REC 4: Apocalipsis

La saga creada al alimón por Paco Plaza y Jaume Balagueró, es sin duda, uno de los referentes del buen hacer del fantástico nacional. Una colección de cuatro títulos que ha sabido jugar sus cartas y retorcerse, argumentalmente, para ofrecer al espectador algo distinto en cada una de sus entregas: si la primera nos narraba las desventuras de una joven reportera, Ángela, encerrada en un edificio plagado de vecinos infectados por un extraño virus (todo en formato found fotage), la segunda parecía un más de lo mismo hasta que descubríamos SPOILER que los infectados eran en realidad seres poseídos por una fuerza demoníaca FIN DEL SPOILER. Tal vez conscientes tanto de la saturación de zombis en la industria y del material encontrado como recurso narrativo, REC 3 abandonaba su look doméstico y apostaba por la narración convencional y por no tomarse en serio, creando una comedia que sorprendió a muchos y disgustó a los seguidores más puristas.

Balagueró, en esta última entrega, retoma a la protagonista de los dos primeros filmes: Ángela (Manuela Velasco) y comienza la acción en el punto donde finalizaba REC 2; creyéndose finalmente a salvo, la reportera despierta en una instalación científica en medio del océano. Ella, junto a otros supervivientes de las tres cintas anteriores, serán conejillos de indias para una serie de experimentos que tratan de indagar sobre la naturaleza de esta amenaza. Un accidente y una comida pesada servirán de desencadenante de un nuevo brote al que tendrán que hacer frente, con uñas, dientes y objetos afilados, los pocos no infectados que, para colmo ,están encerrados en medio de ninguna parte.

Estamos ante la entrega más comercial y más dinámica de esta tetralogía y desgraciadamente también ante la menos terrorífica; la buena noticia es que es la que mejor equilibra acción, humor, sangre y supervivencia. El salto del guión a una instalación en mitad de mar elimina ese aroma de terror doméstico, en espacios conocidos en el día a día, que tan bien funcionaba en sus dos primeras entregas. En su lugar la película nos emplaza en un escenario más propio de títulos norteamericanos y termina por crear en este REC 4 un Resident evil a la española… Los pasillos y recovecos son un lugar perfecto para que este director se luzca con lo que mejor sabe hacer: usar la profundidad y los espacios fuera de campo para crear tensión y logra una película casi igual de claustrofóbica que en su primera entrega.

También acierta al apostar nuevamente por la narración convencional para poder mover la cámara con libertad en las escenas más frenéticas. Por otro lado, REC 4 guarda en su manga un nuevo as en la manga: un nuevo giro respecto a la naturaleza del brote, que permite no contar exactamente lo mismo de siempre y además incorporar alguna criatura espeluznante y nueva a su universo. Este salto de casa asesiada a una instalación científica y la estructura de su guión emparentan al film con películas como Alien, Alien 4, Deep Rising, Leviathan, etc… esta sensación se acrecienta con unos personajes estereotipados (la heroína, el malo, el valiente, el chistoso, etc) que van cayendo conforme el círculo en torno a ellos se va cerrando. ¿Es esto necesariamente malo? Pues depende: aquellos que se acerquen buscando la falsa realidad por la que apostaban sus dos primera entregas saldrán decepcionados. Pero aquellos que busquen aventuras y emoción cargada de monstruos, y mordiscos verán en este REC un film solvente, violento y tremendamente intenso.

Los actores están muy acertados en sus actuaciones, y Manuela Velasco logra pasar con un sobresaliente de la víctima indefensa, de la primera entrega, a la luchadora invencible que puede con todo y que, cuando parece que va a ser derrotada, asesta un golpe brutal (y sangriento) que hace saltar de emoción a toda la sala (No quiero ni imaginar las ovaciones y los aplausos del pase en SITGES en cierta escena)… Y es que, pese a su carácter comercial, el nuevo REC no se achanta a la hora de mostrar mordiscos y escenas violentas (aunque renuncia al festín gore que fue REC3). Tal vez lo único que rechine en la entrega sea que estamos tan acostumbrados a ver estos argumentos en cintas norteamericanas que se nos hace raro ver al alguien gritar “¡Cuidado Lucas!”, y eso que los nombre que han elegido son muy neutros… pero aún así.

Para concluir me atreveré a colocar en calidad la cinta dentro del universo que es la saga REC. Aunque muchos me quitarán la razón: Tras la primera entrega creo que esta es la más completa, seguida de REC3 y en el vagón de cola de la calidad se quedaría REC2… Espero con ansias vuestras opiniones.