Ventajas de viajar en tren

La sorpresa es difícil cuando uno ve mucho cine. Es habitual que un título te remita a otro; o que, llegado a un determinado punto de la proyección el espectador curtido intuya los derroteros por los que se aventura la historia. Esta falta de imprevisibilidad no tiene que ser necesariamente positiva, como de hecho sucede casi la mitad de las veces, pero cuando lo inesperado se une a la calidad nos encontramos, como os adelanto es el caso de este título, con una rara avis digna de elogio.

Nos aventuramos a decir que “Ventajas para viajar en tren” será uno de las propuestas más valoradas de esta edición del festival de Sitges. Contiene casi todos los ingredientes para gustar al aficionado al cine de género: Es oscura, tiene grandes dosis de humor, en ocasiones es desagradable y además cuenta con un reparto de lujo, excelentemente afinado en favor de los personajes.

Una mujer (Pilar Castro) descubre a su esposo en estado catatónico inspeccionando con un palo sobre la mesa de cristal del salón sus excrementos. Y decide internarlo en un hospital siquiátrico. En su regreso a casa en tren, la mujer compartirá vagón con un enigmático siquiatra (Ernesto Alterio), que le contará una extravagante anécdota sobre un paciente (Luis Tosar) que, en la guerra, conoció a una enfermera, que le contó una rocambolesca historia que… Como una muñeca rusa.

Con una asombrosa estructura narrativa que como un acordeón se pliega o se expande a favor de la melodía, “Ventajas para viajar en tren” expone una inquietante galería de personajes y situaciones febriles que te sumergen desde sus primeros minutos en un universo oscuro a caballo entre lo real y lo fantástico, entre lo cómico y la pesadilla, tan fascinante como incómodo.

Este debut en la dirección de Aritz Moreno adopta una estructura capitular en su argumento principal, que es contenedor a su vez de varias historias que podrían funcionar de forma independiente, aunque permanecen interconectadas. Moreno recrea la obra homónima de Antonio Orejudo. Sin haber leído el libro, el guion recuerda a un Juan José Millas pesadillesco, o a los relatos de Chuck Palahniuk.

En lo visual, el estilo de Arizt es desatado. Tiene el ímpetu de un director novel con ganas de demostrar su virtuosismo, que me recordó, por las ganas y por lo desatado en la narración más que por el resultado, a la ópera prima de Rodrigo Cortes “Concursante”. El color, la composición de los planos y el preciosismo de las localizaciones, al igual que por su elegante fotografía, remiten por momentos a Jean-Pierre Jeunet. Sensación que se enfatiza con un pequeño relato, ambientado en París, que tiene como protagonistas a Javier Botet y Mararena García que supone un cuestionable corte en la atmosfera de la narración, aunque como historia independiente sea brillante.

A las buenas actuaciones de Botet y Macarena hay que sumarle las del resto del reparto; un plantel de estrellas entre las que figuran Luis Tosar, Pilar Castro, Ernesto Alterio (¡Dios mío! lo que se parece a su padre), Alberto San Juan, Belén Cuesta, Javier Godino o Ramón Barea. Aunque, si tengo que quedarme con uno en especial, es con el papel de Quim Gutiérrez, sorprendentemente afedo para la ocasión, que construye un personaje escalofriante en un registro para mí desconocido en su trayectoria artística. Es importante reseñar el esfuerzo por parte de los actores principales por encarnar dos personajes: el que aparentan en los primeros compases y el que se muestra en la realidad cuando se profundiza en su historia. Intuyo ha de ser un reto importante para ellos.

No todo es tan positivo. Posiblemente los espectadores que buscan en la pantalla experiencias más lineales no terminen de entrar en el juego que se nos propone, tampoco aquellos que desean conclusiones precisas y explicadas, ya que estas “Ventajas de viajar en tren” son una pesadilla casi sicoanalítica que, como todas las pesadillas, no termina de ser coherentes al despertar. Su humor negro, a ratos escatológico, y la degradación a la que se someten varios personajes colocan al espectador en un lugar incómodo, en varias ocasiones muy incómodo, que nos obliga a apretar los puños en algunos momentos y desear que la secuencia pase pronto.

Esperemos que este notable debut obtenga el respaldo de público y crítica. Nosotros apostamos por ella con fuerza y auguramos que rascará premios en el palmarés de este año…
Anoto la novela como un libro a localizar y leer. Y lo de Massiel… bueno lo de Massiel mejor lo descubrís vosotros.