The Selling

Comedia + horror, ¿hace falta divagar sobre la fusión de dos géneros tan distintos y a la vez tan unidos por la tendencia humana a luchar contra lo que nos asusta a través de la carcajada? No, dada la proliferación de productos de este tipo (desde la aparición del termino “zombedy” un servidor ha perdido el rumbo…) y la controvertida presencia del elementos cómicos en supuestos productos de terror (¿he oído Scream 4?).

Sin embargo, el caso que hoy nos ocupa, The Selling, parece tener muy poco de horror y ser más bien una comedia clásica, estrictamente hablando, que se divierte a costa de los tópicos de las casas encantadas desde una perspectiva novedosa, como es la relación que un vendedor de fincas mantiene con una mansión salida de la pesadilla del Gótico Americano. Podríamos decir que pinta parecido, salvando las distancias, a lo que abordó Scott Sanders, en la injustamente ignorada Black Dynamite allá por el 2009: donde aquella parodiaba inteligentemente (bueno, es un decir) la blaxplotation sementera y directamente a Shaft, ésta saca tajada de Poltergeist y, uno que es un poco mal pensado, de la fiebre actual provocada por Paranormal Activity.

¿Qué los resultados puedan ser igual de buenos que en la película de Sanders? ¿Por qué no? El trailer, bastante bien apañado para una producción que se rodó en solo catorce días, ya muestra algunos “sketches” impagables, dentro de la comedia simple y directa, eso sí. Otro punto a su favor es que el protagonismo absoluto recaiga en un cómico joven y con talento, que está teniendo una interesante repercusión en Estados Unidos: Gabriel Diani, el cual, además, se ha encargado de escribir el guión; por lo que es fácil deducir como éste se ajustará a sus sobradas dotes para el humor.
Quizás pueda inquietarnos la presencia tras las cámaras de una debutante Emily Lou, pero la recreación de los fenómenos paranormales que pueblan la mansión embrujada desvela un gran conocimiento, y esperemos que respeto, acerca de los grandes clásicos de las casas encantadas, desde The Haunting hasta House.

Así pues, solo resta esperar que la distribución de la cinta comience tras las proyecciones iniciales a nivel local. En lo que a este escribano respecta, le apetece muchísimo ver una buena comedia gamberra sobre un subgénero que le apasiona: las mansiones del terror.

Richard Scarry, vendedor de fincas, cree haber encontrado un buen negocio en la última casa que visitó. Una remodelación por aquí, un apaño por allá y la casa será un caramelo que los potenciales compradores se disputarán a buen precio. ¡Grosso error! Richard nunca hubiese imaginado que el negocio del siglo estuviese embrujado: paredes que sangran, retretes que vomitan y posesiones infernales son un equipamiento difícil de justificar a los compradores. No obstante, embargado hasta las cejas y con la costosa enfermedad de su madre presionando sus bolsillos, no le queda más remedio que embarcarse en sonrojantes mentiras, exorcismos de saldo y razonar con los espectros para conseguir vender la casa, antes de que su cordura se evapore definitivamente.