Nocturnos
Gemas de ónice puro
Dicen que las antologías de un sólo autor no funcionan en España, que el público demanda novelas, tochos de más de 500 páginas y que, en todo caso, una antología comunal te la editan para que la compren los familiares y amigos de los autores (los cuales habitualmente ni siquiera ven una copia por su esfuerzo). Claro que esta triste perspectiva volaría por los aires si los escritores españoles fueran capaces de sacarse de la manga colecciones como la que hoy nos ocupa: “Nocturnos”, probablemente una de las mejores antologías originales editadas en castellano de lo que va de siglo. Al menos en cuanto a horror sobrenatural se refiere. Lo curioso del asunto es que ha pasado desapercibida entre los aficionados no sé bien si por la fama de su autor, una carrera asociada a la novela negra de seriedad aplastante, o por la editorial que se ha hecho cargo de la obra, en este caso Tusquest, que no suele ser identificada por una bibliografía terrorífica. En mi caso, recomendarla fervientemente para este día del libro que ya nos abandona. Merece cada uno de los euros que vale, un valor seguro en cuanto a cantidad/calidad/precio.
John Connolly es un novelista irlandés que ha alcanzado la fama por su serie de novela negra sobre el detective Charlie Parker, que por cierto es todo un personaje. Así, en castellano es la prestigiosa casa Tusquets, con muy buena traducción, la que ha ido editando todos los tomos de la longeva serie, igualmente que el libro que hoy nos ocupa, obviamente fuera de lo que suelen ser las publicaciones habituales de la editorial catalana. Estas historias de Parker son obras oscuras que coquetean con el terror en algunos de sus pasajes, pero que, al fin y al cabo, tenemos que encuadrar claramente en el thriller policíaco.