias de las criaturas de la noche, provoca a la par desasosiego y sonrisas mediante esa proximidad imposible que consigue. Así las situaciones más rocambolescas son tratadas con la mayor naturalidad imaginable, rompiendo la barrera entre cineasta y público, permitiendo un discurso que se introduce en nuestro sistema de forma intravenosa.

Es decir, siguiendo la estela de su compatriota belga, y la no menos interesante Troll Hunter (efectivamente, no salimos de Europa, y es que además de una crisis de pelotas, también poseemos una visión única del séptimo arte), Vampires comparte con nosotros, y de primera mano, las vivencias grotescas de unos personajes, una familia más esquizofrénica que su propia condición vampírica, pero con una naturalidad y desparpajo que logran suprimir temporalmente la incredulidad, dando pie a una de las experiencias más frescas y divertidas de la temporada. Un servidor, integrante de la escuela luciferina del escepticismo, jamás ha creído en seres de las tinieblas ávidos de sangre joven, pero si estuviesen entre nosotros, no podría ser de otra forma que la que nos proponen Vincent Lanoo, director y guionista, y Frédérique Broos. Esto es Europa, y el retrato del vampiro se vuelve más íntimo, cínico y decadente que cualquier visión pedante proveniente del otro lado del charco; una perspectiva eminentemente social que sirve como pretexto para burlarse de la idiosincrasia Belga que, para bien o para mal, es compartida por gran parte del viejo continente. No son alimañas de sed insaciable, no son “dandies” portando camisas con chorreras, no son góticos de pelo cardado, solo son… ¡una familia de vampiros! – inmigrantes rumanos, para más inri –.

¿Y como han sido retratados los chupasangres? De una forma cercana, familiar, ácida y oscura, pero con un respeto hacía los mitos clásicos aplastante – y cuyas muestras de respeto iréis disfrutando a medida que se sucedan las referencias folclóricas y literarias -. Lo que viene a ser lo mismo: el retrato de los problemas internos y sociales de una familia vampírica de clase media, salta del terreno de la fantasía a lo cotidiano mediante una maestría aplastante, que viene a demostrar, una vez, lo innecesarios que resultan los fuegos artificiales cuando se depura el discurso, y es que en Vampires la técnica del falso documental está tan bien depurada, que se convierte en elegante parte de las bromas que se van sucediendo en pantalla – como demuestra ya desde su insuperable inicio, donde conocemos de los infructuosos primeros intentos de acercarse a la comunidad vampírica por parte de distintos equipos de rodaje –.

Y el espectáculo de sombras y luces, la magia de la linterna mágica no cristalizaría de no ser por dos elementos muy destacados:

Por una parte diría que el trabajo de los actores. Pese a ser unos completos desconocidos fuera de las fronteras belgas – al menos para este inculto escribano –, el plantel de actores ha realizado una tarea digna de elogio interpretando a unos seres, los vampiros, que en esta cinta yo destacaría por su psicosis, un reflejo oscuro de la que sufre la sociedad occidental. Así que ya imaginaréis que ante las personalidades extremas desfilando por delante de nuestras narices, los actores han decidido enfrentarlas con realismo y, a la vez, con un fino humor negro soterrado que se desvela en esas muecas animales de afilados colmillos que nos regalan constantemente. Una manada de hienas que se regodean en su propia crapulencia, seres amorales adaptados a la vida moderna a base de martillazos. Una delicia contemplar el trabajo de Carlo Ferrante como patriarca de la familia que acoge al equipo de documentalistas – de hecho, el actor fue justamente premiado en el festival de cine fantástico de Málaga celebrado el año pasado –. Carlo, o Georges, se convierte a lo largo de todo el metraje en una figura amenazante pero a la vez seductora, sin dejar de ser un padre-alimaña preocupado por todo lo que afecte al núcleo familiar. También destaca, no solo por su actuación – más bien por otras razones más carnales – la presencia de la exuberante Alexandra Kamp, actriz alemana para unos, MILF para otros y ambas cosas para el que suscribe, cuyas fotos solo pueden inducir a las taquicardias masculinas. ¡Buen casting! Un placer, repito, el ver a todo el elenco en acción, porque no hay ninguna interpretación más floja que otra, y no es decir poco teniendo en cuenta que estamos ante una película eminentemente de personajes, algo que os confesaré echaba de menos. Últimamente me doy cuenta de que los guionistas controlan mucho el número de caracteres en sus libretos, al menos los personajes con más de dos frases interesantes – fenomenal a la hora de no complicarse, pero un aburrimiento para el aficionado al cine –, aquí sin embargo encontramos una multitud secundarios que añaden un tono de calidad adicional al, por otro lado, cuidado guión. Desde el amigo medio subnormal de la familia hasta el vendedor de ataúdes sin escrúpulos, pasando por los geniales “vecinos” aristocráticos, que guardan una de las mejores escenas de todo el metraje (¿jugamos a “luna”?) o el príncipe de Quebec, un auténtico socialista progre “buenrollista”. Todos tienen algo que contar, algo interesante, macabro y divertido a la par. Un triunfo del esfuerzo redactor de los guionistas.

Sí, en segunda instancia tenemos un guión de lujo. A pesar de existir flecos argumentales – estamos ante un supuesto documental, pero hay incongruencias o absurdos con respecto a la inserción social de los vampiros, claro que se justifican por el enfoque cómico –, el tratamiento de las reglas vampíricas, de los problemas psicológicos que provoca la inmortalidad, de la amoralidad de considerarse la cima de la evolución, la iteración con otros congéneres… todo es coherente e inquietantemente creíble. Y digo inquietante porque hay algo que nunca olvida el guión, siendo su mayor acierto, Vincent Lannoo y Frédérique Broos hacen hincapié real en el factor más importante de la ecuación: los vampiros son monstruos, para ellos los seres humanos no son más que ganado, su inmortalidad los ha llevado a cánones morales que sonrojarían a Lestat. Así que no estamos ante una comedia basada en el cine de terror (Deadheads, Tucker and Dale Vs. Evil) si no ante una verdadera comedia de horror; conceptos parecidos pero no iguales. Puede parecer una diferenciación injusta, incluso innecesaria, sin embargo me parece que esta pequeña diferencia separa, y convierte, en algo más auténtico a Vampires del resto. A pesar de venderse solo como una comedia, se suceden ciertas escenas bastante macabras y siniestras – la fiesta del principie de la zona donde viven nuestros protagonistas, los juegos con inválidos de Sansón –, incluso los momentos más banales – como el despertar y desayuno de nuestra familia –, provocan un desasosiego soterrado que se olvida mediante el humor negro, pero va haciendo mella en el ánimo del espectador.

Otra faceta interesante sería la crítica social, embebida tanto en la cómoda vida en Bélgica como en la transformación que sufre la familia cuando se ve trasladada a Canadá por causas de fuerza mayor. Aquí ya entrarían las lecturas personales de cada uno, pero las referencias a inmigrantes, la integración de comunidades, la absorción y reciclaje del espíritu hedonista de un vampiro en un simple pedigüeño callejero, la rebeldía adolescente vuelta del revés – mediante la presencia de la bella vampira, interpretada por Fleur Lise Heuet, obsesionada con ser humana y el color rosa –, las leyes impuestas por simples “niños”, etcétera, suponen toda una película por sí misma. Es cierto, que algunos detalles pueden parecer ininteligibles o repetitivos, bien, no es más que parte del estilo belga, asumible dado que el ritmo es lo suficientemente bueno como para ignorar estos detalles y cuando algo no ha “encajado” en nuestra percepción de las cosas, ya estamos ante una nueva escena con mucho por rascar. Una profundidad apoyada sin dudas por la excelente manufactura, no será la película perfecta pero está rodada con cuidado y chispa.

También es cierto que el humor, esa chispa, destaca por su finura – sin rechazar los grotesco pero tratado con elegancia –, no se trata de una comedia de carcajadas, más bien de sonrisa sempiterna: la sensación de hilaridad es suave pero constante y, lo mejor, aderezada con el peligro que irradian constantemente los impredecibles vampiros. Esto se puede ver como un hándicap, pero solo en caso de acercarse a Vampires buscando histrionismo exacerbado, no se trata de un Scary Movie más, si no de una comedia de horror inteligente que no trata al espectador como quinceañeros salidos y mongoloides, por mucho que a alguno le resulte pedante semejante estamento.

Una vez superado el entusiasmo inicial, solo me resta recomendar de forma sincera Vampires, justa merecedora del premio a mejor película concedido en el festival de Málaga, en su pasada edición. Una obra que si hubiese nacido en una época menos mediatizada por el éxito (y exceso) de otros falsos documentales, se hubiese convertido en obra de culto (como su prima Ocurrió cerca de su casa, ¿recordáis?). Se agradece una cinta de vampiros que hunda sus colmillos, de forma respetuosa y sin perder fuerza, en los mitos clásicos frente al reciclaje moderno “hipervitaminado” (o “zombificado” si preferís). Por fin los vampiros recuperan parte de su glamur, irónicamente, a través de ser proletarizados y deglutidos por la maquinaria del bienestar social, algo tan falso como risible. Sarcástica, cruel e imprescindible a todos los niveles.

Lo mejor: Fresca y original, con un sólido guión.

Lo peor: Partes de humor belga, demasiado nacionales como para ser entendidas desde fuera. Lo que se suele llamar cruelmente "humor afrancesado".


Vuestros comentarios

1. 05 div 2011, 20:39 | Blanch

Pues si la parienta me deja cae esta noche seguro. Ya diré que tal…

2. 05 div 2011, 20:55 | Bob Rock

Blanch.- Espero que te guste, está bastante bien y te deja muy satisfecho… pero no tanto como la parienta :P

Un abracico para los dos!!

3. 08 div 2011, 20:30 | killeador

encontre esta pelicula para bajar en la bahia de el pirata,pero no encuentro por ningun lado subtitulos. alguien me puede ayudar con eso?
gracias de antemano

4. 09 div 2011, 14:28 | Bob Rock

Killeados.- La versión que pude ver era de Gnula, no conozco subtítulos flotantes!

Un saludo

5. 11 ene 2012, 18:05 | Mr Zombie

personalmente me ha gustado mucho esta pelicula y recupera mi interes por el estilo mockumentary , que habia perdido debido a la saturacion ultima de este tipo de pelis, con formulas ya repetidas. Aqui nos muestran uno original y ameno.

Gracias Bob por la reseña y por el link del mail que yo no encontre.

para que nadie se pierda este estupendo mockumentary dejo un link con peli y subs.

www.megaupload.com/?…

www.subdivx.com/X6XM…

agradecimientos a Supernatural de sub adictos por encontrarlos.

6. 11 ene 2012, 23:04 | killeador

gracias mr zombie,bajando al toke

7. 12 ene 2012, 09:59 | Bob Rock

Mr. Zombie.- De nada, ya ves, cosas del buscador.

Creo que Vampires debería haber sido más reivindicada de lo que ha sido! Así que gracias por señalar lo bueno con el dedico.

Un saludo

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