Festival de Sitges. Día 4
Paranoias variadas

Parece que la locura se lleva este año; eso y la duplicidad, pues, son y serán varios los títulos que parten de fantasmas imaginarios, trastornos de personalidad o duplicidades de carácter más paranormal para desarrollar sus tramas. En The Voices Ryan Reynolds (peinado, vestido e inspirándose claramente en el Norman Bates de Psicosis) construye una comedia negrísima que bien podría ser una parodia de Maniac. Lo mejor es que la directora Marjane Satrapi se mueve entre el humor, el terror, el patetismo, la ternura, la fantasía romántica y el gore con una elegancia y equilibrio fabuloso. Si Bates es torturado por la presencia de su difunta madre, el protagonista de la que nos ocupa se debate entre el bien (cuando escucha la voz de su perro) y el mal (cuando le habla su gato); y ambos logran hacerle caer en una peligrosa locura…, peligrosa sobretodo para los que le rodean.
Equilibrio es precisamente lo que le falta a la alemana Stereo, un pretencioso filme de suspense y acción, con protagonista mentalmente desdoblado, donde su director prioriza la construcción de planos modernos sobre su argumento. Para colmo de males, la explicación sobre lo que sucede se toma demasiado tiempo en llegar, restando interés al resultado. El que se desdobló en A girl walks home alone at night fui yo. De alguna forma logré dormir y ver la cinta a la vez (cosas de Sitges). Se trata de un soporífico filme de vampiros mezclados con gente de mal vivir donde aparentemente se cuentan muchas cosas y finalmente no se dice nada. Blanco y negro y aromas indies malgastados en humo…