Te voy a cantar una de G.G. Allin mientras te mato
Mr. Bricks (Tim Dax) es un ex-convicto dejado por muerto en un almacén abandonado de N.Y. Shitty. Traumatizado por fuertes dolores de cabeza, causados por los restos de una bala alojada en su cerebro, comienza a poner las piezas del puzzle de sus recuerdos en orden: el cañón de una pistola, el alarido de una chica y la cara, el jodido rostro, del policía corrupto que apretó el gatillo (Vito Trigo). Todo lo que Mr. Bricks desea es encontrar a su chica desaparecida, a Scarlet (Incola Fiore), y está dispuesto a masacrar a quien quiera cruzarse en su camino. ¿Pero qué ocurriría si Scarlet no quisiera ser encontrada? El amor se transforma en asesinato en este sangriento cuento de lujuria, deseo y venganza… ¡narrado como si fuese un anti-musical de Brodway!
La productora y distribuidora Troma, si no sabes de que productora hablamos mejor que acudas a tu médico más cercano, se ha agenciado los derechos de Mr. Bricks: A heavy Metal Musical, un musical de serie Z con mucha mala baba rojiza que, además, ha sido estrenado mundialmente en primicia el pasado lunes día 10, de manera gratuita, para los afortunados asistentes a la sala Brigadoon, dentro del Festival de Sitges de 2011. Algo que nunca podremos agradecer suficientes veces al señor Lloyd Kaufman, presidente de Troma que incluso se ha reservado un cameo en este musical, véanse los fotogramas que acompañan la noticia. No es la primera vez que la productora airea un musical underground; la última vez fue con la recomendable Poultrygeist: Night of the Chicken Dead, un medio acertado intento de volver a los orígenes de la productora que nos trajera obras imperecederas de anti-arte como El Vengador Tóxico, Sgt. Kabukiman o Mutantes en la Universidad.