El bastardo

Como aficionado al cine de acción de Corea del Sur, es un placer ver cómo algunas de sus películas logran aterrizar en nuestras pantallas. Es el caso de la película The Childe, aquí traducida como El Bastardo, que junto con la entretenidísima y original Smugglers, fueron de las proyecciones que más disfruté y que levantaron más aplausos en la pasada edición del Festival de Sitges.

El Bastardo es un nuevo trabajo en la dirección del realizador y guionista Park Hoon-jung, responsable de las dos entregas hasta la fecha de la trilogía The Witch y director de la estupenda cinta de gánsters New World. Aunque, si hay un trabajo por el que nos encanta en esta página, es por ser el responsable del guion de la violenta, tensa y desoladora I Saw the Devil, como ese sicópata cuyo ADN comparte el asesino coprotagonista de la que nos ocupa.

El título El Bastardo hace referencia a Marco, un "copino" (término despectivo por el que se conocen a los hijos de madres filipinas y padres coreanos). Como la mayoría de los copinos, Marco fue repudiado por su padre, que entendemos conoció a su madre en unas vacaciones y que regresó a su vida en Corea del Sur sin volver la vista atrás. Ahora la madre de Marco está enferma y el joven no logra reunir suficiente dinero para su tratamiento participando en peleas ilegales, así que su último recurso para mantenerla con vida es encontrar al que fue su progenitor. Por suerte para él, resulta ser su padre el que le está buscando también y que es un multimillonario que desea reencontrarse con su hijo antes de que su enfermedad en fase terminal se lo impida. Desgraciadamente, parece que existen fuerzas que no desean que ese encuentro se produzca y la visita rápidamente se convertirá en una cacería humana.

A pesar de que en los primeros compases seguimos las desventuras del joven Marco Ham, personaje con el que debuta en cine el actor Kang Tae-Ju, desde la secuencia inicial encontramos, compitiendo por el protagonismo, a un cruel y resolutivo asesino que interpreta el actor Kim Seon-ho, que sale de su encasillamiento en series cómicas y sentimentales para dar vida a este sicópata/sicario elegante, preocupado de que la sangre no estropee su atuendo, ni que su Mercedes sufra daños en las persecuciones. Este peligroso asesino, sin embargo, el guion logra presentárnoslo como un personaje muy divertido. Cabe mencionar que este personaje es el pilar que sostiene toda la trama de la película, y la gasolina que lo impulsa es el misterio que mejor se sostiene en la historia.

A la galería de personajes se suman un hermano mayor de armas tomar, una hermana pequeña vestida de colegial pero de mirada astuta, y una atractiva joven, único contacto del copino en Corea del Sur. Juntos crean, durante dos horas, un film sumamente divertido, donde la trama gira y gira incluso durante los títulos de crédito.

Conviene señalar que esta sed de mantener al espectador pegado a la pantalla sacrifica la verosimilitud. The Childe es casi como un cómic y funciona como tal. Sus escenas de acción están coreografiadas con la precisión acostumbrada en el cine asiático, y aunque no llega ni por asomo al nivel gore, la violencia es generosa en sangre. En este viaje, se exploran diferentes aspectos de la acción, como las peleas cuerpo a cuerpo, los tiroteos y las persecuciones a pie o en vehículos, todo ello con una potente factura visual.

El Bastardo se queda algo por debajo de The Gangster, The Cop and The Devil, que, para mí, en su mezcla de acción, giros, comedia y violencia, es un referente. Y por encima de títulos exitosos, como la saga Fuerza Bruta, Entrega Urgente o Extreme Job.

Esperemos que la taquilla la trate lo suficientemente bien para que alguien se anime a traer también a las pantallas a sus compañeras de festival: Las Buceadoras de Smugglers.