Peur(s) du noir

El mundo del cómic y el de la animación, contrariamente a lo que pudiera parecer, no terminan de casar bien… La adaptaciones de cómics adultos a dibujo en movimiento no logran atraer al público casual y, generalmente, tampoco reciben el aplauso de los lectores. Y es raro, pues, aparentemente, es la transición lógica… Más suerte han tenido las adaptaciones a personajes reales. Tras un comienzo torpe, plagado de guiones superficiales y de dudosa calidad; entrando en el nuevo siglo, películas encabezadas por superhéroes y seguidas por cómics de todos los pelajes, nos han dejado títulos como Los vengadores, 300, Sin city, Ghost wold o Camino a la perdición, cintas tal vez cuestionables en algunos casos, pero que desde luego han logrado que la industria y la crítica reconozcan al cómic como lo que es, un género narrativo tan expresivo y rico como lo puede ser la novela o el teatro.

En cambio ha tenido que pasar mucho tiempo hasta que el público valore en su justa medida películas como Heavy metal o Tigra hielo y fuego y, aún así, seguimos a la espera del título que abandere el cómic llevado al dibujo animado. Lo más cercano y acertado hasta el momento, para mi gusto, son Persepolis y Cuando el viento sopla. El principal problema de estas propuestas es lograr mantenerse a la altura del look estético de sus originales, el segundo, saber plasmar el espíritu y sabor que se obtiene al leer un comic. Peur(s) du noir (creo que viene a traducirse algo así como “miedos a la oscuridad”) es un nuevo intento de conseguir ambas cosas y, a pesar de lograr triunfar en el apartado estético, en lo argumental termina por quedar en tierra de nadie, un terreno peligroso que ha llevado al título a los lejanos mundos del olvido y la indiferencia…

Seis dibujantes, seis (Blutch, Charles Burns, Marie Caillou, Pierre Disciullo, Lorenzo Mattotti, Richard Mc Guire), para seis historias que hablan del miedo y que van desde el cuento de fantasmas más clásico al horror de estética manga, e incluso pasando por algo cercano al ensayo… Una ensalada de sabores tan variada como dispar, que queda unificada - al menos eso pretenden – por una paleta de color prácticamente inexistente, y que dota al resultado un aspecto y espíritu más cercano al cine experimental que al narrativo.

A lo largo de sus 85 minutos conoceremos a un siniestro personaje que recorre una estepa con una jauría de incontrolables perros salvajes. Descubriremos un extraño parásito que transformará en pesadilla una historia de amor; una femenina voz en off nos hará participes de los terrores cotidianos que la anulan como persona; veremos a la joven Sumako debatirse entre dos realidades a cual más oscuras, viajaremos a una remota villa en la que sus habitantes viven aterrorizados por misteriosas desapariciones y, finalmente, recorreremos un lóbrego caserón que, tal vez, tenga más habitantes de los que se podría pensar…

Los seis autores son auténticos primeros espadas en esto del cómic, la ilustración y el diseño gráfico, y sus firmas son ya de por sí un motivo para revisar este título a poco que seas, como es mi caso, un seguidor del mundo del dibujo. El mayor acierto del film es haber sabido plasmar mediante distintas técnicas que van del 3d, a la animación por interpolación de formas (tipo flash), o a la animación convencional fotograma a fotograma, el particular universo de sus autores; En un ejercicio sobresaliente y sin grandes alardes visuales, pero con una extremadamente cuidada construcción de los planos, y un muy particular sentido del ritmo.

Narrativamente la película es otro cantar. Dos de las historias más abstractas se segmentan e intercalan entre las cuatro narraciones más convencionales, incluso interrumpiendo la historia de Caillou, algo que favorece el empaque del conjunto pero que, a su vez, entorpece la experiencia de visionado. Por otro lado los cuentos, si bien son correctos, adolecen de cierta falta de gancho, manteniendo al espectador en el filo del aburrimiento una vez se supera el asombro visual inicial; Una pena pues, al finalizar, se le queda a uno la sensación de que todo podía haber sido mucho mejor.

En cualquier caso Peur(s) du noir merece ser visitada y ser aplaudida a pesar de lo irregular de su resultado, aunque sólo sea por la magnífica historia que cierra el conjunto; Se trata de un cuento en blanco y negro, mudo y de sabor clásico, que juega magníficamente con luz y oscuridad, recordando a la técnica bautizada como “Dark deco” de la primera temporada de la serie Batman. Así, animando sólo unas pocas masas de tinta clara sobre negro se sugiere un volumen y movimiento complejo, aderezado con texturas retro en algunas paredes y puntuales degradados de gris… Os lo aseguro, es DELICIOSO.