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The Bye Bye Man

Tiempos nuevos, viejos métodos

The Bye Bye Man

Cuando tres estudiantes universitarios se mudan a una vieja casa fuera del campus, sin querer liberan a una entidad sobrenatural conocida como “Bye Bye Man”, que se apodera de los que descubren su nombre. Ellos intentarán salvarse mientras al mismo tiempo mantienen la existencia de su atormentador en secreto para salvar a otros de la misma suerte.

Me gustan los slashers, me encantan los slashers sobrenaturales. Un cabrón de ultratumba que se cargue a todos los que se le pongan por delante, ese es el sueño húmedo en el que me recluyo cuando la humanidad se dedica a manosear mi escroto con su mezquindad. Claro que “Bye Bye Man”, increíblemente basado en hechos reales, parece un timo en su metodología, pues simplemente se dedica a poseer a aquellos que creen en él para que cometan las mayores atrocidades a su alcance. Vamos, Jason, Freddy y Chucky se lo meriendan entre asesinato y asesinato.

Lake Nowhere

Retrobsesión

Lake Nowhere

Cuando un grupo de amigos llegan a una cabaña junto a un lago desolado, Lake Nowhere , son acosados y asesinados por un maníaco enmascarado, cuya sed de sangre trasciende nuestro mundo.

Homenaje, tributo, nostalgia… ¿no creéis que en los últimos tiempos estas tres palabras se han adueñado de nuestro vocabulario cuando hablamos de cine de terror? Yo que viví los ochentas como niño y adolescente me pregunto si los que realizan actualmente uno de estos “homenajes” se dan cuenta de que lo expuesto en pantalla no tiene nada que ver estética y filosóficamente con el cine de terror que se confeccionaba durante la década dorada para muchos. Es decir, se toman elementos prestados, se realizan pósteres imitando los viejos diseños, los argumentos intentan buscarle una doble vuelta a las ideas formales de cuando Michael Jackson era negro… pero la verdad es que viendo la divertida “Deathgasm”, la imprescindible “It Follows”, la odiosa “Turbo Kid” o la curiosa “The Final Girls” te das cuenta tanto de que el tiempo no puede invertir su discurrir como que la memoria es una grandísima hija de puta.