Personal Shopper

No puedo con Kristen Stewart. Me trasmite constantemente una sensación de pesadez, de soberbia, que me saca de las casillas. Su actitud corporal, el tono de su voz, la boca siempre entreabierta, con un gesto a medio camino entre el bostezo y la ausencia vida inteligente en su cabeza, sencillamente me puede. Le reconozco en sus actuaciones un trabajo concienzudo en la construcción del personaje y una gran profesionalidad, pero en la ejecución muestra una frialdad que me impide entrar en sus cintas. Personal shopper es su segundo trabajo en colaboración con el director Olivier Assayas tras la interesantísima “Viaje a Sils María”. Como ya sucedía en el anterior título, la excelente factura y dirección de actores de Olivier logran que pasados unos minutos uno olvide a la actriz y se meta de lleno en la protagonista y su misteriosa aventura. Así que me comeré el orgullo y trataré de resaltar las buenas cualidades de esta producción y de la interpretación de esta artista.

Tras la muerte de su gemelo Lewis, la personal shopper Maureen quiere contactar con él. Ambos hermanos padecen una dolencia cardíaca y poseen la facilidad de percibir presencias del más allá. Desgraciadamente la que nota por las noches no aparenta ser su hermano y resulta demasiado aterradora para seguir indagando. Si sumamos unos misteriosos mensajes anónimos de móvil y una cliente de trato difícil, entenderemos que el próximo corazón que se detenga pueda ser el suyo.

¡Está bien! ¡Está bien! Kristen Stewart se esfuerza por dejar de ser la bobalicona adolescente enamorada de un vampiro opusino de “Crepuesculo”. Ella y Robert Patterson han sabido reinventarse y ganar el aplauso de la crítica alejándose del cine “popular” para granjearse el de los aficionados de buen cine. En esta ocasión la artista eleva un peldaño más su apuesta y nos ofrece un arriesgado papel mucho más sensual y ambiguo de lo que ha realizado hasta la fecha.

La película sabe cabalgar entre un drama que habla sobre la insatisfacción y el deseo de poder cambiar el rumbo que nos marca la vida (e incluso la muerte), el soñar con ser alguien distinto y un cuento sobrenatural clásico. Los amantes del miedo tendrán un par de escenas escalofriantes y lugares comunes como grifos que se abren, exploraciones por casas lóbregas, sesiones de espiritismo, etc. Pero aquellos que realmente lo pasarán bomba son los buscadores de ese cine fronterizo, tanto en géneros como intenciones, que invita a la reflexión y que habla de forma adulta de temas adultos.

Haremos una excepción y admitiré que Kristen Stewart está excelente en “Personal shopper”; me atrevo a clasificar su actuación de soberbia. Aunque no todo el mérito es suyo, pues la cinta tiene uno de esos guiones inteligentes que arriesgan y se retuercen, distribuyendo la tensión con maestría.

Olivier Assayas, que ya había demostrado un excelente manejo del drama y una sensibilidad especial en la dirección de actrices se dibuja aquí también como un buen director de thriller, y nos regala una notable escena de terror y otra de tensión creciente que tiene como protagonista un teléfono móvil. Pero lo justo sería avisar que el elemento sobrenatural es un vehículo narrativo y por tanto todo el que visite “personal shopper” con la sana intención de pasar miedo se va a llevar una gran desilusión. En este aspecto la cinta recuerda a “The eclipse”, película que contiene 2 de los sustos más escalofriantes que recuerdo, pero que de sólo servían de envoltorio de una película de amor otoñal. Assayas no obstante logra salvar sobresalientemente la plana de una trama que, planteada sin ver su ejecución, parece un coctel de difícil digestión. En lo formal su manera de integrar al personaje en la ciudad recuerdan un tanto a Polanski o a Bertolucci; en el trato y acercamiento a la actriz a Buñuel y a Hitchcock. En el erotismo que flota sutil por la cinta a De palma… y como podéis ver ninguna referencia es pequeña… eso sí: el recurso narrativo del fundido a negro, es a partes iguales brillante y crispante.

Cierro esta reseña rindiéndome a los encantos de la Stewart que me ha demostrado que el vacío de su personalidad se puede llenar con un personaje y recomiendo encarecidamente el visionado de este título a los amantes del buen cine reflexivo. Deseando estoy de leer vuestras opiniones y sobretodo de vuestras reflexiones respecto a las intenciones de su guion. Aunque tras hablar con varios espectadores del film me estoy quedando solo en el aplauso… así que precaución amigo espectador…