Vive dentro

Dos películas pugnan por el interés del espectador en "Vive dentro": por un lado, un drama sobre la búsqueda de la identidad cuando se es inmigrante de segunda generación y se nada entre dos culturas sin terminar de encajar en ninguna de ellas; por otro lado una cinta de terror de maldiciones. Pese al buen hacer tras la cámara y al cuidado de la dirección de actores, este debut de Bishul Dutta apenas logra impactarnos… pero analicemos con más detalle este film, que pudimos ver en la pasada edición del Festival de Sitges, y que llega esta semana a los cines españoles.

Su protagonista, Sam, es una joven india-americana, que es reclamada por otra compañera de su misma procedencia cultural, Tamira, para que la ayude a lidiar con un extraño tarro en el que supuestamente se aloja un demonio. Cuando el frasco se rompa, la joven se dará cuenta que un demonio que pensaba era un cuento para asustar a niños es en realidad muy real y que está hambriento de carne.

Los demonios atrapados en recipientes, también los genios, son habituales del folclore tanto árabe como del hinduista. Como en la actualidad las culturas comienzan a fusionarse y coexistir en las grandes ciudades, estos elementos comienzan también a estar presentes en producciones pensadas para un amplio espectro de público y no como, hasta el momento, para una determinada etnia. Pero además, y concretamente en el caso del terror, estos seres de culturas y religiones diferentes a las generalistas de las ciudades donde transcurren las tramas, funcionan como llamadas de atención para que estas segundas generaciones de migrantes no olviden las raíces de las que proceden… y si lo hacen afronten las consecuencias.

Un claro ejemplo de esto es el film de Bustillo y Maury "Kandisha", en el que un grupo de jóvenes franceses, segunda generación de marroquíes, invocan al demonio de Kandisha, hambrienta de carne de varones, con funestas consecuencias.

Pishach, así se llama el demonio protagonista de "Vive dentro", es, como la mencionada djinn Kandisha, un ser mitológico de la cultura hindo-budista y ha sido como el coco en occidente: el monstruo con el que se ha atemorizado a los críos desde hace siglos. Pishach se alimenta del rencor y la soledad y únicamente se le puede mantener a raya mediante ofrendas y cánticos (en la cinta el silbido se empleará para mantener a este demonio alejado de nuestros pensamientos).

Se nota que Bishul Dutta ha crecido amamantado por el cine de terror norteamericano. Su "Vive dentro" tiene efluvios de películas tan apreciadas como "Christine" de Carpenter, "Pesadilla en Elm Street" de Craven o la más reciente "It follows" de David Robert Mitchell; pero su intención es que la cinta pueda ser visionada por público de otras culturas y esto le lleva a crear escenas de terror de poca intensidad y por tanto una película que en ningún momento alcanza las cotas de inquietud de ninguna de las mencionadas. Si se buscan un par de escalofríos y varios sobresaltos bien resueltos ningún problema… pero creo el aficionado curtido se quedará con sed de algo más. Una pena porque formalmente el director tiene buenas maneras, tanto que ha logrado que su obra alcance las salas de los cines de varios países.

Lo mismo que decíamos del terror se le puede aplicar a su parte dramática. Este conflicto de padres tradicionales frente a hijos que no saben muy bien en qué cultura ubicarse, está apenas apuntalado y su resolución es propia de un telefilm… si os interesa el tema os recomiendo La cinta francesa de 2015 "Fatima", su director Philippe Faucon sabe abordar este conflicto de manera más veraz y profunda.

Por suerte esta mezcla entre hinduismo y cine de terror americano es lo suficientemente exótica para un visionado y los ojos enormes de sus dos protagonistas, Mohana Krishnan y Megan Suri, elevan varias décimas el resultado es esta irregular maldición.