Flora

Primavera de 1929: marcando el fin de la edad de oro de la exploración, una pequeña expedición de botánicos universitarios entran en un área forestal desconocida, en la frontera norteamericana. Lo que descubren es un organismo antiguo: una flora que vive aislada de la fauna, sin necesidad de con vivir con insectos, mamíferos o aves. Pronto quedarán atrapados en este bosque, tóxicos para todo animal; así los miembros de la expedición deberán luchar para sobrevivir, escapar y comprender la flora salvaje y aterradora que los rodea.

Con un escaso presupuesto de poco más de 80.000 euros, Sasha Louis Vukovic debuta como director y guionista en esta producción canadiense que se atreve, con el riesgo de caer en el ridículo, a situar su trama en los mismísimos años veinte. La cosa tiene truco, pues para que la ambientación salga barata, la acción se traslada a zonas agrestes donde un gramófono, varios sombreros de paja y un coche de época quizás puedan engañarnos y meternos en materia. Lo dudo, pero sí me parece interesante la premisa de una zona natural capaz de acabar con estos alegres botánicos. Otra cuestión de interés sería saber a ciencia cierta, pues algunos críticos prefieren catalogarla como drama, la cantidad de horror que va a ofrecernos “Flora”, sin fecha de estreno determinado. Desde luego, volvemos a temas monetarios, parece iluso creer que asistiremos a una concretización física de ese odio que la Madre Natural debe sentir por la más inteligente y depredadora de sus creaciones.

Como estudioso de las publicaciones “pulp” de la primera mitad del siglo pasado reconozco que indagar en la época de las grandes exploraciones humanas, aunque sea de forma superficial y orientada a unos entornos poco lucidos, sigue valiendo como excusa para un cine de terror muy concreto. Ese que comenzó que “La Momia” en 1932 y que a día de hoy, tras el entusiasmo “etrusco” por parte de la explotación italiana, es un mero espejismo. “Flora” no representará, con su falta de actores destacados, un antes y un después en este desinterés generalizado por los grandes misterios profanados de las ruinas de nuestros ancestros, pero aun vago por antiguas colonizaciones romanas a la espera de encontrar uno restos arqueológico que abran las puertas a otra era, otros conocimientos y el horror y la locura infinitos.