Calle Cloverfield 10

Recuerdo cuando era más jovencito e iba al cine…, eran otros tiempos. Me refiero a que no sabías apenas nada de lo que ibas a ver; en ocasiones ni siquieras habías leído una triste sinopsis y, por lo tanto, no tenías ni idea del argumento de la película. No tenías otro remedio que guiarte por su cartel y por el título. Ir a ver una película en la gran pantalla suponía toda una aventura, de la que se desprendían sorpresas buenas, no tan buenas y rematadamente malas. Todo resultaba más divertido por el riesgo que conllevaba.

Ahora todo se sabe, la gente se informa y se lee toda la información que tiene a su alcance. Se miran trailers que en muchas ocasiones spoilean que da gusto y se leen críticas y opiniones de otra gente, exactamente como estáis haciendo ahora mismo al leer esta reseña. Los tiempos han cambiado y la gente ahora funciona de esta manera: quiere conocer las cosas de antemano y no quiere sorpresas. Quiere ver trailers, leer toda la información que les llegue, conocer el argumento, las opiniones de los demás y, en ocasiones, incluso dar su propia versión sin tan siquiera haber visto la película. A veces tengo la impresión de que ya mucha gente se atreve a publicar críticas de películas sin haberlas visto y solo por haber leído comentarios y haber visto trailers sobre las mismas. Es un terreno peligroso que, además, desprestigia el llamado séptimo arte.

Todo esto viene a cuento de Calle Cloverfield 10, una película que necesita de la sorpresa y el ocultismo para dejar indemne su mayor baza: el argumento. De hecho, intentó pasar desapercibida y no se supo de ella hasta que, por ella misma, se descubrió su historia y todo lo que la envuelve. Los productores hicieron lo posible para que permaneciera oculta hasta casi su estreno; lo consiguieron en parte. El problema es que una vez estrenada resultaba evidente que iba a ser pasto de spoilers. Lo cual me lleva a la siguiente conclusión: voy a tener que hacer uso de esos mismos spoilers ya que, sin ellos, hacer una crítica de Calle Cloverfield 10 es como ir montado en un caballo sin herraduras.

Cuidado porque ya empiezo con un spoiler y de los gordos, y es que el mismo título y argumento de la película ya nos indica que estamos ante un spin-off en toda regla de la película Cloverfield (2008) —en España la conocimos como “Monstruoso“—, dirigida por Matt Reeves. Aunque cabe matizar que Calle Cloverfield 10 apenas se vale de la historia que disfrutamos en Cloverfield hasta su tramo final, dando como resultado un producto que puede sobrevivir en un hábitat nuevo e independiente como película de secuestros, intriga e incluso como thriller, sin necesidad de que sepamos nada de su predecesora. Pero en cualquier caso, si en su día te gustó el primer Cloverfield, la sorpresa que nos depara Calle Cloverfield 10 en su parte final puede ser una baza significativa que acabe elevando, sin duda alguna, la estupenda sensación que deja la película.

Calle Cloverfield 10 sufrió una reestructuración en su etapa de preproducción. Al principio iba a ser otra cosa muy distitnta a la que finalmente ha sido. La productora Insurge Pictures tenía el proyecto sobre su mesa, pero problemas económicos provocaron la quiebra de la productora y dejaron el proyecto en el limbo, hasta que J.J Abrams y su productora Bad Robot acudieron al rescate y fueron impulsores del gran cambio, transformando el guión, la historia y estableciendo el paralelismo con Cloverfield. Jugada redonda ya que la película tomó un nuevo rumbo, mucho más interesante y apetecible.

La dirección cayó en manos de Dan Trachtemberg por decisión de Abrams. No tengo claro qué vio Abrams en él, ya que apenas había realizado los cortos Portal: No escape, basado en un famoso videojuego, y uno anterior titulado Kickin. El guion fue escrito a tres manos y, sinceramente, me parece algo excesiva la necesidad de tres guionistas para una película de este estilo, aunque uno de ellos sea el que escribió el guion de aquel peliculón titulado Whiplash.

Como resultado final tenemos Calle Cloverfield 10, un entretenimiento muy notable, con una historia sencilla pero muy bien trabajada y actuaciones meritorias. La historia que cuenta la película, más allá de su sorprendente —o ya no tan sorprendente— final, es sugerente y cautivadora, apoyada por una excelente plasmación de los hechos en pantalla y un sensacional manejo del ritmo a lo largo de todo el metraje. Sus carencias argumentales —que existen— no son significativas, al menos no lo suficiente como para desestabilizar la historia. Soportaremos, sin demasiado esfuerzo, algún que otro defecto menor en cuanto al comportamiento de los personajes, especialmente al inicio de la acción, cuando se están conociendo y parecen más empáticos de lo que debieran o cuando la chica hace menos preguntas de las que requeriría la situación. Pero insisto en que se trata de problemas muy menores que, además, quedan muy ocultos tras las robustas y creíbles interpretaciones de un John Goodman renacido de sus cenizas —un grandísimo actor, en todos los sentidos, menospreciado en demasiadas ocasiones por su participación en comedias aparentemente intrascendentes— y una Mary Elizabeth Winstead que por fin ha encontrado su papel. Una actriz muy competente que, hasta la fecha, no había elegido sus papeles con excesivo éxito, participando en películas destinadas al fracaso donde no pudo sobresalir por meritoria que fuera su actuación.

Contar escenas de la película sería como practicarle el Harakiri a quien no la haya visto. Considero que es mejor no desvelar demasiados detalles del argumento, aunque ya en la sinopsis quede claro por dónde van los tiros. Lo que sí me gustaría resaltar es la dificultad que entraña calificar o encorsetar una película como Calle Cloverfield 10 dentro de un género determinado. Sería poco creíble y poco acertado clasificarla como película de secuestros, ya que no es ese el destino final de la historia. Como película de catástrofes tampoco acaba de cuadrar. El trasfondo del ataque alienígena sirve de anzuelo para ver cuantos peces pican, pero no es una película que se centre exclusivamente en el apocalipsis o en el fin de la humanidad por medio de la destrucción masiva del planeta. El verdadero meollo de la cuestión son las relaciones humanas que se establecen ante una situación de la magnitud que experimentan los protagonistas. Cómo reaccionaría nuestro instinto de supervivencia al verse afectado por algo tan estremecedor como un ataque a la humanidad; un ataque del que no tenemos una constancia directa, sino que tan solo contamos con el relato de un extraño y con el hecho de despertar en una especie de búnker bajo tierra. Debes creer lo que te están contando, sin poder verlo con tus propios ojos.

En ese entramado encontramos todas las virtudes de Calle Cloverfield 10. A partir de este punto se teje la historia, el nudo y el desenlace final. Un desenlace que nos depara una enorme sorpresa cargada de emoción, incluso aunque ya te hayan contado de qué va el asunto o lo hayas leído aquí o en algún otro lugar.

Insisto, no destriparé escenas de Calle Cloverfield 10; nada de lo que ocurre en la película debería ser contado. Mi objetivo es que, aún habiendo leído esta review, estés a tiempo de ver en pantalla grande todo lo bueno que tiene por ofrecerte la película y mantengas intacta la capacidad de sorpresa. La magia del cine sigue manteniendo su fuerza y es por ello que nunca será lo mismo ver una película que leer acerca de una película, por más spoilers de la trama que te cuenten, por más trailers que te pongas o por más información que busques en la red. Decididamente Calle Cloverfield 10 es fresca en su contenido. Ni los medios han conseguido mellar su existencia, ni la tecnología paliar sus virtudes. Todo un triunfo.

Para finalizar, permitidme haceros partícipes de una paranoia mía, que veo cosas donde no las hay. Una paranoia que gira alrededor de John Goodman, y que afecta tanto al actor en la realidad como a su personaje en la película. Es cierto que somos muchos los que vemos en John Goodman a un muy buen actor, tanto en papeles cómicos como dramáticos; pero me atrevo a formular una pregunta al aire: ¿Se recuerda más a Goodman, en 2015, por su trabajo en “Trumbo” o por “Navidades ¿Bien o en Familia?”? ¿Y en 2014 por “El Jugador” o por “R3sacon”? ¿Y en 2013 por “A propósito de Llewyn Davis” o por “Los Becarios”?

A donde quiero ir es que pensamos más en el cómo comediante que como actor dramático, aunque en su filmografía estén bastante equilibrados los títulos de uno y otro género. Por esa razón creí ver un guiño en la película hacia el actor real y la evolución de su personaje. En el principio vemos a un tipo que es huraño, poco conversador; tiene metido en la cabeza que ha habido un cataclismo, quiere proteger su búnker y no permite a los demás salir ni tomarse libertades. Se dibuja un personaje mandón, pero que en el fondo no es mala persona. Y luce una estupenda barba… Esto último es importante, ya que transcurrido el primer tramo de la película su personaje cambia. Tras afeitarse la barba se aprecia su transformación en un auténtico hijo de puta; está loco y hará lo posible para impedir impedir a los otros dos personajes abandonar el refugio. Mientras que al principio sus compañeros de viaje le hacían la pelota para ganarse su confianza y urdir, juntos, un plan para sobrevivir; en cuanto descubran su verdadera cara se toparán con un personaje ido y consumido por la ira.

Me gustaría pensar que los guionistas, o el propio J.J abrams, llegaron a la conclusión de que sería curioso ese enfoque hacia el personaje relacionado con el actor en la realidad, haciendo que John Goodman tuviera dos caras tan distintas en la misma película y estableciendo, de esta manera, un paralelismo con el conjunto de su carrera. No sé si fue así o solo son paranoias mías, pero me pareció una aportación del guion de Calle Cloverfield 10 más que curiosa.

Y acabo con Mary Elizabeth Winstead y una mención a su nuevo proyecto, Swiss Army Man, llamada a ser la película más friki del año y en la que compartirá cartel con Daniel Radcliffe. Trata de la amistad surgida entre un náufrago en una isla desierta y un cadáver… Por lo que dicen va a dar que hablar, tanto positivamente como negativamente, gracias, sobre todo, a unas escenitas de las que no voy a contar nada más. Y si siguen aquí todavía, un consejo: dejen de leer y apresúrense a ver Calle Cloverfield 10, que merece mucho la pena —seguro que más que leer mis locas conspiraciones acerca de John Goodman—.