Supongo que seréis unos cuantos los afortunados que disfrutaréis, un año más, de vuestras merecidas vacaciones de verano. Por desgracia también somos muchos los que estamos ‘disfrutando’ de unas vacaciones forzosas durante buena parte del año. En cualquier caso, para todos aquellos que querais disfrutar del placer de la lectura – terrorífica – durante vuestro tiempo libre, aquí os dejamos algunas recomendaciones que no deberíais dejar escapar: American Zombie, Piel de Fantasma, Zoombie, Diario de un Zombi, La Narración de Arthur Gordon Pym y Descansa en Paz.
American Zombie, de Miguel Barqueros
Cuando las primeras voces denunciando la saturación de zombis en el mercado literario empiezan a escucharse con fuerza, la editorial Grupo Ajec decide publicar American Zombie, del escritor Miguel Barqueros (Los cerdos entran ordenadamente al matadero). ¿Existe algún motivo por el que debamos recomendar American Zombie por encima de obras de temática similar?
Existe, principalmente, una razón: nunca antes habéis leído algo parecido a American Zombie.
Los muertos vuelven a la vida… otra vez. Pero en esta ocasión la cosa será muy distinta. American Zombie no es la enésima revisitación del apocalipsis zombi tal y cómo lo conocemos. Los papeles se invierten. Si existe algún damnificado por la situación descrita en American Zombie, este camina de forma torpe y siente predilección por la carne humana. Los zombis no tardarán demasiado tiempo en arrepentirse y echar de menos la tierra húmeda y la incansable labor de los gusanos hurgando en cada rincón de su putefracto cuerpo.
Miguel Barqueros nos presenta una sociedad imbuida por los principios más feroces del capitalismo y el consumismo exacerbado que, lejos de sumirse en el caos ante la presencia del fenómeno zombi, utiliza al muerto viviente como moneda de cambio, como simple objeto de deseo con el que dar rienda suelta a sus desviaciones sexuales, a sus maquinaciones políticas, luchas de poder, espectáculos mediáticos, oscuras posibilidades de negocios… Y al zombi tan sólo le queda sufrir. Asistir, impotente, a su propia degradación y posterior aniquilación al enfrentarse a la maquinaria corrompida de una sociedad actual que les pasa por encima, que les arrolla, que les exprime y les convierte en las auténticas víctimas.
Sexo con zombis, redes de pederastia, tráfico ilegal de zombis, espectáculos de lucha a muerte entre zombis que son retransmitidos por televisiones de medio mundo, empresas que prosperan gracias al lucrativo negocio de la exterminación de muertos vivientes… todo vale en aras a extraer algún beneficio, del tipo que sea, a la extraordinaria situación relatada en American Zombie.
Miguel Barqueros utiliza las armas de la provocación, el humor negro, el sarcasmo y la mala uva para guiarnos en un nuevo y espeluznante viaje a través del reverso más oscuro y ponzoñoso de la naturaleza humana (una vez más…).
Pero si osada podemos considerar American Zombie desde la perspectiva de su argumento, mucho más atrevidas y originales (incluso imprudentes en algunos momentos) resultan sus formas. Miguel Barqueros construye su relato a imagen y semejanza de un gran puzzle en el que cada una de sus piezas intenta acomodarse en la trama como buenamente puede. Hay algunas piezas que lo consiguen, mientras otras quedan algo descolgadas.
La historia de American Zombie se cuenta a través de notciarios, documentales, el diario de un militar, declaraciones de testigos, programas radiofónicos, blogs, etcétera. La sensación primera es la de cierto caos en el mensaje, pero poco a poco todo va adquiriendo forma, y el desconcierto inicial deja paso a una curiosidad incipiente por parte del lector y la necesidad de ir encanjando todas las piezas para acabar obteniendo una de las miradas más originales, desquiciadas y atrevidas del fenómeno zombi en el actual panorama literario.
Quizás me equivoque, pero vislumbro en American Zombie una futura obra de culto.
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