Demonic

Tres miembros de un grupo de investigadores paranormales amateurs son encontrados muertos en una casa abandonada de Luisiana, una vieja mansión donde hace años se cometió un crimen horroroso relacionado con una sesión espiritista. La policía interroga al único superviviente encontrado mientras buscan a otros desaparecidos, poco a poco irán atando los cabos que unen el presente con el pasado, en una revelación que podría poner al mundo en peligro.

Valga primero aclarar un detalle que ha causado algo de confusión acerca de “Demonic”: la relación de James Wan con la cinta es de mero productor, aunque su nombre destaque en los carteles por encima del de los verdaderos responsables, se trata de una mera táctica de marketing. Lo que no podemos negar es que “Demonic” sigue los pasos de las producciones más recientes de Wan como “The Conjuring” e “Insidious”. Se trata del mismo tipo de horror, cine comercial de sustos realizado, eso sí, con bastante estilo y una patina de innovación que no es tal, pero que atraerá al público joven como la miel(da) a las moscas. Es la típica cinta a la que se le pueden poner pocas pegas salvo una, la más importante, esa sensación de estar viendo lo de siempre, una historia de casas encantadas y posesiones que no han contado miles de veces, incluso aunque intente realizar una vuelta de tuerca final que algunos han tildado de “innovadora”. ¿De verdad? SPOILERS: ¿Nadie conoce el truco del falso culpable? ¿Nadie ha visto una película donde un espíritu maligno quiera poseer a un niño no nacido? FIN SPOILERS Bien es cierto que “Demonic” intenta no hacer evidentes sus cartas, pero antes de los momentos claves las sospechas ya se han convertido en certezas y tanto hacer hincapié en ciertos detalles, como el embarazo de una de las protagonistas, terminan por elevar las alarmas a un volumen inasumible. Lo que tampoco evita que el viaje para llegar al final de la historia sea a todas luces satisfactorio, principalmente porque usa una técnica narrativa que le sienta muy bien: contar la historia hacia atrás. ¿Recordáis “Evidence”?

Como espectadores asistimos al arranque de la narración casi al final de la misma, eso sí, el truco sucio es hacerlo “casi” a su término; pues es donde “Demonic” juega una baza de misterio que se deshace a media película. Con todo, la película comienza con la policía ocupando una casa abandonada donde un grupo de jóvenes han ido a estudiar los fenómenos paranormales que allí se producen. En concreto quieren recrear una especie de ritual que ya se celebró veinte años antes, cuando la dueña de la casa acabó con todos los invitados de la sesión a excepción de una mujer, la clave de uno de los nuevos invitados. Otro detalle estético interesante es que los jóvenes parapsicólogos, actores elegidos por su aspecto atractivo antes que por cualquier tipo de credibilidad, están decididos a grabar toda la sesión con sus propias cámaras. Desgraciadamente, la noche acaba en masacre y ahí es donde la policía hace acto de presencia, descubriendo los cadáveres y una serie de cintas borradas.

A pesar de no ser tanto como se anunció, queda fenomenal en pantalla, y muy natural, la mezcla de imágenes rodadas cámara en mano con filmación objetiva tradicional. Le aporta buen ritmo y distintas perspectivas que sirven perfectamente para construir los distintos sustos de los que hace gala “Demonic”. A este último respecto deciros que si habéis visto “The Conjuring” o “Sinister” ya sabéis lo que vais a encontrar: las mismas imágenes en segundo plano junto con gritos de los protagonistas. Nada arriesgado, pero efectivo de una forma básica. De todos modos, una película de “terror” debería aspirar a más que a los viejos trucos de tren de la bruja distribuidos a largos intervalos regulares. Sin embargo, tampoco creo que su desconocido director, Will Canon, estuviese buscando realizar una película pura de sustos, por ejemplo le da mucha importancia a desarrollar la trama mediante la investigación policial de un detective, un esplendido Frank Grillo (“Infierno Blanco”, “Capitán América: Soldado de Invierno”), y el interrogatorio realizado por una escéptica psicóloga, una creíble Maria Bello (“La Ventana Secreta”, “Una historia de violencia”).

Así, siguiendo el paradigma “SAW”, no en vano ya sabemos quién es el productor, “Demonic” avanza dando saltos entre presente y pasado mediante esas pesquisas policiales, aunque en lugar de trampas y gore tenemos pequeños sustos y elementos de magia negra. En particular me ha parecido genial esta mezcla, pero quizás la cinta hubiese ganado enteros si se hubiese decidido a desligarse del nombre de su productor, cuya sombra se siente pesada durante todo el metraje, unos agradecidos ochenta minutos.
Otro detalle positivo sería la capacidad de auto conclusión que alcanza la película, pese a contar con tres guionistas, gente nueva en el mundillo, la cinta no deja puertas abiertas a nada. Es decir, por fin asistimos a una película como dios manda y no al intento de crear una saga que sea muy rentable para los estudios. Creo que el espectador sale ganando, y, en ese aspecto, asistimos a un estilo más bien clásico que me ha recordado, para bien, al buen cine de espíritus que se desarrolló en décadas pasadas.

También me gustaría destacar la ambientación: con un uso muy inteligente de los efectos de sonido, la casa abandonada adquiere dimensión propia gracias a la fotografía, que además aprovecha ese “tono neblinoso” tan propio de Luisiana, donde transcurre la historia. Nada que reprochar en este apartado, si acaso, como decía antes, no haber elegido para representar a los cazadores de fantasmas aficionados unos actores más naturales, hubiesen ayudado a esta estupenda ambientación. Los efectos especiales tampoco están mal, bien dosificados y acordes a unos valores de producción muy altos, a pesar de rozar un presupuesto de sólo 3 millones de dólares, que me hacen preguntarme por qué “Demonic” no fue estrenada a finales del año pasado como estaba previsto. Es decir, se trata de un tipo de producción que merece ser vista en cine.

Resumiendo, pese a la tópica historia y a su intrascendencia general, “Demonic” se convierte en un estupendo pasatiempo para una tarde de domingo como esta. Le ha faltada un puntito de “mala baba” para alcanzar el notable, pero gustará tanto a público joven como a otros espectadores más exigentes. Se trata de una buena continuación del estilo Wan y un digno añadido al cine de casas encantadas. ¡Qué vayan bien los rituales demoniacos!