Sodomaniac

Debería haber sido una noche de fiesta triunfal para los Wolfpack, una banda de matones de poca monta. A medida que la fiesta se desmadra, este grupo de amigos se preguntará a sí mismo hasta donde podría llegar por proteger las espaldas de cada uno de sus miembros. ¿Se atreverían a bajar hasta donde la espalda pierde su casto nombre? La moral de los Wolfpack es altamente cuestionable, de hecho, no existe. Y eso terminará por llevarles al fondo marrón de sus corruptas almas, de la mano de un justiciero con un humor de culo.

Culos, esos humildes amigos que soportan estoicamente el peso de nuestros cuerpos cuando nos sentamos, que nos animan los días grises cuando pasan a nuestro lado balanceándose por el boulevard. Culos, la inspiración para cientos de géneros de música latina, la razón de ser de los tangas. Culos, la entrada de datos trasera, puerta de evacuación paradisíaca. Culos, respingones, acres, tremendos, juguetones, ¡sabrosones! El complemento ideal para la nata… ¿pero qué pasaría si la parte más sagrada de nuestra anatomía fuese vejada y maltratada sistemáticamente? En caso de no adorarlos como se merecen, yo sólo me limpio el hojaldre con tres capas mínimo de papel higiénico ultra suave, alguien debería alzarse para defender sus derechos. ¿Qué tal un anti héroe con dos nalgas por cabeza? A la manera de los políticos, por aquello de pensar con el culo, este misterioso personaje reparte justicia a base de sodomía, vamos, parece que sigamos en el terreno político.

“The Butt-Faced Killah” es el protagonista absoluto de esta apestosa serie Z, nunca mejor dicho. “Sodomaniac” no deja de ser una especie de parodia de los géneros “rape and revenge”, “slasher” y el cine de vigilantes: ¡incluso me recuerda a los mejores momentos de Charles Bronson! Valores de producción penosos, escudados tras un chorreante homenaje al “grindhouse”, que se unen a una historia barata donde lo de menos es la sutileza. Seguro que todos habéis dicho alguna vez de una película: “esto es peor que un enema”; pues bien, “Sodomaniac” lleva al extremo semejante estamento. Ya sabéis, las influencias citadas por sus autores son John Waters, Roger Corman, Lloyd Kaufman e, incluso, Kevin Smith… ¡para cagarse de gusto!

En fin, aunque me gustaría seguir párrafo tras párrafo soltando paridas a costa del tercer ojo eterno de la sabiduría fecal, únicamente me resta deciros que en Estados Unidos tienen los santos cojones de estrenar “Sodomaniac” en DVD el próximo doce de Julio. 0 presupuesto, 0 cerebro… ¡¡¡pero yo voy de culo a por ella!!!