Hungerford

Voy a empezar por lo bueno, y es que Hungerford pese a todos sus defectos, que son de variado pelaje, se deja ver e incluso, a ratos, entretiene… Posiblemente porque en ningún momento esconde lo que es: cine de muy bajo presupuesto con más ganas que medios. Desgraciadamente recurre al manido found footage (que en este caso no aporta absolutamente nada nuevo) para tratar de esconder al máximo sus carencias.

Cowen (Drew Casson que también dirige la cinta) está grabando un video sobre su vida y la de sus amigos cuando comienzan a pasar cosas raras en la pequeña localidad donde habitan. Todo los acontecimientos extraños parecen orbitar en torno a una fábrica… Ignorantes al comienzo de la seriedad de lo que sucede, descubrirán que la voluntad de sus vecinos ha sido anulada por unos extraños, e inusitadamente grandes, insectos.

El abaratamiento de los costes de rodar y la buena calidad de imagen que logran los equipos domésticos favorecen que gente como Drew logre realizar una película con solvencia visual. Hemos de aplaudir la pericia del trabajo de cámara y el buen ojo a la hora de componer los planos de la cinta. Desgraciadamente, no existe una aplicación que de calidad a un guión mediocre y pese a que la película visualmente funcione, Hungerford es un compendio de situaciones vistas que, para colmo, casan muy mal entre sí; sus saltos de la comedia al terror y a la ciencia ficción son tan absurdos como muchas de las decisiones de los personajes. Destacar, para ser justos, que la parte cómica es, por su sencillez y frescura, muy superior al resto.

Volviendo a lo visual y al empaque del producto, la falta de presupuesto se hace más patente cuando las escenas transcurren en el exterior, es entonces cuando se nota que no estamos ante una película sino ante un grupo de amigos jugando a hacer cine. También son abismales las carencias interpretativas de la mayoría del reparto…Destacar, para mal, a la novia del protagonista que hace que la actuación de éste se acerque a lo correcto en las escenas que comparten plano.

Pero Drew Casson demuestra también que es un buen alumno emulando los tutoriales de efectos especiales de internet, y en su película introduce sangre digital y efectos especiales compositivos de suficiente calidad como para que no chirríen demasiado. También el sonido es bueno y logra con él suplir en cierta medida la pobreza visual de ciertas escenas (como la mayoría de los disturbios que estarán fuera de campo o directamente serán un murmullo de fondo).

En conclusión, como ejercicio amateur, Hungerford es sobresaliente y está a la altura o por encima de algunas series B de mucho más presupuesto…, pero si nos ceñimos a un criterio neutro, sin tener en cuenta o desconociendo directamente los esfuerzos de la producción, lo cierto es que no llega al aprobado.