Propiedad

Esta última edición del Festival de Cine de Huelva nos ha permitido disfrutar de una de las cintas más aplaudidas del pasado Festival de Sitges, que se nos escapó en su momento. Se trata de la intensa y violenta cinta brasileña “Propriedade” del director y guionista Daniel Bandeira, producida por el mismo equipo que realizó la celebrada “Bacurau”. Al igual que en “Bacurau”, la película maneja elementos del cine de terror, concretamente del subgénero de home invasion, para hacer un título híbrido entre el thriller y la crítica social, funcionando estupendamente bien en cada una de estas categorías. Para los lectores de esta web españoles, la película está actualmente disponible dentro del catálogo de la plataforma Filmin.

La protagonista de la película es una mujer (Malu Galli) quien, tras ser empleada como escudo humano por un atracador, sufre de un incapacitante estrés. Su marido le ha comprado un coche completamente blindado para que se sienta más segura y ha logrado convencerla para pasar unos días en su granja familiar. Mientras viajan hacia allí, sus trabajadores han recibido la noticia de que la instalación agrícola y ganadera va a ser desmantelada y ellos serán despedidos. Enfadados, acuden a la villa de sus señores a saquearla, sin saber que estos van en camino… afortunadamente y como decía, el coche está blindado.

“Propriedade” recuerda un poco a “La habitación de pánico” de Fincher. Como en aquella, esta mujer se siente segura en el reducido espacio de su vehículo y también como en esa cinta, se las va a ver y a desear para resistir a los insistentes esfuerzos del exterior para que se rinda. Pero la brasileña juega una baza que la distancia de otros home invasions y es la construcción de la amenaza exterior; los trabajadores que acosan a este matrimonio no son los típicos malos sin matices, aunque la violencia que se desata es totalmente reprobable, los acontecimientos que la generan son comprensibles. 

Además, esta horda funciona a dos niveles: como conjunto furibundo que actúa con el fin de la supervivencia del grupo y como integrantes independientes con diferentes anhelos en función de la edad, las aspiraciones o el aspecto físico. Así, la protagonista confronta a través de un cristal el lado oscuro de su mundo de privilegio.Esta lectura más social de la acción acerca Propriedade a cintas donde el horror tiene en el ADN algo político, como en la sensacional película de Michel Franco Nuevo Orden o yendo mucho más lejos, Viridiana de Buñuel.

A pesar de no deleitarse demasiado en la sangre y las imágenes explícitas, Propriedade sabe sacar partido a la construcción de sus escenas para generar tensión y transmitir la salvaje violencia que poco a poco va ganando en intensidad. Aún así, tiene algunas escenas complicadas por lo realista de estas acciones. Logra con ello una primera hora atrapante. Luego, toma soluciones que restan verosimilitud al resultado. Aunque con acierto, Bandeira sabe retomar el rumbo y, conforme nos acercamos al final, dirige la cámara y los personajes a una conclusión que, aunque a algunos no les terminó de convencer, personalmente me parece magnífica.

No puedo por menos que recomendar esta cinta que si hubiera venido firmada por un director norteamericano seguro que hubiera merecido un reconocimiento mucho mayor, quién sabe si hubiera incluso alcanzado a ser estrenada en cines…