Limp
Amor en conserva

La película sigue el deterioro de una relación contada a través de los ojos de un hombre cuya mente está maltrecha a causa del aislamiento. Desesperado por encontrar compañía, el hombre inicia una relación con una mujer a la que ha matado. Pero no pasa mucho tiempo antes de que el cadáver comience a deteriorarse y la relación siga su ejemplo. A medida que el mundo que el hombre ha construido alrededor de su relación empiece a escapar a su control, se impondrá la cruda y devastadora realidad de lo que ha hecho… y lo que debe hacer.
El irlandés Shaun Ryan es el director y guionista de Limp, una pequeñísima película que ha contado con un exiguo presupuesto de 900 €, que inició su rodaje en 2012, y que tras más de dos años de post-producción por fin parece ver la luz al final del túnel. Limp se estrenó el pasado mes en el Seattle True Independent Film Festival, y desde entonces ha cosechado pocas reseñas… pero muy entusiastas. Todas ellas coinciden en señalar a Limp como un intenso drama dotado de un robusto y sorprendente guión y agraciado con una impresionante actuación de su protagonista principal, Eoin Quinn. Por supuesto el hecho de tratarse de una película de tan escaso presupuesto, unido al hecho de tocar un tema tan espinoso como la necrofília (aunque, por lo visto, el acercamiento que propone Ryan, intimista y elegante, poco tiene que ver con la salvajada que nos brindó el alemán Jörg Buttgereit, a finales de los 80, en su díptico Nekromantic), dificultarán la distribución de una película que parece condenada al circuito de festivales especializados. Espero equivocarme…