Koujin

La historia toma lugar en 1700 al norte de Japón después de la guerra. Un niño, tras ser atacado por un extraño monstruo, escapa al pueblo cercano donde advierte a los aldeanos que el monstruo se está acercando. Los residentes de la aldea tratan de encontrar una manera de proteger sus dominios. Mientras tanto, uno de los dirigentesurde una conspiración para controlar al monstruo y usarlo para sus mezquinos planes. A medida que avanza la historia, descubrimos exactamente cómo se creó el monstruo y la crueldad de la que algunos humanos son capaces.

Una especie de cocodrilo–salamandra monstruoso atacando una pequeña villa del Japón feudal, únicamente defendida por un grupo de samuráis donde destaca uno de ellos tuerto, constante universal dentro de las obras de ficción que explotan este periodo histórico. Obsérvese, creo que este es el detalle más importante, lo cutre de esta propuesta nipona, obviamente directa a televisión, digna de ser catalogada como serie Z. Éxtasis contemplando los movimientos realizados por la criatura de marras, dignos de una producción de “The Asylum”, pero tampoco ignoremos la presencia de Mortadelo disfrazado de samurái, probablemente el elemento más gracioso de lo que, de otro modo, parece un pestiño padre y muy señor mío. Y no me refiero al postre típicamente andalusí.

Aunque parezca increíble, “Koujin” está basada en una novela homónima de la escritora Miyuki Miyabe. Dato intrascendente si los efectos de la película como Kaiuju satisfacen a la platea, aunque mucho lo dudo con lo exigentes que nos han vuelto bichos de la talla de King Kong y Godzilla. Pendiente aún de fecha de estreno, “Koujin” ha sido dirigida por un tal Zennosuke Matsuura, ni idea.