Doble Sesión para la noche de Halloween

La Momia | Bubba Ho-Tep

Por Randolph Carter

Dejando a un lado la adhesión que cada uno tenga por esta Noche, hay que admitir que si algo posee Halloween es la capacidad de anular el sentimiento (más o menos desarrollado) de vergüenza. La adicción a disfrazarse llega hasta límites insospechados y hace que nuestra inventiva y creatividad crezca desmesuradamente. Aún así no falta nunca el amigo de turno que generalmente por pereza decide ocupar el polo opuesto del magnate de Jurassic Park y escatimar en gastos: disfrazarse de momia siempre es divertido y basta con un paquete de seis unidades (dependiendo de la cantidad de carne a tapar) de papel higiénico de marca blanca. Desde luego posee ciertas ventajas, si estás constipado no hace falta que lleves kleenex y si te tiran una copa encima añade un toque personal al disfraz como si de fluidos corporales de un cadáver en descomposición se tratara.

Ahora bien, mi propuesta de sesión doble pretende rendir un pequeño homenaje a tan maltrecha figura. Veintisiete años después de que el gran Karloff reviviese a este monstruo ya clásico, Christopher Lee retoma las vendas del milenario personaje en La Momia (1959), dirigida por el experimentado Terence Fisher y bajo el eterno sello de la Hammer. En esta ocasión los misterios del Antiguo Egipto emanan y envuelven la película, mezclándose con el eterno guardián dormido que aguarda el momento oportuno para despertar y recuperar aquello que le han robado… Una visión trágica a la par que portadora de la mejor pátina de horror clásico que la Hammer supo dotar a todos sus films.

El tándem pseudofaraónico se completa con la comedia de terror Bubba Ho-Tep (2002) con la que dejamos atrás la imagen típica del momificado y nos adentramos en los últimos años del Rey, el mismísimo Elvis Presley que todo el mundo creía muerto hace años termina sus días en una residencia de ancianos donde lo toman por loco. Vicisitudes del destino le llevarán a narrarnos su triste historia junto a la de su compañero de residencia que dice ser el presidente Kennedy. Juntos poseen los conocimientos, estratagemas y valor suficientes para enfrentarse a un poderoso mal de ultratumba que proviene de los demonios más ancestrales de Egipto. Todo ello aderezado por el carismático Bruce Campbell interpretando al Rey tan magistralmente que hará las delicias de los adeptos. Una comedia ácida y brillante resultado de la adaptación cinematográfica de la obra del genial escritor del género Joe R. Lansdale.

Una noche delirante como Halloween no podéis permitir que os corten vuestra doble sesión favorita, aunque por si acaso, ya sabéis, tened vendas a mano.

Tráiler de Bubba Ho-Tep:

La invasión de los ultracuerpos | El terror no tiene forma

Por Ladynecrophage

Oculta por completo bajo las dos mantas y el edredón, con el cuerpo surcado por unos espasmódicos temblores propios del miedo más acérrimo, paralizada de pies a cabeza y, sobre todo, procurando no sucumbir al sueño en ningún momento, un descuido que podría suponer el final de todo…

De este modo, transcurrió para una servidora la víspera de halloween del año 1989, tras haber finalizado, presa del pánico, el visionado de La invasión de los ultracuerpos (1978, Philip Kaufman), remake del también celebrado clásico de culto del año 56 que gozaba del mismo título. En aquel entonces, contaba con tan solo 6 años. Posiblemente me quede corta a la hora de plasmar la impresión que llegó a infundir en el espíritu de una servidora la visión de esas extrañas vainas capaces de suplantar la identidad de los seres humanos. Buena culpa de ello la tuvieron tanto el realismo de que gozaba la producción, aderezada con unos efectos especiales de lo más convincente que huían de los excesos, así como la asfixiante y angustiosa atmósfera, reflejada en una extrema psicosis colectiva. Aderezada con un estelar reparto, entre los cuales pueden incluirse nombres como Jeff Goldblum (The Fly, 1986), Veronica Cartwright (Alien, 1979) y, cómo no, un más que convincente Donald Sutherland en el papel protagonista, La invasión de los ultracuerpos ha logrado convertirse en objeto de culto para todo buen amante del cine de terror de la década de los 70, tanto es así que, a posteriori, han surgido diversos “intentos”, por llamarlo de alguna manera, de igualar el éxito de la producción, derivando de ello títulos bastante mediocres como Body Snatchers (1993), o la no menos soporífera Invasion (2007), protagonizada por Nicole Kidman y Daniel Craig.

Para completar la noche, siguiendo la interminable estela de visitantes de otros mundos, recomendaría el excelente e interesante remake de Chuck Russell, con el mismo título que el film original de 1956: The Blob, en la cual una repugnante masa viscosa, procedente del choque de un meteorito cerca del pueblo de Arboville (Colorado), intenta devorar todo cuanto se le pone delante. Una excepcional producción dotada de unos efectos especiales bastante logrados y sorprendentes, a la par que un no menos destacable elenco encabezado por Kevin Dillon en el papel protagonista de héroe macarra, amén de otros conocidos nombres como Jeffrey DeMunn (The walking dead) o Shawnee Smith (Saw 1 y 2). Cabría destacar la originalidad de este film que, a pesar de tratarse de un remake, puede presumir de poseer personalidad propia, lo que le ha valido la inclusión en el ranking de las cien mejores películas de terror de la historia de la revista Fangoria.

Precisamente, porque Halloween es la noche del miedo con mayúsculas, la noche para disfrutar del mejor cine de terror y ciencia ficción, la noche en la que no debe faltar el visionado de clásicos de la talla de estas dos obras maestras que, espero, disfrutéis en esta mágica y nostálgica víspera de muertos.

Tráiler de The Blob, el terror no tiene forma:

The Gate | La Galaxia del Terror

Por John Trent

La televisión, como buen signo de los tiempos que corren, ha ido olvidando los buenos programas para centrarse en la basura. Uno de los geniales programas que vieron su fin y no han encontrado digno heredero es Alucine. En aquellos tiempos de difícil búsqueda de películas, sin internet ni enormes anchos de banda, ese programa era recibido, una vez a la semana, como un regalo para los seguidores del cine de terror. Se emitían obras de todo tipo: desde clásicos en blanco y negro hasta éxitos actuales pasando por caspas. Dentro de este último grupo podríamos incluir The Gate (1987), también conocida en España como La Puerta. Claro que, en su día, con aquella tierna edad, no la concebía como una aventura juvenil de terror casposo sino como terror puro y duro del que me hacía encogerme en la cama después del visionado. Los años pasan y te das cuenta de que la mente, según la inocencia, juega malas pasadas. Pero siempre recordaré aquellos momentos, con mi cinta VHS de The Gate grabada de Alucine, repasándola una y otra vez y muriéndome de miedo con sus encantadores bichejos demoniacos o el ojo que se le abría en la mano a un jovencísimo Stephen Dorff. Sin duda, una deliciosa serie B ochentera de las que ya no se hacen.

No recuerdo si en Alucine pero sí en televisión pude ver unas cuantas veces La galaxia del terror (1981). Flipado como estaba con Alien, el octavo pasajero (1979) y Aliens, el regreso (1986) tenía esta película como un vigoroso sucedáneo. Eran tiempos en los que me gustaba más Mi amigo Mac (1988) que E.T. (1982). Pasaba verdadero terror con aquella nave espacial llena de peligros variopintos: gigantescos gusanos violadores (¡!), cristales a propulsión, purulentos zombis espaciales y todo lo que una mente retorcida pueda imaginarse. Y por allí estaban Robert Englund y Sid Haig. Casi nada. Un bizarro exploitation repleto de casquería que disfrutaba a tope en aquellos gloriosos años del VHS y una TV de madrugada a la que todavía no habían llegado videntes y concursos de poker.

Tráiler de Galaxy of Terror:

Oz, Un mundo fantástico | Rabid Grannies

Por Elniniodepelocrespo

Esta es una doble sesión pensada para los más pequeños y también para aquellos más grandes que de vez en cuando les gusta sentirse pequeños de nuevo, ser niños… Con un cuchillo en las manos. Más de uno arqueará la ceja al ver la propuesta para esta primera sesión: nada más lejos de la realidad. Esta versión tiene poco que ver con el glorioso musical de Judy Garland o con las coloridas e infinitas versiones animadas. Se trata más bien de lo opuesto. En los ochenta Disney apostó fuerte por el cine de imagen real como medio para realizar incursiones desde una perspectiva más adulta en la fantasía, la ciencia ficción o el terror. En este último terreno destacan títulos como El carnaval de las tinieblas, Los ojos del bosque, The child of glass o incluso Tarón y el caldero mágico. Oz, un mundo fantástico formó parte de este loable intento. Por un lado, tiene elementos fantásticos más que suficientes para figurar junto a otras películas clásicas de la época como Willow, Laberinto, La historia interminable, Cristal oscuro… Por otro, sin alejarse demasiado del tono infantil (crecidito), tiene secuencias de sobra para ser calificada como película de terror: la primera parte en el manicomio, los rodadores (no desprovistos de oscuras connotaciones), la habitación de las cabezas parlantes, el encuentro con el Rey Gnomo… Lo dicho, una película a descubrir por los adultos y buena forma de iniciar en esto del cine de terror a los más peques sin traumatizarlos (demasiado)

Por su parte, Rabid Grannies (1988) entra como una buena copa después de una cena copiosa y pesada, cuando los niños duermen y el sueño amenaza con echarnos el cerrojazo en los párpados. Esta producción belga de finales de los ochenta es lo más parecido a Braindead que se pueda encontrar. Infame y descarada como ella sola, participa de ese espíritu festivo, cutre y (auto)paródico, tan propio del terror ochentero. Dos entrañables abuelitas, poseídas por sendos demonios a lo Posesión Infernal, siembran el caos en su mansión durante una fiesta de cumpleaños a la que acuden todos los sobrinos, ávidos por trincar su herencia. La cinta está llena de momentos delirantes, de caspa, de humor negro y de vísceras. Un título ideal para los que quieran pasar un rato divertido antes de que el alcohol les arranque el conocimiento. Para echar unas risas y emborracharse a altas horas de la madrugada.

Tráiler de Rabid Grannies:

Clownhouse | Slaughter High

Por Manu

Hasta los dieciocho o veinte años, soñaba con haber nacido en Estados Unidos. Allí era donde había fiestas de instituto, grandes amistades que se reafirmaban, entre latas de cerveza, en carreteras desiertas a la salida del pueblo y, sobre todo, donde se celebraba la noche de Halloween. La normalización que suponía, en mi cabeza, que durante un día todo el mundo fuera disfrazado de esos monstruos que a mi madre tanto preocupaba que yo siguiera a través de pelis, comics o dibujos, no tenía precio.

Por eso, si tuviera que preparar una sesión doble para Halloween, me decantaría por ClownHouse, de Víctor Salva (1989) y Slaughter High, de George Dugdale, Mark Ezra y Peter Litten (1986). La primera, tiene lugar, al igual que el Halloween de John Carpenter, en un pequeño pueblo cercano a un manicomio. Tres locos se escapan del mismo, asesinan a los payasos del circo, se quedan con sus trajes y se ceban con unos adolescentes, especialmente con el pequeño Casey (Natha Forrest Winters), con un feroz miedo a los payasos. La polémica en torno a su director y su comportamiento con el niño protagonista eclipsó, con razón, a la película. Se trata de una obra pequeña y apañada, con una construcción del suspense magistral, un tramo inicial en el que se presenta a los tres hermanos protagonistas con cariño y se captura con acierto la sensación febril de la adolescencia, y un desarrollo y final de pesadilla la estilo Michael Myers: importan más el clima y los preliminares que el asesinato en sí, se regodea en el asedio y no muestra apenas violencia o sangre explícita.

Slaughter High es el otro extremo de película: adiós a la sutileza y la sugerencia. Marty es el tonto del instituto. Acaba ingresado en un hospital tras una broma que se les va de las manos a sus compañeros, y se escapa años después para ejecutar su venganza, escondiendo su rostro deforme tras una máscara de bufón. Su tagline, “El comodín está suelto, y es un asesino”, revelaba su verdadera naturaleza: carne de videoclub, vhs jugoso repleto de vísceras, sexo y violencia, tan exagerada que abandona el terror para adentrarse a ratos de lleno en la comedia. En cierta manera, es un comic en movimiento, una película más preocupada por el encuadre efectista que por la lógica interna. Los chicos de Arrow Video la han remasterizado y editado en dvd, dándole una segunda juventud y, de paso, ofreciéndola por primera vez con su formato original. Un deseo para el año que viene: que ClownHouse también obtenga una edición en condiciones. Feliz Halloween a todos.

Tráiler de Slaughter High:

Para entrar a vivir | La amenaza en la sombra

Por el Tito Jesús

Mi sesión doble comienza con genuino sabor patrio. De la mano de uno de nuestros mejores abanderados en esto de dar miedo os sugiero la ligera Para entrar a vivir (2006). En esta película de poco más de una hora de duración (de la colección “Películas para no dormir”) Jaume Balagueró construye un imperfecto pero divertido cuento de terror totalmente disfrutable que contiene, además, la inconfundible impronta del director y anticipa los elementos en los que incidirían sus dos siguientes largos, que para mí son los mejores de su trayectoria, REC y Mientras duermes.

La búsqueda de un piso se transforma en una pesadilla para la pareja protagonista cuando se vean encerrados en un cochambroso bloque suburbial a merced de una casera enajenada. Nuevamente el mal se condensa de forma casi asfixiantes en una vivienda, y nuevamente también se juega con la profundidad de campo y con los elementos fuera de foco para generar tensión. El inmueble se transforma en un lugar cercano y conocido y, a la vez, terrorífico y extraño… Balagueró en estado puro.

Y tanta opresión y encierro le pide al cuerpo salir y cambiar de aire. sustituir lo visceral por algo sutil… tan sutil como la trampa en la que caen los protagonistas de nuestro segundo título Don´t look now, de 1973 (conocida por estas tierras como “La amenaza en la sombra”). Aunque el tiempo le ha robado lustre, esta película dirigida por Nicolas Roeg, ha sido durante muchos años considerada como uno de los títulos indispensables de la historia del cine. Un título que busca más transmitir inquietud al espectador que llevarle de la mano paso a paso por la historia. A merced de una edición compleja, cargada de acciones paralelas y símbolos, acompañaremos a la pareja protagonista por una Venecia oscura y tétrica, plagada de personajes inquietantes cuyas intenciones siempre parecen enturbiadas por una atmosfera viciada que envuelve todo. Una historia de misterios, crímenes fuera de plano y premoniciones claramente influenciada por el guillo italiano que contiene una secuencia final inolvidable y sorprendente. Se trata de una cinta indispensable para los amantes del género, con Julie Christie y Donald Sutherland espectaculares en sus papeles. Atención a la escena de cama de sus protagonistas… hoy por hoy sería impensable que dos estrellas de hollywood se animasen a filmar una escena íntima con semejante intensidad.

Tráiler de Para entrar a vivir:

Mutación Asesina | Garrapatas

Por Bobrock

¿Cómo he vivido algunas de las mejores Noches de Difuntos? En cuanto al cine de terror, temática de obligado cumplimiento en cualquier 31 de Octubre que se precie, fue trasegando entre las estanterías polvorientas de algún video club cutre junto a mis colegas. Otoño, época agradablemente melancólica como pocas, parece el momento adecuado para recordar la magia que emanaban los VHS, exhibidos sin pudor en esas estanterías, símbolo de la despreocupación y el bueno rollo. Pero, más importante aún, símbolo de la diversión fácil de películas tan bobaliconas como, en el fondo, es toda la parafernalia del Halloween yanqui. Así que, ¿dos píldoras para poner el cerebro al ralentí junto con amigos igual de mendrugos?

Probablemente Mutación Asesina (1991) sea bandera del estilo colorista y descerebrado con que los cineastas de segunda, principalmente afincados en California, enfocaban la serie B a principios de los noventa: un argumento cogido por los pelos, una banda de rock, un extraterrestre que roba cabezas, un sentido del gore excesivo y Rae Dawn Chong (musa de míticas películas barriobajeras como “Comando” o “El Rector”). Una cinta que, entre humor negro y tramas secundarias de cartón, nos regala sangrientas escenas antológicas a las que no hay que buscarles más razón de ser. ¿Un alienígena cambiando de cabeza como quien cambia de peinado? Sí, no creo que haga falta más para pasar un buen rato. No en vano fue todo un éxito menor a su paso por Sitges. Baste decir que su director, John McNaughton el prometedor autor de Henry, retrato de un asesino, jamás volvió a levantar cabeza después de esta obrita (bueno, sus Juegos Salvajes bien merecen una revisión sexy aparte).

Pero si queremos seguir ahondando en cine barato y noventero made in L.A., resulta necesario revisar Garrapatas (Ticks, 1993), una cinta que opta por el lado más festivo del cine de bichos. Despropósito a base de látex y más látex, sustentado sobre una trama tonta e intrascendente como pocas: ¿unos jóvenes conflictivos, y algo retardados, enfrentándose a unas garrapatas alteradas genéticamente debido a un cultivo de marihuana ilegal? Ejem. No sólo eso, también podremos “disfrutar” de la escandalosa mutación de Alfonso Ribeiro, únicamente famoso por interpretar a Carlton en la imprescindible serie El Príncipe de Bel-Air. ¡Ah! Pero queréis más motivos para enfangaros en las delicias de la serie B… pues sabed que el panochita de Seth Green (Robot Chicken) la protagonizó junto a una leyenda como secundario: Clint Howard (Cocoon, The Wraith, Llamaradas). Pero eso es lo de menos teniendo unas adorables garrapatas del tamaño de perros rondando por la pantalla. ¡Gore casposo para un Halloween de videoclub!

Tráiler de Garrapatas:

Insidious | Ringu

Por Mr. Zombie

La época de Halloween es ideal para que los fantasmas campen a sus anchas por grandes caserones y mansiones ilustres. Calabazas y capirotes de bruja adornan los hogares. En Insidious (2010), un fantasma mayor trata de poseer el cuerpo de un niño, mientras sus padres, con la ayuda de unos caza fantasmas, trataran de impedirlo. Los violonchelos rugen mientras las apariciones fantasmales se hacen cada vez más presentes. Estas recorren la casa imperecederamente, sin cesar, sin dejar de perseguir aquel cuerpo que muestre síntomas de debilidad. Si eres débil, ten cuidado este Halloween y vigila la oscuridad, no sea que te lleves un susto morrocotudo al ver un fantasma cuando vayas a mirarte al espejo. Si eres de temperamento fuerte, aprovecha este Halloween y ve a por Insidious 2, los sustos prometen ser impactantes.

Ahora imagina que estás viendo este Halloween una película de terror en tu televisor. Imagina que estas solo, disfrutando y asustándote con la película. Imagina igualmente que estás absolutamente hipnotizado, clavando tus ojos en la pantalla del televisor. De repente una chica de pelo largo atraviesa lentamente la pantalla y se acerca a tu posición, mientras ya no sabes si es real o ilusión lo que te está pasando.

Lo que te está pasando es que has decidido ver Ringu (1998) el día de Halloween… y además solo. Mala decisión. Ya no puedes moverte, estas petrificado por el pánico y mientras la niña está a punto de rodear tu cuello con sus manos para estrangularte, piensas en una fracción de segundo que realmente esta es una de las películas más aterradoras de la historia del cine de terror y que jamás deberías haberla puesto en tu televisor. La noche de Halloween se ha cobrado una nueva víctima; si quieres evitarlo, no enciendas tu televisión ese día, y mucho menos tengas la rara ocurrencia de meterte en un pozo o simplemente caerte en él.

Tráiler de Ringu:

Los mundos de Coraline | Una pandilla alucinante

Por Joan Lafulla

“Si no puedes vencerlos… únete a ellos”. Para los de mi generación, Halloween era una fiesta que pertenecía, en exclusiva, al universo de las películas yankees. A nadie se nos ocurría disfrazarnos y pedir truco o trato por las casas. Sencillamente aquello no iba con nosotros. Pero como decía mi querido Bob Dylan, los tiempos cambian… Y ahora un par de jovencitas me sueltan, de buenas a primeras, que están invitadas a una fiesta de Halloween y que quieren disfrazarse una de zombi pirata y la otra de novia cadáver. Joder. Mi primer impulso es decirles que esa no es más que otra puñetera tradición que los yankees nos han metido con calzador y que lo que tienen que hacer es quedarse en casa para celebrar La Castañada cogiendo un empacho de boniatos, castañas y “panellets”. Pero se supone que soy un padre enrollado, de manera que probablemente veré sus ilusionadas caras cuando se enfunden sus disfraces y encima les prepararé una sesión doble de cine para que acaben de disfrutar el día. ¿Y en qué consistirá dicha sesión? Pues como primer plato Los mundos de Coraline (2009), la obra maestra de la animación escrita y dirigida por Henry Selick basándose en un cuento de Neil Gaiman que cuenta la historia de Coraline, una joven que se muda junto a sus padres y descubre un universo paralelo en el que sus nuevos padres adoptivos parecen tratarla de manera más dulce y cariñosa. Pero Coraline pronto descubrirá que el horror se esconde tras los ojos en forma de botones de sus nuevos progenitores…

Los mundos de Coralines es una auténtica delicia para los sentidos que compagina a la perfección aventura y horror para todos los públicos. Y para cuando acabemos con Coraline, si todavía queda alguien despierto en casa, uno de esos clásicos ochenteros con los que muchos crecimos y que hoy en día seguimos adorando: Una pandilla alucinante (The Monster Squad, 1987), comedia dirigida por Fred Dekker en la que una pandilla de muchachos aficionados a las películas de terror deberán enfrentarse a los verdaderos monstruos clásicos: Drácula, Frankenstein, el Hombre Lobo, La Momia y el Monstruo de la Laguna Negra. Al finalizar la doble sesión probablemente me tocará acostar y arropar a la novia cadáver y a un pirata zombie. Me guste o no, Halloween ha llegado para quedarse.

Tráiler de Una pandilla alucinante: