Septic Man
El héroe de la mierda, la mugre y las aguas fecales

Jack disfruta de una buena – aunque algo maloliente – vida. Tiene una bella esposa y una hermosa casa situada en una ciudad encantadora, y si mantener esta vida significa que de vez en cuando esté recubierto de mugre, Jack lo acepta sin problemas. Jack es un fontanero. Uno de los buenos. Así que cuando su pueblo se ve golpeado por una crisis de agua contaminada, es a Jack a quien recurre para que encuentre y resuelva el problema, mientras que los residentes son evacuados a pastos más limpios.
Pero las cosas no salen según lo planeado. Jack se encuentra la fuente del problema en un profundo tanque olvidado de aguas residuales; pero no está solo en la planta. Sus habitantes hostiles logran atraparle dentro del tanque fétido, sin comida ni agua potable. Y así comienza una larga y repulsiva transformación. Puede que fuera Jack cuando entró en el tanque, pero que va a convertirse en El Hombre Séptico (Septic Man) antes de abandonarlo.
Septic Man. Un superhéroe con nombre de fosa séptica. Un hijo bastardo del gran Vengador Tóxico (de hecho hay quien la ha definido como una mezcla de La Mosca de Cronemberg y Toxic Avenger). Un tipo normal y corriente que resurge de la mierda y la mugre para convertirse en el salvador de la ciudad y hacer frente a una retahíla de estrafalarios villanos. Supongo que la cosa no pasaría de simple broma con mayor o menor gracia sino fuero por un par de nombres: el de su director, Jesse T. Cook, responsable de la entretenida Monster Brawl; y sobre todo el de Tony Burgess, autor de la novela y el guión de la imprescindible Pontypool. De hecho en un momento del trailer de Septic Man incluso podemos ver fugazmente el rostro del actor Stephen McHattie, quien interpretara al inolvidable locutor de radio Grant Mazzy en la mencionada Pontypool.