The Last Showing

Un operador de una sala de cine recibe la noticia de la jubilación anticipada ante la renovación de los equipos de proyección. Desquiciado por perder lo que más ama, idea una venganza que incluye a una pareja encerrada a su voluntad en las multisalas donde trabaja. Usando las cámaras del circuito de vigilancia, el operador aspira a crear una película como nadie olvide jamás.

Que Robert Englund, el único y verdadero Krueger, vuelva a participar en una película de horror siempre es motivo de alegría entre los aficionados. A pesar de la calidad, día a día menguante, de los proyectos en los que Englund se embarca alegremente, a sabiendas de que le debe su supervivencia al género y el género le debe parte de su popularidad actual. Que Englund es un enamorado del terror no hace falta decirlo, su participación en más de cien obras del corte, así como sus incursiones dentro de la dirección, son el mejor testamento de un amor inquebrantable, con encantadores paralelismos a la carrera de otros personajes queridísimos como Naschy o Lugosi. Podemos poner en duda la coherencia de la filmografía de Englund, preguntarnos si hizo bien adentrándose en la ponzoña del terror, alejándose por voluntad propia del cine comercial. Quién sabe, quizás fue realista y se supo poseedor de unas aptitudes muy específicas que, sin embargo, lo alejaban de las interpretaciones de altos vuelos, condena inherente a los actores con gran capacidad histriónica. De la forma que fuese, un servidor agradece que con más de sesenta y cinco años, bien llevados, nuestro legendario actor siga colaborando y aportando su granito de arena en casi cualquier producción de género que se ponga a su alcance.

En este caso hablamos de un thriller británico que viene firmado por un cineasta desconocido, que cuenta en su haber con el consabido puñado de cortos, cuya solvencia tendremos que poner en duda hasta contemplar un tráiler completo, material más revelador que el breve y efectista teaser que ha sido publicado. Al menos Phil Hawkins, que así se llama el director y guionista de “The Last Showing” parece haber empezado con buen pie su carrera dentro del largometraje, pues su opera prima a merecido la atención del nombrado Englund así como un contrato de distribución en el mercado doméstico por parte de Sony. Supongo que parte de este interés comercial lo ha causado la presencia como protagonista de Finn Jones, joven actor británico muy de moda por participar en la famosa serie “Juego de Tronos”.

Con respecto a la película todo queda en el aire. Queda claro que estamos ante un thriller puro y duro, nada de horror sobrenatural que llevarnos a la boca, pero sí se presenta un interesante juego que dirige Englund ejerciendo como villano desquiciado. Todo un placer, pues es en lo que mejor se desenvuelve el buen hombre. Además, siempre son bienvenidas las cintas ubicadas dentro del mundo del cine, más concretamente en una sala de cine. Aunque el argumento o actuaciones flojeen, el entorno por sí sólo consigue levantar el interés de cualquiera. ¿Os acordáis de “Midnight Movie”, “Cooming Soon”, “Demons” o “Chillerama”? Entonces a las pruebas me remito, no en vano el argumento nos recuerda ligeramente a la macabra novela de Richard Laymon, “Apagadas están las luces”.