El Eco del Miedo

En el lugar se escuchan sonidos extraños, mientras sombras y ecos amenazantes acechan desde la oscuridad. Una majestuosa finca que guarda ecos, no precisamente de paz, sino de miedo. Construida en 1910, pasaron por ella cientos de personas. Su primer dueño murió en el interior de la casa, luego se convirtió en funeraria, y en esa época no sólo fue testigo de los muertos, sino que además, un vigilante se suicidó. Hay casas, como ésta, que guardan ecos de miedo. Sólo vistas desde el exterior, dan la sensación que no se puede entrar sin compañía, mucho menos de noche, porque en cualquier momento puede aparecer un fantasma, o algo incluso peor.

Una nueva producción latinoamericana, concretamente mexicana, que trata sobre fantasmas. Precisamente sobre casas encantadas y malditas, un tema recurrente dentro de la creación fantástica desde que existen los cuentos orales. Lugares donde nuestro miedo rebota contra las húmedas paredes para revelarnos los secretos del Más Allá. Fijaos que el primer “expediente X” registrado en España tuvo lugar allá por los años treinta en un edificio de Zaragoza, donde las tuberías emanaban extrañas voces de ultratumba que nadie, ni siquiera las autoridades de la época, pudieron nunca identificar, pese a burlarse específicamente de los aterrados vecinos. Aquel edificio todavía existe a día de hoy, aunque remodelado, y se ha llegado a llamar “edificio Duende” en honor al travieso ser que moraba en algún lugar invisible al ojo humano. Como veis, el primer caso paranormal documentado tuvo lugar en una casa. Dicen que la geometría es uno de los portales al Más Allá, tal vez por ello nuestros hogares sean un icono del propio horror, como buena cuenta de ello ha dado siempre el arte popular. A este respecto me gustaría recomendaros una vieja antología monográfica que fue editada en España hará bastantes años: Las Moradas del Terror, buenísimos relatos de horror sobre la temática que bien merecen rebuscar en los cajones de saldo para encontrar una copia.

Tampoco es ajeno el mundo cinematográfico, como demuestra la propia El Eco del Miedo, a la obsesión del ser humano por emparedar en sus construcciones la memoria de los muertos. ¿Acaso existe mayor horror que la violación de nuestro sanctum sanctorum por fuerzas sobrenaturales? Enumerar las películas que trasladan este horror a la gran pantalla es casi tarea imposible, y eso que algún autor lo ha intentado. Tan solo nombraré las tres primeras películas que me vengan a la mente: Poltergeist, El Resplandor y The Haunting. Solo tres, tres clásicos como la copa de un pino. Pero es que hasta uno de los grandes clásicos, Posesión Infernal trata sobre una cabaña en el bosque que está más maldita que mi cuenta corriente.

Entonces, ¿a qué vienen estas reflexiones? Muy sencillo, las noticias sobre El Eco del Miedo llevan flotando en la red unas cuantas semanas, y ya se alzan voces críticas acusando a sus autores de tratar temas muy vistos, además de aducir que el cine mexicano está plagado de producciones por el estilo. La verdad que son comentarios que duelen. Tanto por el desprecio que suponen para el trabajo del director de El Eco del Miedo, Samuel Reyes, como la falta de perspectiva que demuestran: las casas encantadas forman parte indisoluble del cine de terror, directa o indirectamente, como hemos visto. Y por si fuera poco, no hay que olvidar que tanto latinos como Españoles, y especialmente los mexicanos, somos muy sensibles al tema sobrenatural. Probablemente se deba a nuestros fuertes lazos familiares que convierten la convivencia con “aquellos que nos dejaron” en una fuerte marca de personalidad. Un ejemplo muy obvio es el tratamiento tan distinto que del Día de Difuntos se hace en la cultura anglosajona frente a la latina.

Así que Samuel Reyes dirige el guión de Mario A. Pérez González. Dos jóvenes artistas de los que no tenemos muchas referencias ( trabajó en el departamento de FX de Bajo la sal), pero que se lanzan al agua con una producción modesta que luce muy bien formalmente. Uno de sus mayores encantos lo encarna Sarah Nichols, una atractiva actriz que asumirá el rol protagonista. Una bella actriz holandesa, y multilingüe, que tan solo en el tráiler hace subir enteros la película. Y es que si yo estuviese muerto también querría volver para “charlar” con ella. Procacidad aparte, reconozco que tanto la historia como el tráiler prometen más de lo mismo, pero es que no hace falta reinventar nada en este género. Solo hacer películas intentas e inteligentes que asusten. Grave Encounters y The Feed tuvieron lo suyo, pero si algo le agradezco a Samuel es haberse decantado por una filmación tradicional en detrimento del falso metraje. ¡Gracias!

Aprovecho la ocasión para recomendaros otro peliculón mexicano que recientemente mi buen amigo A.B. me prestó y animó a ver. Una obra maestra de la ambientación fantasmagórica, una de esas joyas ocultas que el gran público ha ignorado injustamente: Misterios de Ultratumba (1958), también conocida como The Black Pit of Dr. M. Aunque muy datada en ciertos aspectos, esta película de Fernando Méndez es única en su especie, tanto por esa atmósfera tenebrosa como por una historia sorprendente hasta el final. Espero que muy pronto algún colaborador se anime con una reseña, porque la cinta se lo merece puesto que contiene: espectros, redivivos, mansiones ruinosas, orgullosa violencia, drama, manicomios, horror agonizante, locura, pactos con las tinieblas, romance, tragedia a la vieja usanza…