The Babysitter

Un placer culpable, en el caso de películas, sería aquel que gusta al adolescente oculto dentro un servidor, un joven bonobo incapaz de reconocer los pocos valores cinematográficos del mismo, más preocupado por la sal gruesa, la hemoglobina y las insinuaciones de carácter sexual. No tengo ninguna duda de que este año, muy cercana la elección anual de películas para hacer el subnormal en Halloween, le tocaría el turno “The Babysitter”: una comedia de terror gamberra y macarra, no tan juvenil como podría parecer, cuyo mejor aval es el de asegurar noventa minutos de divertimento gañan y simplón, perfecto maridaje con cerveza y marihuana. Que además cuente con un tramo central salpimentado con bastante tensión y gore festivo muy agradecido, debería ser el acicate definitivo para dejar los prejuicios en la puerta y abandonarse al estilo banal y la estética teenager exhibidos por la última producción propia de NETFLIX, digna de la MTV más noventera.

Sabedor de que el éxito inmediato dentro del mercado USA radica en no sacrificar la calidad frente a la simplicidad narrativa, el gigante norteamericano está fabricando productos de consumo rápido a los que resulta difícil poner pegas si abandonamos la pose afrancesada, boina y anteojos negros inclusive, que solicita al séptimo arte tanto elevadas miras como una capacidad visual revolucionara y digna de Truffaut. Pero es necesario que el mercadillo tenga un puesto para cada gusto, y los mismos no son ni estancos ni estables en el tiempo, siquiera en un mismo día. Así que “La Noche Americana” puede y debe convivir con tonterías descerebradas como “The Babysitter”, aunque es de recibo reconocer que este tipo de comedias bobaliconas no engrandecerán el género de terror.

Aquí tenemos a un joven preadolescente, Cole, que es machacado de forma inmisericorde por sus compañeros de la escuela. En concreto porque es el único en su clase dejado todavía al cuidado de una niñera cuando los padres viajan en busca de emociones para sus matrimonios grises. Eso sí, ¡qué niñera! La fantasía masculina de instituto definitiva, no sólo por poseer el físico californiano perfecto sino también porque Bee, que así se llama la chica, es inteligente, divertida y cañera.
Sin embargo la única amiga de Cole, la vecinita que igualmente podría ser el sueño de verano de muchos, le plantea una terrible duda existencial: qu pasa en casa cuando él se duerme y la niñera se queda a cargo de todo. ´*¿Vienen chicos a danzar como bonobos sobre los encantos de Bee?* Nuestro protagonista tiene la oportunidad esa noche, cuando tras los alegres juegos y confidencias junto a Bee, quizás algo más que una niñera y amiga, se concentra en mantenerse despierto para descubrir…

Parad aquí, es el momento de pediros que si la película os llama, aunque sea ligeramente, evitéis cualquier tráiler o posible spoiler, de los que no me hago responsable en el resto de la reseña, ya os digo que su tráiler oficial puede destruir buena parte del encanto de “The Babysitter”.

Con esta advertencia siempre presente, la presentación de los personajes es el escollo más duro para disfrutar de “The Babysitter”, empalagosa y superficial hasta que Cole descubre que su niñera usa la casa de sus padres para practicar sacrificios humanos junto a sus amigos. Un descubrimiento regado con sangre y risas de la peor calaña, de las que incluyen clichés sexistas y racistas de todos los tipos, pues la película es un producto destinado a la clase media norteamericana, criada con los jugos de todos esos defectos nacionales.
Cuestiones que tampoco deberían resultar óbice para disfrutar de un buen número de muertes, bastante gráficas, así como la presencia constante de acompañamientos musicales superfluos para agudizar ese aura de videoclip que define el último largometraje de McG. El director de críptico nombre, Joseph McGinty Nichol para los colegas, prolonga sin vergüenza alguna la estética que le hiciese “famoso” con “Los Ángeles de Charlie” o “Terminator: Salvation”, por no hablar de su filiación con videos de bandas californianas como “Sugar Ray” o “The Offspring”. Nombres que suponen la mejor recomendación o rechazo para “The Babysitter”.

Incapaz de resistir un análisis serio, por mucho que de fondo argumental observemos el paso de la infancia a la edad adulta digna de un anuncio de Coca Cola™, esta obrita se sustenta en un ritmo trepidante y en jóvenes actores dignos de un buen cacheo en la cola del aeropuerto. Proveniente de la factoría Disney, disfrutaremos con una Bella Thorne cuyo traje de animadora es, de nuevo, otra fantasía sexual masculina más que evidente, a juego con las tabletas “Elgorriaga” de un tal Robbie Amell.
Pero las estrellas de la función, adaptándose como serpientes a unos papeles superficiales y rústicos, serían Samara Weaving, como Bee, y Judah Lewis como su protegido. Consiguen ambos sostener una relación que, de nuevo llegados al final de la cinta, se demuestra otra vez empalagosa cual coulant de chocolate. Lo que no quita para lamerse los dedos por semejante bomba de calorías. En este caso los lametones son brindis a esta chica tan guapa y picarona llamada Bee. ¿Querríais detenerla o uniros a su culto de guaperas satánicos para toda la eternidad? La misión de la Weaving es pasar de la ternura sexy a la sexualidad depredadora de una psicópata de toma pan y moja. Lo consigue de diez, siendo cierto que dicho éxito es todo un topicazo hollywoodiense.

“The Babysitter” es una especie de “home invasion” diferente. Igual que lo intentaba “Better Watch Out”, quizás mejor rodada pero con menos gancho, la cinta de McG busca la nostalgia post moderna, ¿”Solo en casa” otra vez?, sin lograrlo del todo. Pero sabe sobrevivir mejor por sí misma gracias a decantarse por el humor negro más paleto. Insisto en que personalmente ha sido la lucha entre Cole y sus captores, una pandilla de cabrones superficiales muy fáciles de odiar, la que me ha llegado al corazón, gracias a la agresividad que estos demuestran durante todo el metraje, esperaba algo más blanco y aséptico, quedando muy satisfecho ante la equivocación.

En definitiva, una recomendación obligada para este 31 de Octubre, si sois capaces de esperar.