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Live

Algo ya no es tan divertido

Live

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  • Título original: Raivu
  • Nacionalidad: Japón | Año: 2014
  • Director: Noboru Iguchi
  • Guión: Noboru Iguchi
  • Intérpretes: Asami, Yûka Eda, Akiko Ikuina
  • Argumento: Un grupo de personas aparentemente seleccionadas al azar son involucradas en un macabro juego donde el último en sobrevivir salvará a un familiar cercano que ha sido secuestrado.
DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 2/5

Ante la escasez de títulos destacables entre los estrenos de género de los últimos meses, he ido revisando mi videoteca en busca de algo con el que matar el gusanillo. Nos esperan largos días hasta la llegada del otoño, donde un boom de novedades marcarán la trayectoria y calidad definitiva del año. Así que con la esperanza de ver algo ligero y divertido, acabé dándome de bruces con un “splatter” japonés que pasó desapercibido en 2014 a pesar de estar firmado por uno de los favoritos de la casa: Noboru Iguchi. El director nipón adapta una novela de Yûsuke Yamada para la ocasión y aplica sus directrices quizás de una forma menos espontanea y ágil a la que nos tiene acostumbrados, demostrando un acusado agotamiento en su fórmula de gore absurdo y escatología gratuita.

Un grupo de gente es contactada para que emprenda una carrera contra reloj sometida a reglas difusas donde la muerte siempre está a un mal paso. La excusa par a forzar a los participantes es el secuestro de algún ser querido, estando dicho familiar a merced de unos sicarios dispuestos a matarlo para castigar al participante díscolo. Este variopinto muestrario de hombres y mujeres se enfunda ropa deportiva y se dispone a recorrer las calles de Tokio con un libro como única pista, intentando asociar el avance de la carrera al de la novela, descubriendo que sus peores enemigos son los competidores en la carrera, dispuestos a todo, incluso matar inocentes, con tal de salvar a sus seres queridos.

Argumentalmente estamos ante una mezcla entre “Perseguido” y “Battle Royale”, el resultado final dista mucho de ambas, siendo más cercano al de cualquier “splatter” moderno de medio pelo, donde los chistes han perdido bastante de su gracia y los medios económicos y técnicos embarran la representación estética, tanto en calidad como en cantidad, de mutilaciones, desmembramientos y volcanes de sangre. Casi diez años han pasado desde “The Machine Girl”, una de las obras más redondas de Iguchi, y el paso del tiempo no le está sentando bien a la imaginación del japonés, pues los pasajes más sangrientos de “Live” son un refrito de anteriores trabajos, estableciendo un estilo repetitivo que se demuestra en esos primeros planos de culos y pechos femeninos. Tan forzados que acaban siendo superfluos, aunque la película tenga que alimentarse de ellos para alcanzar unos agónicos ciento cinco minutos, extensión incomprensible para el poco desarrollo del que la historia hace gala.

Los involucrados en dicha carrera mortal son arquetipos “manga” para evitar malgastar tiempo en sus definiciones o presentaciones. Y en ese aspecto salimos ganando porque la poca profundidad de sus perfiles justifica sus muertes, ridículas todas en gran medida. Tendremos al héroe reluctante de rigor, a su Sancho particular y a la compañera de marras. Rodeados por un grupo heterogéneo donde no falta la prepotencia y agresividad del creído de turno; la mosquita muerta reconvertida a loca matarife; el empollón quejoso; la altiva belleza… Por desgracia no encontramos un villano a la altura –pues la carrera obviamente está orquestada por alguien cuyas razones serán desgranadas a un nivel demasiado descriptivo–, aunque dos chicas de buen ver, entre ellas nuestra querida Azumi, se dejan querer montadas en patines, ligeras de ropa y con ballestas como arma. Muestra de lo surrealista del argumento, pues “Live” no es una obra que se preocupe por aportar razonamientos lógicos a las acciones de sus personajes o concentrarse en una solidez narrativa a prueba de balas. Hablamos de una cinta cuya comicidad se deja en manos de multitud de escenas donde sus actores deben abandonarse al griterío propio de nipones para subrayar el humor inexistente de las diferentes escenas donde participan. Hay que tener tragaderas con el cine japonés para soportar estas sesiones de alienación oriental.

Claro que poner muchas pegas al desarrollo de un guión irrelevante o a unas actuaciones difíciles de calificar como tal sería un tanto injusto. “Live” sólo busca divertir al público sin mayores pretensiones, desplegar la carnaza que entre amigos suponga un bonito telón de fondo a conversaciones más personales. Prestarle demasiada atención sería entrar en un juego de reproches que no aportará nada al espectador. Quizás pueda servir como introducción al “splatter japonés” para gente joven que no haya indagado mucho en dicha corriente, un aperitivo que nos puede llevar a locuras mucho más satisfactorias y enfermizas como “Tokio Gore Police” o “Zombie Ass”. A los curtidos entre lluvias de sangre y explosiones de vísceras, “Live” os llevará a cierta sensación de decepción y hartazgo, incrementada todavía más por la dirección tan obvia que toma su historia, con un héroe al que es fácil terminar odiando por la forma directa en que Iguchi coloca en la última casilla del juego.

No esperéis grandes actuaciones, efectos especiales fariseos, comicidad hilarante o una dirección innovadora. “Live” (“Raivu” para los amigos de ojos rasgados) muestra todas sus cartas en su tráiler; si te convence y el principio del verano se hace aburrido en cuanto a estrenos terroríficos, una tontería de producción como la que nos ocupa siempre servirá para acompañar una siesta reparadora. No creo que la intención de sus creadores fuese distinta, pero parece que entre las bobadas marca de la casa se ha enquistado cierta pereza, un expolio de los mismos clichés que acabará por enterrar esta corriente que tan buenos ratos nos ha hecho pasar en los últimos diez años.

Lo mejor: Un chistecillo por aquí, una burrada gore por allá, unas braguitas por "alló".

Lo peor: Se hace larga como un día un sin pan.


Vuestros comentarios

1. 09 jul 2017, 04:50 | Juan Eduardo Bendeck Cordero

Buenas noches Maestro Bob Rock,
leo su reseña y luego me acuerdo que tiene años que no veo una buena película, y lo poco que he visto no ha sido completo. Qué triste que se me va todo en CNN y NatGeo. ¿Por dónde empiezo para recuperar el rumbo y el tiempo perdido? Tengo muchas ganas de ver Killer Schoolgirls from Outer Space (2011) , Vampyros Lesbos (1971) y de postre, claro Raivu (2014) del Maestro Iguchi.
Eso sí, con una buena ensalada de naranjas valencianas, mandarina, pepino, chile en polvo Tajín y muchas, muchas cervezas Corona. ¡Salud!

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